Cuba vive las protestas contra el régimen más grandes desde 1994

El presidente Díaz-Canel hace un llamamiento a los revolucionarios a defender el país ante lo que considera una injerencia de los Estados Unidos

LondresGritando "libertad" por las calles de La Habana vieja y de otras muchas ciudades del país, Cuba vivió este domingo el episodio de protestas más grande contra el régimen comunista que se recuerda casi desde la crisis de los balseros, en 1994, y del llamado Maleconazo (también el mismo año, en agosto), toda una serie de protestas contra el castrismo derivadas de la crisis económica que sufría entonces la isla a raíz de la caída de la Unión Soviética, apoyo fundamental del país durante la Guerra Fría.

En esta ocasión, las razones de las manifestaciones están también en el hundimiento de una economía dependiente casi al 100% del turismo y de los servicios relacionados, como resultado de la pandemia de covid-19. La falta de alimentos básicos, así como de medicinas, ha comportado un deterioro muy rápido de la situación social, agravada por las medidas restrictivas con las que se quiere combatir el aumento de infecciones.

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A lo largo de este domingo estallaron protestas en ciudades como La Habana, Santiago, Santa Clara, Matanzas, Cienfuegos y Holguín, pero también en pueblos más pequeños como Palma Soriano, Cárdenas, Colón, Guira de Melena y Artemisa. Inventario, una página web especializada en datos cubanos, hizo un seguimiento de al menos 25 manifestaciones en diferentes lugares del país.

En el decurso de las protestas, a las que el régimen ha respondido con un número indeterminado de arrestos (según algunas fuentes podrían superar el centenar), se han podido oír gritos de "dimisión" contra Miguel Díaz-Canel, presidente del país desde 2018 y primer secretario del Partido Comunista (la verdadera máxima autoridad de Cuba) desde el 19 de abril. Hacia las nueve de la noche, el ambiente en las calles tanto de La Habana como otros núcleos del país se normalizó relativamente. En todo momento, las fuerzas especiales de la policía desplegaron una presencia notable.

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Díaz-Canel señala a los EE.UU.

En un discurso televisado este domingo por la tarde, Díaz-Canel recuperó el tono de los tiempos más duros de la Guerra Fría y señaló a los Estados Unidos como responsables de la situación de escasez crónica, por el embargo comercial impuesto desde hace décadas a la isla. El presidente dijo que muchos manifestantes eran manipulados por las campañas de redes sociales orquestadas por los Estados Unidos y "mercenarios" sobre el terreno, y advirtió de que no se tolerarían "provocaciones" adicionales, haciendo un llamamiento a los simpatizantes del régimen a hacerle frente. "No entregaremos la soberanía ni la independencia del pueblo –dijo Díaz-Canel–. Hay muchos revolucionarios en este país que estamos dispuestos a dar nuestra vida, estamos dispuestos a hacer cualquier cosa y estaremos en la calle luchando".

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Justamente este llamamiento de Díaz-Canel es lo que la investigadora del Cidob Anna Ayuso, especialista en América Latina, cree que puede ser "muy contraproducente" para los intereses a largo plazo del régimen en unos momentos en los que la isla está pendiente de que la Unión Europea ratifique el Acuerdo de Diálogo Político y de Colaboración, entre otras razones por el bloqueo a la ratificación del gobierno de Lituania. "El apoyo de la UE estaba condicionado a un proceso de apertura y de reformas. Con toda esta situación, no podrá hacer adelantos. Por eso el llamamiento de Díaz-Canel a los revolucionarios lo encuentro muy desacertado", dice Ayuso. La Organización de Estados Americanos ha acusado a Díaz-Canel de promover el enfrentamiento entre cubanos.

En opinión de la investigadora, "los arrestos que se han producido tendrán un coste político muy importante" porque tanto la Unión Europea como los Estados Unidos pueden frenar algunas acciones de deshielo con La Habana. "Cuba está pendiente de que la administración Biden saque al país de la lista de estados promotores del terrorismo. Y la situación actual no lo facilita. Más bien al contrario: en el Congreso [norteamericano] se pedirá que se adopten medidas más fuertes", dice.

