Harris ofrece un nuevo inicio en el país desde el lugar en el que Trump instigó el asalto al Capitolio
La demócrata recuerda el peligro que representa el expresidente para la democracia y promete dejar atrás las divisiones
WashingtonUn espejo en diferido. Kamala Harris ha ido al Ellipse, el punto desde donde Donald Trump hizo el discurso el 6 de enero del 2021 que instigó el asalto al Capitolio. A una semana de las elecciones, Harris ha hecho uno de los retratos más oscuros del expresidente hasta ahora y se ha levantado no como la candidata para impedir que Trump vuelva a la Casa Blanca, sino para dejar atrás la polarización de Estados Unidos y proteger los valores fundacionales sobre los que se erigió el país.
"Aquellos que vinieron antes que nosotros [...] no lucharon, se sacrificaron y murieron porque nosotros cedemos nuestras libertades fundamentales. No lo hicieron para ver cómo nos sometemos a la voluntad de otro pequeño tirano. Estos Estados Unidos no son un vehículo para los esquemas de aspirantes a dictadores”, ha defendido Harris. la gravedad que tiene invocar el recuerdo físico de los hechos. “Todos sabemos quién es Donald Trump. Él es la persona que se situó en ese mismo lugar hace casi cuatro años y envió una masa armada al Capitolio de Estados Unidos para anular la voluntad del pueblo en una elección libre y justa que sabía que había perdido", ha dicho la demócrata, que ha continuado con el relato: "Y mientras Donald Trump estaba sentado en la Casa Blanca mirando cómo se desencadenaba la violencia por televisión, su personal le informó de que la multitud quería matar a su propio vicepresidente. Trump respondió con dos palabras: «¿Y qué?»". Una imagen mucho más efectiva que cualquier etiqueta.
Harris está terminando su campaña justo en el punto opuesto desde donde la empezó: poniendo el foco sobre Trump. En julio, cuando la demócrata tomó el relevo en sustitución de Joe Biden, apenas le dedicaba unos minutos al magnate. En la recta final de la campaña, Harris había empezado a utilizar la misma estrategia que Biden centrado buena parte de su discurso en atacar a Trump llamándolo "fascista".
Pósito de esperanza
Al entrar en la narrativa del miedo, Harris corría el peligro de acabar cometiendo los mismos errores que su predecesor. Pero esta noche, pese a exponer todas las sombras de Trump, el poso que quedaba al final del mensaje era de esperanza. "Este candidato a la presidencia no piensa en cómo mejorar tu vida. Es alguien inestable, obsesionado con la venganza, consumido por el resentimiento y que busca un poder sin control. Donald Trump se ha pasado una década intentando mantener a los estadounidenses divididos y temerosos unos de otros. Así es él. Pero Estados Unidos, estoy aquí esta noche para decir: ésta no es nuestra identidad".
“En menos de 90 días, o Donald Trump o yo estaremos en el Despacho Oval. El primer día, si es elegido, Donald Trump entrará en esa oficina con una lista de enemigos. Cuando yo sea elegida, entraré con una lista de tareas por hacer. Llena de prioridades para el pueblo estadounidense”, ha asegurado Harris. Pese a que ha empezado su discurso poniendo el foco en Trump, también ha sabido reconducirlo hacia su proyecto. La demócrata ha querido aprovechar el mitin para intentar acabar de convencer a aquellos votantes indecisos que todavía sienten que no acaban de saber lo suficiente de ella. "Sé que muchos de vosotros todavía me está conociendo", ha reconocido.
"Cuando sea presidenta, expulsaremos rápidamente a quienes lleguen aquí de manera ilegal, procesaremos los cárteles y daremos a la patrulla fronteriza el apoyo que tanto necesita", ha dicho Harris en materia de inmigración. Esta promesa de expulsar "rápidamente" a las personas migrantes que atraviesen la frontera de forma ilegal confirma una vez más el giro hacia la mano dura de los demócratas en los últimos años. Trump, sin estar en la Casa Blanca, ha sido capaz de seguir marcando agenda en la cuestión migratoria. De hecho, lo que ha prometido Harris ya se está llevando a cabo: la orden ejecutiva que firmó Biden en junio ha acelerado las deportaciones hasta plazos de menos de 24 horas.
En términos económicos, Harris ha vuelto a atacar los recortes de impuestos que promete el republicano si logra volver a la Casa Blanca. "La respuesta de Trump para vosotros es la misma que antes: otro trillón de dólares en recortes de impuestos para milmillonarios y grandes corporaciones". De cara al exterior, Harris también ha prometido mantener las alianzas de Estados Unidos, frente a un Trump que crítica la implicación del país en la OTAN. "Los líderes mundiales piensan que Donald Trump es un objetivo fácil. Fácil de manipular con adulaciones y favores. Y podéis creer que autócratas como Putin y Kim Jong-un le apoyan en estas elecciones".
Después de convertirse en el relevo generacional que necesitaba el Partido Demócrata, Harris se ha posicionado también como el relevo generacional que necesita Estados Unidos: “Me comprometo a escuchar a los expertos, aquellos que se verán afectados por las decisiones que tome y las personas que discrepan de mí. A diferencia de Trump, no creo que las personas que no están de acuerdo conmigo sean el enemigo. Él quiere meterlos en prisión. Yo les daré un sitio en la mesa”.