China

Locura mundial por el muñeco Labubu: la cultura pop china se extiende por el mundo

La empresa china que los fabrica cotiza en la Bolsa de Hong Kong y sus ventas fuera de China han aumentado un 375%

PekínTiene ojos grandes, dientes amenazadores y un aspecto travieso. Es el Labubu, un muñeco que ha desatado un fenómeno hacen que supera las fronteras chinas. El Labubu se ha convertido en tendencia mundial y todo un triunfo para la empresa china Pop Mart, que lo comercializa. Se puede decir que es uno de los primeros logros de la cultura pop y el diseño chino.

Y todo gracias a su comercialización innovadora, edición limitada, precio alto y con el apoyo de famosos fanáticos en TikTok. No es un juguete: se ha convertido en un objeto de culto y un accesorio de moda. Llevarlo colgando de la bolsa, la mochila o en el panel de control del coche es sinónimo de modernidad.

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En China es muy habitual que chicos y chicas lleven pequeños peluches y juguetes colgando, como llaveros de bolsos o incluso pegados a la ropa, pero, curiosamente, el éxito del Labubu es global. Cuando se ha anunciado el lanzamiento de un nuevo muñeco se han podido ver largas colas en las tiendas de Pop Mart en Tokio, Nueva York, Dubai, Londres o París.

Aunque su aspecto puede recordar un Gremlin, en realidad el personaje es una especie de elfo obra del diseñador Kasing Lung, nacido en Hong Kong. Fue creado en 2015 para una serie de libros ilustrados: The Monsters. Labubu es uno de los personajes, pero le acompañan otros, como Zimomo, Mokoko, Pato, Spooky o Tycoco.

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En 2019 la alianza con la empresa de juguetes Pop Mart le impulsó en el mercado. Pop Mart se ha especializado en juguetes de coleccionistas que marcan tendencia. La serie de Labubu y otros compañeros, como Molly, se comercializa en cajas sorpresa. Cuando las compras no sabes qué color, muñeco o customización puede salir. La última colección lanzada en abril se vendía en China a unos 12 euros, pero algunos modelos antiguos pueden superar los 300€.

Gran parte del éxito se debe al marketing en las redes sociales. Los vídeos de TikTok u otras plataformas en las que influencers o simples consumidores abren compulsivamente las cajas de Pop Mart para descubrir qué muñeco han comprado son virales. Ha contribuido al éxito del muñeco el apoyo al producto de superestrellas del K-pop, como Lisa, de Blackpink, que ha aparecido en vídeos con su Labubu. También Rihanna o Dua Lipa.

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Fomento de la ludopatía

Pop Mart hace lanzamientos limitados de sus productos y precisamente la escasez y la incertidumbre de no saber qué hay en la caja son la clave del éxito. También de las críticas. Las redes sociales chinas denuncian que fomenta la ludopatía, puesto que se compran productos compulsivamente hasta obtener lo deseado. La limitación de productos en cada lanzamiento hace también que haya florecido un mercado de reventa y, por supuesto, de imitaciones. Las aduanas chinas también reportan un aumento de contrabando de muñecos. Se hacen advertencias a la población de que no se puede salir del país con grandes cantidades de muñecos, sólo lo que podría considerarse como obsequios.

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El éxito de estos muñecos de diseño está en el valor que les da el público. Se habla de "consumo emocional", puesto que explica las sensaciones que se crean en torno al producto, de la sorpresa al significado que tiene el artículo, y no el valor material.

Pop Mart cotiza en la Bolsa de Hong Kong y apuesta por su expansión internacional. En 2025, las ventas fuera de China aumentaron un 375% y reportaron el 40% a los ingresos totales, que alcanzaron los 1.800 millones de dólares. Una cuarta parte de sus 530 puntos de venta físicos y el 7% de las 2.500 máquinas expendedoras están ya ubicados fuera de China.

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El Labubu se ha convertido en el monstruo más deseado y la fuerte demanda ha provocado que la empresa anuncie que durante unos meses no estará a la venta.

En un restaurante de un centro comercial de Pekín, una pareja con un Labubu de color chocolate se toman fotos mutuamente con el personaje. Van cargados con una gran bolsa de Pop Mart, con unas seis cajas de juguetes. A las preguntas de una extranjera, confirman entre risas que el muñeco es realmente un Labubu y bromean con la suerte que tienen de poseer uno. Seguramente sus amigos también les felicitarán y envidiarán a las redes sociales al ver las fotos. No son adolescentes, ambos superan la treintena, pero parece que el Labubu es apto para todas las edades.

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Y realmente son afortunados, porque la respuesta habitual a las tiendas de Pop Mart es "Méiyǒu lā bù bù[No hay Labubu]. Hay que conformarse con otros personajes de la serie. Sin embargo, las ventas siguen y comprar o regalar un muñeco de Pop Mart se ha convertido en la última moda en Pekín. Una moda que se ha extendido por el mundo.