El huracán 'Helene' añade más incertidumbre a las elecciones estadounidenses
Trump instrumentaliza la catástrofe y miente para dañar electoralmente a sus rivales
WashingtonLa política de la catástrofe puede ser una gran oportunidad para demostrar liderazgo o desencadenar una grave crisis de credibilidad. El huracán Helene tocó tierra la semana pasada en Florida y, en medio de la recta final de la campaña electoral, ya ha dejado 200 muertos y cientos de personas sin hogar a su paso por Georgia, Carolinas, Virginia y Tennessee. Los equipos de rescate, y los propios vecinos, trabajan a contrarreloj en busca de supervivientes. Se trata del ciclón más mortal en Estados Unidos desde el Katrina, en el 2005, y que hundió la popularidad del entonces presidente George W. Bush por la mala respuesta al desastre.
La forma en que el presidente Joe Biden y sobre todo la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris reaccionen en las próximas semanas a la situación puede ser determinante en las urnas. Especialmente porque dos de los siete estados clave que están en juego este 5 de noviembre, Georgia y Carolina del Norte, se han llevado la peor parte del golpe. A principios de la semana pasada, una nueva encuesta mostraba cómo el republicano Donald Trump volvía a coger fuerza a los sondeos gracias a su liderazgo en la batalla por estos dos estados, además de conseguir marcar distancia con Harris en Arizona (otro estado bisagra ). Aunque Pensilvania sigue dibujándose como el estado que decidirá quién se sienta en el Despacho Oval, Trump necesita Georgia, y perder a Carolina del Norte (que siempre ha votado republicano) sería un duro golpe.
El expresidente no ha perdido la oportunidad para aferrarse a la tragedia e instrumentalizarla en contra de sus rivales. El martes, Trump se desplazó a Georgia para visitar las zonas afectadas por el huracán y nada más llegar ya dijo que Biden estaba "durmiendo" y no contestaba al teléfono del gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, cuando éste "le va llamar y no logró hablar con él". Poco después, Kemp tuvo que salir a desmentir a Trump, y agradeció a Biden la pronta respuesta. Si esto no fuera suficiente, el expresidente también se ha inventado que el gobierno federal está confabulando por no dar ayudas a los estados con gobernadores republicanos.
La relación entre Trump y Kemp no es de las mejores que hay, ya que el expresidente le guarda rencor al gobernador por defender la integridad de los resultados de Georgia donde Trump perdió por un estrecho margen contra Biden. Sin embargo, el expresidente necesitará la popularidad del gobernador para ganar este estado. Asimismo, la catástrofe del huracán Helene en Carolina del Norte ha llegado en un momento oportuno para los republicanos: la polémica en torno a Mark Robinson, el candidato republicano a gobernador de ese estado que se describió como un "negro nazi" en un foro pornográfico, amenazaba con salpicar a Trump en las encuestas presidenciales. Ahora, los ciudadanos de Carolina del Norte tienen preocupaciones más importantes, como conseguir agua corriente o electricidad. Muchos de los residentes de las dos Carolinas siguen sin luz y línea de teléfono a raíz de los estragos provocados por elHelene.
El presidente Biden y Harris ya se han desplazado por separado a algunas de las zonas más afectadas. El miércoles Biden voló hasta Greenville (Carolina del Sur) y después recorrió otras zonas de ese estado y de Carolina del Norte. Este jueves ha volado a Georgia, y después se ha dirigido hacia Florida, aunque ni Kemp ni el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, han acompañado al presidente estadounidense en su visita. La Casa Blanca ha especificado que Biden ha hablado con ambos y les había invitado a acompañarle en la revisión de las zonas catastróficas. Harris visitó Georgia el miércoles, donde repartió comida a los afectados y habló con las víctimas del huracán en la localidad de Augusta, donde los vecinos siguen sin electricidad.
En los últimos días el presidente Biden también ha anunciado el despliegue de hasta 1.000 soldados para reforzar la Guardia Nacional de Carolina del Norte y garantizar la entrega de suministros vitales, entre ellos agua, comida y medicamentos para las localidades que han quedado aisladas.
A pesar de la rápida respuesta de la administración Biden, las imágenes catastróficas y los más de 200 muertes contabilizadas dejan en el aire la pregunta de cómo es posible que un país como Estados Unidos no fuera capaz de prevenir una catástrofe como ésta . Algo que en los próximos días seguramente será el foco de un duro escrutinio dentro del Congreso, especialmente por parte de la bancada republicana, ya nivel nacional.