Asia

El Dalai Lama blinda su linaje: sólo su círculo de confianza puede reconocer su "reencarnación"

El futuro líder espiritual tibetano tendrá el reto de mantener el liderazgo en el exilio de una nación que cada vez ve más lejos el regreso a su patria

El líder espiritual y político del Tíbet, Dalai Lama, en su 90 aniversario.
02/07/2025
4 min

BarcelonaLa tradición tibetana sostiene que el alma de un monje budista se reencarna después de su muerte. Ahora que el Dalai Lama está a punto de cumplir 90 años –este domingo–, los tibetanos están inquietos por saber quién será su sustituto, encargado de sostener la nación en el exilio. El 14º líder espiritual y político de los budistas tibetanos cumple los años el 6 de julio, y está previsto que anuncie cómo se reencarnará durante la ceremonia de celebración de su cumpleaños. El anuncio ha generado expectación, no sólo entre los seguidores de su religión, sino también en los países que tienen intereses: Estados Unidos, India y, sobre todo, China.

El líder espiritual tibetano Dalai Lama se dirige a través de un mensaje de vídeo en la sesión inaugural de la 15ª Conferencia Religiosa Tibetana en la Biblioteca y Archivo del Dalai Lama

En una declaración escrita ha dicho este miércoles que "la institución continuará" y ha designado su círculo de confianza como la autoridad "exclusiva" para reconocer su reencarnación. Es una declaración histórica para blindar su linaje y proteger Tíbet de la interferencia del gobierno chino. La ceremonia de cumpleaños, que podrán seguir todos los fieles, se celebrará en Dharamsala, India, donde vive el líder espiritual desde que se exilió del Tíbet en 1959, tras un levantamiento popular fallido contra la ocupación china.

"El Dalai Lama tiene 90 años, pero sabemos que vivirá al menos 110. De hecho, hay una profecía que dice que vivirá 113. En todo caso, está muy bien de salud y tiene la cabeza más clara que todos nosotros", dice Thubten Wangchen, fundador de la Casa del Tíbet en Barcelona. Este monje budista explica al ARA que ya hace tiempo que el Dalai Lama dijo que, cuando se acercara su 90 aniversario, indicaría la hoja de ruta para el futuro de la institución. Se prevé que este anuncio se produzca el domingo por la mañana a través de un mensaje de vídeo.

El futuro Dalai Lama tendrá el reto de mantener el liderazgo del pueblo tibetano en el exilio, en un momento en que esta nación sin estado está en horas bajas (la comunidad tibetana en el exilio es cada vez más reducida) y ve cada vez más lejos el objetivo de volver a su patria.

El posible sucesor

Aunque, de momento, las autoridades han dado pocos detalles de cómo se elegirá el nuevo líder, el propio Dalai Lama sí ha dado algunas pistas sobre cómo debería ser. En su libro Voice for the voiceless [Voz para los sin voz], publicado en marzo del 2025, el Dalai Lama explica que su sucesor será alguien nacido fuera de China, por lo que podría ser uno de los 140.000 exiliados tibetanos, la mitad de los cuales viven en la India. También dice que no necesariamente tiene por qué ser un hombre. El 15º Dalai Lama nacerá cuando el 14º haya muerto. Pero ahora ya puede anunciar su familia, su nombre o incluso la fecha, explica Wangchen.

¿Qué ocurre mientras el nuevo líder espiritual sea menor? El propio Dalai Lama escogerá a un regente –lo que también podría anunciar este fin de semana–, encargado de asumir sus funciones mientras el novicio recibe la educación correspondiente para convertirse en el nuevo Lama. "Como tiene la misma alma que la anterior, el aprendizaje es muy rápido. A los 15 o 16 años puede ser ya un maestro", remarca Wangchen.

El actual Dalai Lama, nacido como Lhamo Dhondup el 6 de julio de 1935, en una familia de campesinos de lo que ahora es la provincia china de Qinghai, fue identificado como una reencarnación del anterior Dalai Lama cuando sólo tenía 2 años. En ese momento, un equipo de investigación enviado por el gobierno tibetano tomó la decisión basándose en una visión de un monje. En invierno de 1940, Lhamo Thondup fue trasladado al Palacio de Potala, en Lhasa, la capital de la actual Región Autónoma del Tíbet, y nombrado oficialmente líder espiritual de los tibetanos.

El temor de una interferencia

Pero ahora los tibetanos viven con el miedo –justificado– a que los tentáculos de China, que considera al Dalai Lama un líder separatista "sin ningún derecho a representar al pueblo tibetano", interfieran en esta decisión. De hecho, Pekín considera que tiene el derecho de decidir su sucesor. Los precedentes no invitan al optimismo. Cuando el último Panchen Lama –la segunda figura más importante del Tíbet– murió en 1989, la criatura que fue elegida para sucederle desapareció cuando tenía 6 años en manos de Pekín. Y no se le ha vuelto a ver desde entonces.

China lleva años trabajando para acabar con el movimiento independentista tibetano con contundencia, a través de detenciones arbitrarias, torturas e incluso asesinados. Aunque de cara a la galería las autoridades tibetanas se muestran leales al Patit Comunista Chino (a principios de mes, el número dos del Dalai Lama se reunió con el presidente chino, Xi Jinping), en la práctica la institución pretende evitar el control de Pekín en ésta y en el resto de decisiones para tener el máximo de autonomía posible.

El actor Richard Gere asiste a la 15ª Conferencia Religiosa Tibetana en la Biblioteca y Archivo del Dalai Lama, cerca de Tsuglagkhang

Pero la coyuntura no acompaña. Si bien en el 2024 el entonces presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una ley que presionaba a Pekín para que diera respuesta a las demandas del Tíbet para tener mayor autonomía, la administración de Trump proclama ser menos expansiva y, en cualquier caso, ha evitado erigirse en defensora de los derechos humanos y de la democracia. "Esperamos lo mejor, pero nos preparamos para lo peor", dijo recientemente Tsering Yangchen, miembro del Parlamento tibetano en el exilio, invocando una frase del propio Dalai Lama.

Al mismo tiempo, la comunidad tibetana en el exilio es cada vez más reducida: de los 150.000 tibetanos que viven en el exilio, un gran porcentaje –sobre todo jóvenes– se han ido de India y de Nepal para ir a países occidentales. Pero Wangchen es optimista: "El gobierno chino no se podrá quedar el Tíbet para siempre. Xi Jinping se irá en un momento u otro".

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