¿Trump es cada vez más agresivo?

El expresidente ha incrementado la agresividad y el uso de la retórica violenta en sus discursos en los últimos años

WashingtonEl descenso de un personaje histriónico, que rompía con el lenguaje convencional que solía oírse en política, a un líder con aires mesiánicos que habla del "enemigo interno" y promete perseguir a sus adversarios políticos si vuelve a la Casa Blanca. Aunque las salidas de tono y la xenofobia por parte de Donald Trump se hayan convertido en la normalidad desde su irrupción en la política estadounidense, el tono y la agresividad han escalado en su intento por volver a la presidencia . Trump pivotó del "nosotros" de los primeros mítines en 2016 al "ellos" de los actuales discursos, donde lo contrario ha pasado de ser el "deep state"en el "enemigo interno".

Antes de llegar a la Casa Blanca el discurso de Trump durante la primera campaña también presentaba elementos de unidad que buscaban crear un movimiento en torno a un nuevo modelo de país. aquí el lema Make America great again. "Cuando una parte de América sufre, todos sufrimos. Y cuando un americano sufre una injusticia, toda América junta sufre. Estamos todos juntos", decía por esa época el magnate. Ahora, la energía que desprende el mensaje es radicalmente distinta: "Y, al final, no van detrás de mí. Van detrás de vosotros. Yo simplemente estoy en medio de su camino. Es un honor para mí hacerlo". Trump apela a la unidad de los suyos frente a otro que, supuestamente, busca silenciar y acabar con la "verdad".

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La retórica negacionista es un elemento que tampoco estaba presente en los inicios de Trump. Las noticias falsas y las exageraciones sí formaban parte de su manual de campaña, pero ahora la narrativa ha derivado en una especie de realidad paralela donde sigue defendiendo que ganó las elecciones del 2020. La ruptura con los hechos es tal que el mensaje que se está enviando a las bases ya es que si Harris gana será porque ha habido fraude. Una idea que hinchas del republicano repetían el domingo por la noche a las puertas del Madison Square, pero también lo decían en Arizona ya principios de mes en el mitin de Butler.

Retórica más violenta

Un estudio publicado por la UCLA, que analiza 99 discursos del magnate desde abril de 2015 hasta junio de 2024 hechos durante mítines y actos de campaña, concluye como el uso de una retórica violenta por parte de Trump se ha ido incrementando con el paso del tiempo. "Es posible que Trump espere, a través de agitar sentimientos como la ansiedad, aumentar la demanda de un "líder fuerte", que se cree capaz de defender al país contra amenazas, tanto externas como internas", expone Daniel Treissman, uno de los autores del estudio.

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El documento destaca que el expresidente ha ido intensificando la carga de ira y agresividad en detrimento de las referencias sobre su gestión económica. Aunque algunas de las medidas que defiende el republicano en este ámbito siguen en la línea de la campaña de 2016, como la bajada de impuestos, ya no son el principal tema de los mítines de Trump. Por el contrario, los ataques contra los inmigrantes y la retórica conspiranoica sobre los dos intentos de asesinato vividos por el expresidente se han convertido en la tónica.

"Con la inmigración es mejor ser inteligente y duro. Te están tomando los puestos de trabajo. Más vale que tengamos cuidado", decía el 2014 Trump durante una intervención en el CPAC. Ahora Trump ya habla de los inmigrantes como "ajenos" y los que "envenenan la sangre de nuestro país". El término, aun siendo un tecnicismo administrativo para referirse a los ciudadanos no nacionalizados del país, tiene una carga aún más deshumanizadora hacia las personas que intentan atravesar la frontera. Asimismo, la promesa estrella ha pasado de ser el muro a la mayor "deportación masiva de la historia de Estados Unidos".

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Madison Square Garden, otra muestra

Los comentarios racistas y los insultos sin filtro que se oyeron este domingo en el Madison Square Garden por parte de los ponentes también representan la culminación de la espiral de la ira de Trump que está arrastrando al partido republicano y toda su órbita.

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Atacar a un grupo de electores clave como son los latinoamericanos es otro ejemplo del sentimiento de impunidad que rodea a Trump y su séquito. El mitin del Madison Square era la ejecución práctica de la famosa frase que pronunció Trump en el 2016: "Podría disparar a alguien y no perdería a ningún votante". Una afirmación que ya se confirmó después de que le sentenciaran culpable por los 34 delitos graves por el caso Stormy Daniels y que derivó entre las bases en el lema "Sí, votaré por un criminal convicto".

Los cuatro casos penales contra Trump (en los que se incluía el caso de Stormy Daniels) fueron uno de los primeros escalones donde Trump bajó para referirse a una "cacería de brujas" y mostrarse como víctima de una "persecución política". El atentado de Butler sirvió de detonante para empezar a hablar de conspiraciones para destruirlo y acabar degenerando en el discurso del enemigo interno. El otro elemento, inesperado, que aportó el tiroteo fueron los aires mesiánicos con los que Trump se comporta ahora. En varias ocasiones ha afirmado que Dios está a su favor.