Francia

El ejército francés anuncia sanciones contra los militares que llamaron a actuar ante "el derrumbe" del país

El manifiesto acusaba al antirracismo y al islamismo de provocar un "odio entre comunidades" que puede desembocar en una "guerra civil"

SabadellEl ejército francés ha anunciado que quiere imponer sanciones "ejemplares" a los militares que hace unos días firmaron un manifiesto que advertía de una posible "intervención" de las fuerzas armadas para preservar los valores constitucionales. El texto, que se publicó el miércoles de la semana pasada en el semanario de extrema derecha Valeurs Actuelles, llevaba la firma de una veintena de generales, un centenar de altos mandos y más de un millar de otros militares, según la misma publicación. En total, unos 1.500 miembros del ejército lo firmaron, a pesar de que solo 18 estaban en activo (entre los cuales, cuatro oficiales).

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En una entrevista concedida al diario Le Parisien, el jefe del estado mayor del ejército francés, el general François Lecointre, ha anunciado que su voluntad es que se ordene la retirada "forzosa" de los firmantes que están en la reserva. Entrevistado en France Info, el portavoz del ministerio de Defensa, Hervé Grandjean, ha precisado que, entre las sanciones que se les pueden imponer, está la retirada del derecho de llevar el uniforme, del carné militar y del derecho a firmar documentos indicando su graduación. En cuanto a los 18 soldados en activo, dice Grandjean, "se tendrán que someter a un consejo de disciplina a nivel local y pueden recibir sanciones que lleguen hasta unos días de arresto". "Seran sanciones ejemplares", ha asegurado. Según Lecointre, la intención del ejército es que los militares con graduación más alta reciban un castigo más duro, porque su obligación de ejemplaridad es más elevada.

Amenaza golpista

El manifiesto, escrito por el capitán Jean-Pierre Fabre-Bernadac, exoficial del ejército de tierra y de la Gendarmería, se dirige al presidente de Francia, Emmanuel Macron, al gobierno y a los miembros de la Asamblea Nacional, y arranca con un aviso: "La hora es grave, Francia está en peligro, varios peligros mortales la amenazan". Estre estas amenazas, que están "hundiendo" el país, los firmantes mencionan "un cierto antirracismo" que tiene como objetivo crear "un malestar, un odio entre las comunidades" que lleve "a una guerra racial". También señalan "el islamismo y las hordas de la banlieue", que provoca que "múltiples parcelas de la nación" se conviertan en "territorios sometidos a dogmas contrarios a la Constitución". "No puede y no tiene que existir ninguna ciudad, ningún barrio, donde las leyes de la República no se apliquen", subraya el texto.

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Seguidamente, el manifiesto insta a los políticos a actuar: "No perdáis tiempo y sabed que estamos dispuestos a apoyar las políticas que tomen en consideración la salvaguarda de la nación". "En cambio –continúa–, si no se hace nada, la laxitud se seguirá extendiendo inexorablemente por la sociedad y provocará al final una explosión y la intervención de nuestros camaradas en activo en una misión peligrosa de protección de los valores constitucionales y de salvaguarda de los compatriotas en el territorio nacional". Después de este aviso de resonancias golpistas, los firmantes advierten de que, si no se actúa rápidamente, "mañana la guerra civil pondrá fin a este caos creciente, y las muertes, de las que vosotros seréis los responsables, se contarán por miles".

A pesar de todo, Lecointre remarca que solo 18 de los 210.000 efectivos de los que dispone el ejército francés firmaron el texto. "El fantasma de un golpe de estado está fuera de lugar. No hay ninguna tentación de este tipo", ha afirmado el jefe del ejército. El manifiesto se publicó exactamente el día que se cumplían 60 años del llamado "golpe de Argel", mediante el que cuatro generales contrarios a la independencia de Argelia (entonces colonia francesa) intentaron forzar al presidente del país, Charles de Gaulle (también general), a abandonar su política favorable a abandonar el territorio norteafricano. El golpe empezó el 21 de abril del 1961 y se dio por acabado el día 26.

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15.000 firmas

Según el autor del texto, en los ocho días que hace que se publicó el manifiesto, más de 15.000 personas ya se han adherido a él. Es más, según un sondeo publicado por la cadena LCI (y basado en 1.613 encuestas), el 58% de los franceses apoyan a los militares que firmaron el documento, y el 49% creen que el ejército tendría que intervenir para garantizar el orden aunque el gobierno no lo pida. La encuesta también concluye que dos de cada tres franceses creen que los firmantes del texto no tendrían que ser sancionados, y el 84% piensan que la violencia en Francia crece día a día. Hay que tener en cuenta que el pasado viernes (dos días después de la publicación del texto) un atentado yihadista provocó la muerte de una funcionaria en una comisaría de policía, y que solo un 38% de los entrevistados reconocen haber leído el artículo en cuestión.

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La aparición del documento ha levantado mucha polvareda en Francia, no solo por su contenido sino también por la tibieza con la que ha reaccionado el gobierno, que ha sido duramente criticado los últimos días desde la oposición de izquierdas. No fue hasta el domingo, cinco días después de su publicación, cuando algún miembro del ejecutivo se pronunció en contra. Fue la ministra de Defensa, Florence Parly, que en una serie de tres tuits calificó el manifiesto de "irresponsable" y afirmó que, como militares en la reserva, los firmantes "no tienen ninguna función" dentro del ejército y solo "se representan a ellos mismos".

Florence Parly, ministra de Defensa de Francia
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De hecho, el breve mensaje de Parly dedicaba mucho más espacio a criticar la actitud de Marine Le Pen, la líder del ultraderechista Reagrupamiento Nacional, que en un artículo publicado en la misma revista había intentado atraer hacia su formación a los firmantes del texto: "Dos principios inmutables guían la acción de los militares en relación con la política: neutralidad y lealtad. La politización de los ejércitos sugerida por Le Pen debilitaría nuestro instrumento militar y, por lo tanto, a Francia", dijo la ministra. El autor del texto, sin embargo, marcó distancias con la líder ultra y calificó de "torpe" su intento de "reclutamiento".

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Ocho días después de la aparición del documento, Macron todavía no se ha referido a él públicamente, y el primer ministro, Jean Castex, lo hizo este miércoles para condenarlo "con la máxima firmeza" y considerarlo "contrario a todos los principios republicanos".