Trump encamina el regreso a la Casa Blanca a un año de las elecciones
El expresidente, que domina las encuestas ante Biden, vuelve a ausentarse en el tercer debate republicano de primarias
WashingtonLa primera pregunta que han hecho esta noche los moderadores del tercer debate de primarias republicanas, en Miami (Florida), ha estado dirigida al segundo candidato según las encuestas, el gobernador del estado anfitrión, Ron DeSantis: "Por qué los republicanos l ¿deberían elegir a usted y no a Donald Trump para enfrentarse a Joe Biden dentro de un año?" La misma pregunta han respondido a los otros cuatro contrincantes presentes: Nikki Haley, Vivek Ramaswamy, Chris Christie y Tim Scott.
Pero los argumentos que han podido aportar de poco servirán para convencer a los trumpistas, incluso a los que no las tienen todas: Trump lidera de forma abrumadora las encuestas, con el 56,5% del soporte republicano, y DeSantis, el único remotamente capaz de plantarle cara, le mira de lejos con un 13,9% de los apoyos.
Esta ventaja explica la alargada sombra del exmandatario, así como su ausencia, de nuevo, en el tercer debate de primarias. Trump –que el lunes declaró en los juzgados de Nueva York por fraude continuado, en su enésimo caso judicial– ha vuelto a contraprogramar con un mitin a escasos kilómetros del debate, en Hialeah (Florida).
El magnate tiene motivos para ser optimista: si las elecciones se celebraran hoy, ganaría Biden en cinco de los seis estados considerados clave para vencer a los comicios presidenciales, según la última encuesta de Siena College para The New York Times, que ha causado un terremoto en el seno del Partido Demócrata. Concretamente, Trump ganaría en Nevada, Georgia, Arizona, Michigan y Pensilvania, cinco estados donde Biden se impuso en el 2020 con un margen estrecho de votos.
La edad castiga a Biden, pero no Trump
El director de Siena College y responsable de la encuesta, Don Levy, asegura al ARA que pintan flacas para el demócrata: "Biden no sólo pierde en cinco de los seis" swing states, sino que además sus índices de aprobación son aún más bajos que los que tenía Trump a estas alturas en las últimas elecciones". Según Levy, la edad es el principal factor, a pesar de que sólo le separan tres años de su rival: "El 71% de los electores y el 50% de los demócratas creen que más demasiado grande para ser presidente, y el 62% le carecen de la agudeza mental necesaria".
Si es elegido, Biden, que ya es el presidente de mayor edad de la historia de Estados Unidos, acabaría su segundo mandato con 86 años. Si ganara Trump, acabaría con 82 años. Sin embargo, "solo el 38% responde a nuestras encuestas que Trump es demasiado grande: es una diferencia significativa", remarca Levy, quien explica este resultado porque "la campaña de Trump ha sido efectiva caricaturizando a Biden como un viejo senil" –con expresiones como sleepy Joe (el dormilón Joe)– y porque "su lenguaje simple y directo conecta con más capas de la sociedad".
Pero la edad no es la única explicación: "Cuando preguntamos a los electores en los que basarán el voto, gana por un margen estrecho la economía. Y resulta que los votantes confían un 20% más en Trump en este tema", remarca el director de Siena College. En la historia reciente, la sociedad estadounidense ha confiado más en los republicanos en cuestiones de bolsillo, pero ahora pesa también la elevada inflación vivida durante el mandato de Biden.
Una inflación que ha sido un fenómeno mundial, impulsado por la reactivación del consumo después de la pandemia y por el aumento de los precios de la energía a raíz de la guerra de Ucrania. Así que no se puede atribuir toda la responsabilidad al mandatario: los precios llegaron al pico más alto desde los años ochentael pasado junio (9,1% interanual) y desde entonces se han ido reduciendo progresivamente hasta el 3,7% actual.
¿No existen alternativas?
Ninguno de los más que probables candidatos a la presidencia, ni Biden ni Trump, convencen a los estadounidenses. Pero a estas alturas, cuando queda apenas un año para los comicios, tampoco parece probable que surjan alternativas viables. En este escenario, aparece el nombre de Robert Kennedy, el último representante de la dinastía política más influyente de la historia del país, que se presenta como candidato independiente tras retirarse de las primarias demócratas por falta de apoyo.
"Cuando pides a los electores que elijan entre Biden, Trump y Kennedy, es sorprendente que este último, que no es un gran conocido en la política de EEUU, consiga cerca de un 25% de apoyo", destaca Levy. "Obtiene unas cifras que nunca hemos visto en un tercer candidato desde Ross Perot en los años 1990, lo que demuestra el descontento con los dos candidatos líderes", concluye.