De yihadista a estadista: Trump recibe en la Casa Blanca al nuevo presidente de Siria
Es el primer jefe de estado sirio que visita Washington, cuando el republicano intenta sumar apoyos a Israel en la región
WashingtonEl presidente sirio, Ahmed al Sharaa, vuelve a sumar un nuevo episodio inimaginable para los sirios y para su propia trayectoria personal. Tras liderar el grupo yihadista que derrocó al régimen de Bashar el Asad, Al Sharaa ha sido el primer mandatario sirio que pisa la Casa Blanca desde la independencia del país de Francia, en 1946. Pese a la excepcionalidad del hito, el ex milicián no ha sido recibido por la puerta del ala el apretón de manos y saludo previo a entrar en el edificio.
El encuentro con el presidente estadounidense, Donald Trump, marca un punto de inflexión para el país árabe y para las alianzas en Oriente Próximo. La caída de los Asad significó la pérdida de un aliado clave para Irán, y ahora Washington busca redibujar los equilibrios de la región con un acercamiento estratégico a Damasco. El objetivo de Washington es llegar a una eventual cooperación entre el nuevo gobierno sirio e Israel.
El presidente sirio busca culminar las relaciones con Estados Unidos después de que en mayo Trump anunciara durante su gira por las petromonarquías árabes que pretendía levantar las sanciones impuestas al régimen de Al Asad. El encuentro está precedido por meses de negociaciones de bajo perfil en las que el sirio quiere asegurar una relación con Washington para así reforzar el reconocimiento de su gobierno y conseguir apoyo estadounidense para la reconstrucción de una Siria arrasada por más de 10 años de guerra civil. El Banco Mundial estima que el coste para levantar de nuevo el país sería de 216.000 millones de dólares.
Al-Sharaa se reúne con Trump en medio de las tensiones a raíz de la invasión israelí del sur de Siria: Israel ya ocupaba los altos del Golán y tras la caída de Al Asad atacó a los arsenales israelíes y profundizó el control sobre su territorio. Los enfrentamientos se agravaron en julio, cuando los ataques entre las facciones islamistas y las drusas desembocaron en un bombardeo por parte de Israel contra el ministerio de Defensa en Damasco. El gesto dinamitó las conversaciones que hasta entonces habían estado manteniendo ambos países.
Washington ahora espera poder desatascar las negociaciones y crear un puente de cooperación entre el país árabe e Israel. Después de que los países árabes apoyaran el plan de Trump en Gaza, conseguir que Damasco se convierta en un socio de Israel sería un éxito en la línea que ha seguido Trump desde su primer mandato con los Acuerdos de Abraham para integrar el país en la región. Por no decir que Washington ganaría un segundo aliado en una zona estratégica, y haría casi irreversible el distanciamiento de Damasco con los ayatolás.
Al Sharaa ha viajado a Washington después de que la semana pasada Siria fuera eliminada de la lista de países sancionados de Naciones Unidas. El viernes el departamento de Estado también anunció que Al Sharaa –anteriormente conocido por su nombre como guerrillero, Abu Mohamed el Julani– y el ministro del Interior sirio, Anas Khattab, serían eliminados de la lista global de terroristas como un "reconocimiento del progreso demostrado por el gobierno sirio después de la partida".