Biden impone las primeras sanciones a Moscú por el caso Navalni
EE.UU. afirma tener la seguridad de que Rusia envenenó al opositor
WashingtonAunque sean simbólicas, las primeras sanciones de la administración Biden contra Rusia señalan un distanciamiento de la nueva Casa Blanca respecto a la liderada por Donald Trump. Por un lado, la del republicano dejó sin sanción el envenenamiento del opositor ruso Alexey Navalni, que afronta una condena de dos años y medio de prisión en una cárcel a tres horas de Moscú por violación de las condiciones de la libertad condicional. Por el otro, el anuncio de ayer se hizo en coordinación con la Unión Europea, alineando así a Washington con Bruselas y cumpliendo con la promesa de campaña de Joe Biden de recuperar la cooperación con los aliados tradicionales de Estados Unidos.
De hecho, las sanciones anunciadas por la administración norteamericana replican gran parte de las medidas anunciadas previamente por la Unión Europea. El objetivo es crear una imagen de unidad transcontinental frente a Moscú. En palabras de un funcionario de la administración Biden, que habló con la prensa en condición de anonimato, la acción busca situar “en la misma página” a Europa y Estados Unidos, por lo que Washington “se pone al día” con lo que previamente habían aprobado no solo Bruselas sino también Londres.
Este funcionario aclaró igualmente que el objetivo no es “escalar” pero tampoco “comenzar de cero” las relaciones con el Kremlin. Biden es, en este sentido, el primer presidente desde la Guerra Fría que no intenta hacer tabula rasa con Moscú. Además, añadió que la Inteligencia estadounidense tiene “gran confianza” en los informes que señalan a la FSB (la antigua KGB) de estar detrás del envenenamiento de Navalni con Novichok, un agente nervioso desarrollado por la Unión Soviética y detectado en el incidente que dejó a Alexey Navalni en coma durante semanas. No está claro, sin embargo, si Washington tiene previsto hacer público el informe de Inteligencia, al igual que hizo la semana pasada con el que señalaba al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, de aprobar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Putin, al margen
Estados Unidos sanciona a personas y a entidades rusas como represalia pero ninguna de las medidas afecta directamente a Vladimir Putin. Afectan, eso sí, a siete altos funcionarios rusos -entre ellos al director de los servicios secretos, Alexander Bortnikov-, de quienes Washington ordena la congelación de los posibles bienes que puedan tener en Estados Unidos. También a 14 entidades vinculadas con la producción de agentes químicos y biológicos. La Unión Europea, por su parte, actualizó ayer sus sanciones con la prohibición de entrada en su territorio al responsable de la Guardia Nacional rusa, el director del servicio de prisiones y dos fiscales, uno de ellos el fiscal general del país.
Aunque sí hubo sanciones a Moscú durante el mandato de Trump, el ex-presidente siempre fue reacio a criticar a Vladimir Putin, a quien incluso llegó a dar la razón durante una rueda de prensa conjunta en Helsinki cuando el ruso le negó estar detrás de cualquier interferencia en las presidenciales de 2016, en contra de la opinión de los servicios de Inteligencia estadounidenses.
Tras su primera conversación telefónica con Putin a comienzos de febrero, Joe Biden aseguró que le había advertido al mandatario ruso de que “se han acabado” los tiempos en que Washington tolerará “las acciones agresivas rusas, la interferencia en nuestras elecciones, los ciberataques y el envenenamiento de sus ciudadanos”. Para Biden, Navalni “ha sido señalado por exponer la corrupción”. Pidió su liberación inmediata. Pero su antecesor en el cargo aprobó sanciones similares en represalia por el envenenamiento en Inglaterra del agente secreto Sergei Skripal y de su hija Yulia, que, visto lo visto, no han servido de freno para este tipo de acciones de Moscú.
El anuncio ayer de las primeras sanciones de la administración Biden contra Rusia es solo el primero que se espera en este comienzo de su presidencia. En próximas semanas está previsto que Washington anuncie su respuesta a un ciberataque descubierto en diciembre que ha afectado a varias agencias del Gobierno y a empresas estadounidenses y del que Estados Unidos acusa a Moscú. El presidente del comité de Inteligencia del Senado, el demócrata Mark Warner, dijo la semana pasada que los informes preliminares sobre el ataque “sugieren que el alcance y la escala de este incidente van más allá de lo que hemos enfrentado como país y sus implicaciones son significativas”.