Los contratos secretos de las vacunas que ha comprado la UE

La Comisión solo ha publicado uno de los acuerdos y con la información clave censurada

Júlia Manresa Nogueras
y Júlia Manresa Nogueras

BruselasLas vacunas que ya se han administrando a miles de catalanes han llegado gracias a las compras que ha liderado la Comisión Europea en nombre de los veintisiete estados de la Unión con las principales farmacéuticas. Una negociación rápida y efectiva pero nada transparente. El ejecutivo comunitario ha dado pocas explicaciones más allá de hacer grandes anuncios cuando ha cerrado acuerdos para asegurarse miles de millones de dosis de hasta seis vacunas diferentes: las de Pfizer/BioNTech y Moderna (ya en distribución) y las de Oxford/AstraZeneca, Sanofi, Johnson & Johnson y CureVac. Y está en conversaciones con otros, como Valneva o Novavax. Pero solo un contrato es público y con una versión censurada.

Poco más se sabe. La Comisión ha negociado a través de un comité con representación de los gobiernos, pero sin ninguna contribución del Parlamento Europeo, por ejemplo, que desde el primer día reprocha la falta de transparencia.

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Ha sido después de la presión de la Eurocámara y de la sociedad civil que finalmente la semana pasada Bruselas puso a disposición de los eurodiputados una versión censurada de uno de los contratos (el de CureVac), que solo podían consultar en una sala de lectura cerrada y bajo confidencialidad. El formato provocó tantas quejas que se ha acabado publicando el documento. La Comisión asegura que hará lo mismo con el de Pfizer, pero que necesita la autorización de todas las empresas para publicarlo.

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En la versión censurada falta la información más importante: precios, indemnizaciones y calendarios. Además, la vacuna de CureVac todavía no está ni aprobada; por lo tanto, solo es un “precontrato ”, recuerda la europarlamentaria de Ciudadanos Soraya Rodríguez. La Defensora del Pueblo Europeo, Emily O’Reilly, ha abierto este viernes una investigación contra la Comisión ante esta opacidad.

El precio de la dosis

Se ha conocido porque una ministra belga lo filtró

La prueba más evidente de la opacidad de todo este proceso es que el precio de las dosis de cada vacuna se conoce porque lo filtró en un tweet la ministra belga de Presupuestos, Eva De Bleeker. La Comisión considera esta información “confidencial” porque “debilita” su posición negociadora, a pesar de que las vacunas se pagan con fondos públicos. Según la mesa que Eva De Bleeker publicó (y después borró), el precio de la dosis de Pfizer es de 12 euros y la de Moderna 14,6. La de Oxford/AstraZeneca cuesta 1,78 euros, la de Sanofi, 7,56 y la de CureVac, 10. Bruselas, sin embargo, no ha confirmado estas cifras y en el contrato publicado este dato está censurado. Y no solo esto, tampoco se sabe la financiación pública que ha recibido cada empresa para desarrollar la vacuna.

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“Entendemos que cuestiones como la propiedad intelectual estén escondidas, pero el precio de las dosis y el dinero avanzado por la investigación a fondo perdido no entendemos por qué no se pueden conocer”, manifiesta el eurodiputado del PSOE Nicolás González Casares.

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Las indemnizaciones

Los estados asumen buena parte de la responsabilidad

Una de las cuestiones más polémicas es la de la responsabilidad en caso de incumplimientos, de problemas con la eficacia de las vacunas o de efectos secundarios. Bruselas asegura que la responsabilidad recae en la empresa. A la vez, sin embargo, “para compensar los riesgos potenciales que toman las farmacéuticas debido al poco tiempo para desarrollar las vacunas, son los estados los que indemnizarán a las empresas si hay problemas de responsabilidad legal en ciertas condiciones”.

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Así consta también en el contrato, pero el problema es que las condiciones también están censuradas. “La manera como la industria farmacéutica intenta crear una dinámica de hechos consumados es preocupante y puede tener consecuencias más allá de la pandemia”, alerta Yannis Natsis, responsable de Acción Política de la Alianza Europea para la Salud Pública.

El reparto

Pfizer y AstraZeneca ya han incumplido el calendario pactado

El otro gran problema es el reparto y la distribución de dosis. Bruselas no ha hecho público cuántas vacunas de cada empresa está recibiendo cada gobierno ni tampoco el calendario de distribución. En el contrato de CureVac no se establece ninguna sanción si hay un retraso en la entrega, como ya ha pasado con Pfizer y como ayer anunció Oxford/AstraZeneca. De hecho, se fija un calendario estimativo donde todas las cifras y fechas están censuradas y en el texto solo consta la obligación de las empresas “de informar debidamente y tan pronto como sea posible” del retraso y enviar un calendario revisado. Natsis es muy crítico en este sentido: “Todo el mundo sabía que estaban prometiendo por encima de sus posibilidades, no era posible que pudieran distribuir millones de vacunas tan rápidamente”.

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El contracte censurat de CureVac amb la Comissió Europea