No hay pruebas de que la variante india del coronavirus resista a las vacunas
Estudios recientes apuntan que las vacunas son efectivas contra las variantes británica, sudafricana y brasileña
El mundo ve con preocupación y escalofrío cómo el covid está provocando estragos en India. Además de cifras e imágenes conmovedoras, del país asiático llega la información que hay una variante del virus que representa el 60% de las secuencias analizadas. La OMS ha emitido un comunicado sobre esta variante, conocida como B.1.617, que de momento considera como variante de interés, es decir, que hay que estudiar con detalle. Otras variantes, como las llamadas sudafricana, brasileña y británica (que ya representa más del 90% de las muestras secuenciadas en Catalunya), se han clasificado desde hace tiempos como variantes preocupantes porque, entre otras cosas, son más transmisibles que el virus identificado en Wuhan.
La OMS constata que el "interés" de esta variante radica en el hecho de que tiene dos de sus 13 mutaciones en la proteína S, la espícula que el virus utiliza para infectar las células. La primera, llamada L452R, es compartida con la llamada variante de California, que según un estudio publicado recientemente a la revista Cell, puede ser un 20% más contagiosa que el virus original (la variante británica se considera todavía más transmisible). En esta misma línea, la OMS apunta en el comunicado que según uno de sus modelos matemáticos, los datos de India sugieren que la variante B.1.617 podría ser más transmisible que la original, pero no especifica en qué porcentaje. La otra mutación, llamada E484Q, es muy parecida a una variación que comparten las variantes sudafricana y brasileña, que han mostrado la capacidad de evadir algunos anticuerpos monoclonales. Estos anticuerpos se utilizan como tratamiento, especialmente en los Estados Unidos, y se denominan monoclonales porque el fármaco administrado está constituido por un solo tipo de anticuerpo. Esta mutación, pues, puede hacer que algunos de estos tratamientos no funcionen. Ahora bien, la respuesta inmunitaria producida por una infección natural o una vacuna genera muchos más tipos de anticuerpos. Por lo tanto, que los anticuerpos monoclonales no sean eficaces no quiere decir que la respuesta inmunitaria, mucho más rica, deje de neutralizar la variante B.1.617.
La OMS también destaca que las variantes que comparten mutaciones con la de la India han reducido moderadamente la capacidad del plasma sanguíneo de personas vacunadas a la hora de neutralizar el virus. Esto ya se había observado en las variantes de Suráfrica y Brasil. De todas maneras, una cosa es lo que pasa con el plasma en un cultivo de laboratorio y otra muy diferente lo que pasa en el interior del cuerpo durante una infección. Un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicinemuestra que la vacuna de Pfizer es eficaz contra las variantes británica, sudafricana y brasileña. Otros estudios han comprobado que las vacunas de Moderna, AstraZeneca y Janssen también lo son. A pesar de que las dos últimas lo son algo menos, se ha comprobado que otorgan un buen nivel de protección contra la enfermedad grave ante estas variantes. Es probable, pues, que los resultados con la variante india sean parecidos.
Además, a la hora de valorar los experimentos de laboratorio hechos con plasma, se tiene que tener en cuenta que en este plasma hay anticuerpos pero no hay linfocitos T. Los primeros estudios siempre se hacen así porque es más barato y más rápido. Los linfocitos T, sin embargo, son la defensa principal del cuerpo contra los virus. Si los anticuerpos, en una primera fase de la respuesta inmunitaria, bloquean el virus e impiden que infecte las células, los linfocitos T localizan las células infectadas y las destruyen. Un estudio que todavía no se ha publicado en ninguna revista pero que está hecho por uno de los mejores grupos de investigación en inmunología del mundo mostraba hace unas semanas que los linfocitos T generados durante la infección natural o por las vacunas de Pfizer y Moderna eran eficaces contra todas las variantes. Es probable, pues, que también lo sean contra la variante india.
A pesar de que el efecto de las vacunas sobre esta variante apenas se está empezando a estudiar, en el repositorio en línea BioRxiv ya hay un trabajo colgado. El estudio, como es natural, todavía no se ha publicado en ninguna revista científica. A pesar de contar con solo 45 muestras, las conclusiones apuntan que tanto el plasma de pacientes que han pasado la enfermedad como el de personas inmunizadas con la vacuna Covaxin, desarrollada en India a partir de una forma inactivada del virus, son capaces de neutralizar la variante B.1.617 en cultivos de laboratorio.
De momento, por lo tanto, no hay datos que indican que las vacunas no son efectivas contra la variante india. Tampoco los hay que avalen una transmisibilidad o agresividad más elevada de esta variante respecto a las llamadas variantes preocupantes, una de las cuales, recordémoslo, es dominante en Catalunya. Con los datos disponibles ahora mismo, la explicación más plausible a la situación catastrófica de India tiene más que ver con causas sociales que con la biología del virus. Tal como se ha visto en otras partes del mundo, la alta densidad de población, la pobreza, la mala nutrición, la poca adhesión a las medidas de distancia social, de higiene y de uso de mascarillas, así como un bajo porcentaje de población vacunada, favorecen la propagación del virus y la gravedad de la enfermedad.