Estados Unidos

Toque de queda en el centro de Los Ángeles en la quinta noche de protestas

El gobernador de California en un discurso televisado acusa a Trump de destruir la democracia estadounidense

ENVIADA ESPECIAL A LOS ÁNGELESLa policía de Los Ángeles ha impuesto esta madrugada el toque de queda en el centro de la ciudad para sofocar los disturbios causados ​​por las agresivas redadas de inmigración. La prohibición de salir a la calle empezaba a las ocho de la tarde (hora local) y cientos de personas continuaban concentradas frente al Centro de Detención Metropolitano, uno de los epicentros de los disturbios en las últimas cinco noches. La docena de guardias nacionales que este martes al mediodía custodiaban la entrada del edificio se habían multiplicado hasta una cincuentena y ocupaban, hacinados, toda la explanada de la entrada.

Antes de llegar al centro de detención, más de un centenar de manifestantes han estado recorriendo las calles de la ciudad durante más de dos horas al grito de "¡Fuck ICE!"Buena parte de los participantes eran latinoamericanos, como el caso de Joselyn Ramírez, que sostenía una pancarta con el lema "Mi padre trabaja más que tu presidente". La joven, de 24 años, nació en Los Ángeles después de que sus padres emigraran desde Sinaloa (México) a Estados Unidos y aunque ellos residen llevan días encerrados en casa desde que empezaron las redadas la semana pasada.

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"No se atreven a salir a la calle. Viven con miedo, eso es una injusticia. Muchos de ellos han dejado de ir a trabajar por miedo a no volver a casa", denuncia. Horas antes, este martes por la mañana en el Home Depot de Paramount, donde se produjeron las primeras redadas que originaron las protestas actuales, los agentes de ICE volvían a actuar y arrestaban al menos a ocho personas que estaban en la zona del parking. A lo largo de la tarde los soldados de la Guardia Nacional también se movilizaron para escoltar a los agentes de inmigración a la hora de practicar detenciones.

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A las ocho y diez de la tarde, cientos de efectivos de policía irrumpían a pie por dos de las intersecciones que llevan a la entrada de la calle donde se encuentra el centro de detención. Bajando por la tercera intersección aparecían una veintena de agentes a caballo. Sonaban los rasgos de las pistolas de goma y los agentes empezaban a dispersar la zona. A las ocho y veintiún minutos habían vaciado el cruce entre Temple Street y Los Angeles Street. En las tres bandas de los cordones de seguridad aún quedaban algunos manifestantes. Por encima de las cabezas de los caballos se veía ondear una bandera de México. Precisamente, la administración Trump ha utilizado la presencia de las banderas mexicanas para insistir en la mentira de que el país vive una "invasión".

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Pasadas las nueve de la noche las calles de Little Tokyo (como se conoce la zona) estaban prácticamente vacías y la perspectiva de nuevos disturbios se disolvía. En medio de la retórica incendiaria del presidente estadounidense, Los Ángeles quiere evitar nuevas escenas de caos como las del fin de semana para así no darle más munición al republicano. Más allá de seguir inundando la ciudad con soldados, todavía existe la posibilidad de que aplique la ley de insurrección de 1807, que permite movilizar activos militares dentro del territorio durante momentos de rebelión o disturbios.

Antes de la medianoche, la policía de Los Ángeles aseguraba que había llevado a cabo "arrestos masivos", aunque en la zona de Little Tokyo los agentes se han limitado a ir vaciando, calle a calle, la presencia de los últimos grupos de manifestantes.

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La quinta jornada de protestas contra las redadas de ICE (las siglas con las que se conocen los agentes de inmigración) justo empezaba a recorrer las calles de Los Ángeles este martes al mediodía cuando la alcaldesa de la ciudad, Karen Bass, imponía el toque de queda en un perímetro de 2 de mayo. De las ocho de la tarde a las seis de la mañana estaba restringido el movimiento dentro de Downtown y Chinatown, excepto para los residentes, los sintecho y la prensa.

Newsom: "La democracia es atacada"

Bass justificaba la decisión después de días de altercados en torno a los edificios federales y que 23 comercios fueran vandalizados el lunes durante la cuarta jornada de protestas. "La policía detendrá y presentará cargos contra aquellos que violen el toque de queda. Si no vives ni trabajas en el centro de Los Ángeles, no vayas", ha dicho la alcaldesa al atardecer. El temor a que esta noche se volvieran a repetir situaciones parecidas se veía en los tablones de madera que tapiaban las vidrieras de muchos locales y restaurantes del centro.

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Una hora antes de que entrara en vigor el toque de queda, el gobernador de California, Gavin Newsom, afirmaba en un discurso televisado que el presidente Donald Trump ha "encendido una situación ya de por sí inflamable" al enviar la Guardia Nacional de California y movilizar a 4.000 soldados y 700 marinas. El demócrata ha advertido al país de que Trump está destruyendo la democracia estadounidense con la militarización de la ciudad. "La democracia es atacada frente a nuestros ojos. El momento que temíamos ha llegado", aseguró con tono grave.

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"California quizá sea la primera, pero claramente no se acabe aquí", ha dicho Newsom, sumándose a las críticas que apuntan a que Trump está convirtiendo a Los Ángeles en un laboratorio sobre cómo desplegar las fuerzas militares sobre las ciudades santuario.