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La reacción de la Casa Blanca ha llegado este lunes por la mañana. El presidente, Joe Biden, ha asegurado en un comunicado que los Estados Unidos apoyaban al pueblo cubano. "Estamos junto al pueblo cubano y su llamamiento en demanda de libertad y para que se reduzca el trágico control de la pandemia y las décadas de represión y sufrimiento económico al que han sido sometidos por el régimen autoritario de Cuba. El pueblo cubano reafirma de manera valiente los derechos fundamentales y universales. Estos derechos, incluido el de protesta pacífica y el de determinar libremente su propio futuro, se tienen que respetar. Los Estados Unidos hacen un llamamiento al régimen cubano a escuchar a su gente y atender sus necesidades en este momento vital, en vez de enriquecerse él mismo".

Nuevos perfiles

A pesar de que Ayuso considera que la situación es comparable a la del 1994, también destaca algunas diferencias fundamentales. "Internamente, la situación no es la misma. La población ha cambiado mucho: hay mucha gente joven, mucha gente conectada con el exterior. La generación actual, crecida después del periodo especial [nombre con el que se conoce la crisis económica de los años 90], ya no se cree la vieja retórica. Y el estado no les puede dar nada porque están sin alimentos, sin medicinas. Internacionalmente, tampoco tienen ningún apoyo. Antes era la URSS, después Venezuela. Pero ahora no tienen ninguno", explica la analista. Otra de las diferencias es el perfil de los manifestantes: "Son gente muy joven, artistas, intelectuales, y que ya son parte de los mismos núcleos de la oposición tradicional, gente a la que ya no la puedes acusar de que son mercenarios de los Estados Unidos, la habitual excusa para la represión".

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Las imágenes que circulan en las redes sociales de multitudes que, por ejemplo, vuelcan coches de la policía son excepcionales en Cuba, un país donde el gobierno comunista mantiene un control estricto de la población. Y también lo son las que publicó en directo en Facebook Antonio Miguel Cobas Jalowayski en Palma Soriano, una ciudad del este del país, cerca de Santiago. Centenares de manifestantes pedían libertad y gritaban contra la dictadura y Díaz-Canel. Los manifestantes también exigían medicamentos, vacunas contra el covid y "la fin del hambre".

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Aunque por primera vez desde la renuncia de Raúl Castro a la presidencia, en 2018, no hay ningún dirigente de la revolución delante del país, la estructura de poder en Cuba sigue en manos de una generación que nació prácticamente al mismo tiempo que la victoria del castrismo –Díaz-Canel tiene 61 años– y, sobre todo, en manos del ejército, que "mantiene el control sobre todas las empresas que producen divisas" y que "no está dispuesto a que haya un cambio de régimen que los obligue a repartir", destaca Anna Ayuso.

Movilizaciones en el Versalles

En Miami, la gran capital del exilio cubano, el domingo por la noche se registraron manifestaciones alrededor del mítico bar Versailles, centro neurálgico de la oposición anticastrista desde prácticamente el mismo triunfo de la revolución.

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En este sentido, el senador republicano por Florida Marco Rubio aseguraba en un tuit: "Las protestas en Cuba no son simplemente por la escasez [de productos básicos]. El socialismo promete alimentos, medicamentos e ingresos garantizados si renunciáis a vuestra libertad. Cuando, como siempre, no se consiguen, no se recupera la libertad. Por eso los manifestantes corean «Libertad»".

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Ayuso lo tiene claro. El anticastrismo de los Estados Unidos "pedirá a Biden mano dura". Y pronostica: "Antes de las elecciones de medio mandato [del año que viene] no hará nada. Con la situación actual, todavía menos. Por eso el llamamiento de Díaz-Canel es muy malo".

Ahora mismo, es muy difícil predecir una evolución de la situación. "La oposición en Cuba es pacífica, sabe que tiene todas las de perder. Y todo está atado y bien atado hasta que se desata, y no sabes nunca cuándo puede pasar. Pienso que no será rápidamente, sin embargo; no creo que inmediatamente haya un colapso del régimen".