¿Por qué los republicanos no aceptan ahora la propuesta demócrata de blindar más las fronteras?
Un acuerdo en el Senado de Estados Unidos supedita la ayuda a Ucrania ya Israel a la política migratoria
BarcelonaLuz verde en el Senado estadounidense. Tras meses de negociaciones, senadores demócratas y republicanos presentaron el domingo un proyecto de ley conjunto para enviar ayuda a Ucrania e Israel que, tal y como querían los republicanos, finalmente se ha vinculado a un endurecimiento de la política migratoria. Sin embargo, hoy por hoy, el proyecto de ley, que tiene un presupuesto de 118.000 millones de dólares, parece muy difícil que pueda materializarse. De hecho, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ya le declaró "muerte de entrada" si es que acababa llegando finalmente a su cuarto. Por un lado, por la oposición del ala más dura de los republicanos, pero también por la dificultad de que los demócratas más progresistas acepten limitar la política de asilo de la forma en que se plantea en la ley.
El presidente Joe Biden, que en enero prometió que cerraría la frontera de inmediato si la ley salía adelante, suplicó al Congreso que la aprobara y la enviara a su escritorio lo antes posible. "Si cree, como yo, que debemos asegurar la frontera ahora, no hacer nada no es una opción", expresó en un comunicado, y añadió que "los republicanos de la Cámara de Representantes deben decidir si quieren resolver el problema o quieren seguir jugando a la política con la frontera".
La ley prevé que se destinen 60.000 millones a Ucrania, 14.000 a Israel (ambos en ayuda militar) y 10.000 a Gaza en concepto de ayuda humanitaria. En tanto que para el reforzamiento de fronteras se destinarían 20.000 millones. En este ámbito, las restricciones que se plantean son de las más importantes que el Congreso ha valorado en años, según afirma el New York Times. Por ejemplo, se incluyen restricciones severas en el tratamiento de peticiones de asilo, facilitar los procesos de detención y limitar a 5.000 por semana el número de personas que pueden atravesar la frontera desde México (teniendo en cuenta que diciembre va haber picos en los que pasaban hasta 10.000 personas al día). En la práctica, esto significa que los inmigrantes irregulares que llegaran a Estados Unidos una vez pasado este límite no tendrían derecho a pedir asilo y serían expulsados poco después. Una modificación considerable en comparación con la actual legislación. Además, el presidente obtendría nuevos poderes para expulsar de inmediato a los migrantes si las autoridades se ven superadas con las solicitudes de asilo.
Una ley que no convence ni demócratas ni republicanos
El proyecto de ley no incluye algunas de las demandas de los republicanos, como la construcción de un muro fronterizo y limitar la libertad condicional de los solicitantes de asilo, que ahora pueden vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos mientras esperan respuesta del administración, a veces durante años. Pero al mismo tiempo, las restricciones han despertado críticas de los demócratas, que ven la política migratoria demasiado restrictiva, como es el caso del senador Alex Padilla, demócrata de California. "El acuerdo incluye una nueva versión de una política de inmigración fallida de la era de Trump que provocará más caos en la frontera, no menos", lamentó en un comunicado.
Por eso no está nada claro que la ley salga adelante tampoco en el propio Senado, donde se prevé que se someta a una votación inicial el miércoles. Donald Trump y otros líderes republicanos están haciendo campaña entre los miembros de su partido para que el proyecto de ley no avance.
Pero si son precisamente los republicanos quienes llevan años pidiendo el endurecimiento de la política migratoria, ¿por qué ahora líderes del partido y el propio Donald Trump están en contra de que se apruebe la ley? Según argumentan la mayoría de los medios estadounidenses, los republicanos de Trump estarían dispuestos a renunciar a blindar sus fronteras por pura maniobra electoral. Si concluyen un acuerdo con sus rivales demócratas para resolver el problema de fondo de la cuestión migratoria, será Joe Biden quien se colgará la medalla y aparecerá como el "salvador" americano. En cambio, si no se aprueba, Trump espera mantener hasta las elecciones la retórica que ha ido repitiendo en los últimos años, según la cual Estados Unidos sufre una "invasión" de migrantes de la frontera sur.