Bruselas propone sanciones a Netanyahu: más aranceles, menos ayudas y castigos a ministros

BruselasNuevo paso adelante de la Unión Europea para sancionar al gobierno de Benjamin Netanyahu. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha propuesto este miércoles sancionar parcialmente el acuerdo de asociación entre la UE e Israel, cortar fondos destinados a Tel Aviv, castigar a dos de los ministros israelíes "más radicales" y ampliar la lista negra de colonos violentos en Cisjordania. Por el contrario, Bruselas también planteó incrementar el número de personalidades y entidades relacionadas con Hamás. Sin embargo, todas estas medidas no entrarán en vigor de forma inmediata, sino que deben contar con un apoyo de los Estados miembros, que siguen divididos sobre Gaza.

La suspensión parcial del acuerdo de asociación entre ambas partes conlleva a la práctica que la UE subirá los aranceles a los productos israelíes. Según explican fuentes comunitarias, el 37% de las exportaciones del bloque europeo a Israel y el 30% de las importaciones se ven a estas alturas beneficiadas por este pacto comercial y están excluidas de gravámenes fronterizos. Por tanto, sólo estos porcentajes de las transacciones verán cómo se les incrementa las tasas de aduanas a los niveles que establece de manera general la Organización Mundial del Comercio (OMC) entre los estados que la integran.

Por el lado europeo, la Comisión Europea asegura que sobre todo afectará a productos agroalimentarios. El resto de transacciones entre la UE e Israel –como los químicos, la maquinaria y la tecnología– no se verán afectadas porque, tal y como explican las mismas fuentes, Israel es una economía "muy abierta" y muchos de sus sectores están libres de aranceles, incluso sin que exista un acuerdo comercial de por medio, como el que tiene con Bruselas.

Teniendo en cuenta el comercio actual, los altos funcionarios de la Comisión Europea aseguran que los nuevos aranceles afectarán a importaciones israelíes por un valor total de 5.900 millones de euros y tendrán un coste de 227 millones de euros. Ahora bien, tal y como insisten desde Bruselas, el peso económico de la UE y de Israel y sus interdependencias no tienen punto de comparación: el comercio del bloque europeo con Israel sólo supone el 0,8% del total de transacciones que registra al año, mientras que para el país israelí este porcentaje sube hasta el 32%. De hecho, la UE es para Israel el principal socio comercial.

La Comisión Europea también ha propuesto a los estados miembros sancionar a dos de los ministros "más radicales", Bezalel Smotrich (titular de Finanzas) e Itamar Ben-Gvir (titular de Seguridad). Se les congelaría el dinero que tenga en territorio de la UE y tampoco podría obtener beneficios; se prohíbe, además, su entrada en cualquier Estado miembro comunitario. Además, Bruselas pretende incluir en la lista negra a más personalidades y entidades relacionadas con Hamás y más colonos violentos en Cisjordania, una medida que ya tomó por primera vez en abril de 2024. Israel no tardó en reaccionar y, a través del ministro de Exteriores, Gideon las medidas anunciadas por la Comisión Europea. "Las medidas contra Israel serán respuestas en consecuencia, y esperamos no tener que recurrir", ha dicho en una publicación en X, en la que ha afirmado que "Israel seguirá luchando" contra los intentos del resto de países de "dañarle mientras está inmerso en una guerra existencial". En opinión del titular de Exteriores, las recomendaciones del Consejo de Comisarios son "distorsionadas" tanto en el plano político como moral, y perjudican los intereses "de la propia Europa".

Las probabilidades de éxito

La suspensión parcial del acuerdo de asociación debe discutirse y aprobarse por una mayoría cualificada en el Consejo de la UE, que es el organismo que representa a los Estados miembros. Sin embargo, en estos momentos hay varios países que se muestran contrarios, como Alemania, Italia, Austria, Bulgaria, Chequia o Hungría. De hecho, en la votación por tan sólo revisar ese mismo pacto, hasta nueve gobiernos estatales se opusieron. Así, si la postura de esos estados no cambia, la propuesta de la Comisión Europea está condenada al fracaso.

Sin embargo, durante los últimos meses la Unión Europea ha ido virando hacia posiciones más propalestinas e incluso algunos gobiernos estatales, como el alemán, se han mostrado más críticos con Netanyahu. Por ejemplo, el canciller alemán, Friedrich Merz, ha anunciado este verano que embargan parcialmente el suministro de armas a Israel. También ha cambiado el posicionamiento de la presidenta de la Comisión Europea, la conservadora alemana Ursula von der Leyen, que hasta ahora había sido una de las voces más proisraelíes del bloque comunitario y, para sorpresa de todos, avanzó esta propuesta de sanciones el pasado miércoles en el Parlamento Europeo.

La situación es diferente en cuanto a las sanciones a los ministros israelíes, a los colonos violentos en Cisjordania y en Hamás. Son unas restricciones que deben adoptar por unanimidad y, por tanto, un solo estado miembro puede vetarlas. Sin embargo, países como Alemania o Italia, que tienen un gran poder de influencia dentro de la UE, parecen estar más abiertos a aplicar estos castigos y pueden arrastrar hacia el sí a otro de los países más favorables a Netanyahu, Hungría de Viktor Orbán.

La única medida que Bruselas puede adoptar sin el visto bueno de los Estados miembros es cortar los fondos europeos de los que se beneficia Israel, menos los que vayan destinados a rememorar el Holocausto. Así, Tel-Aviv no recibirá unos 6 millones de euros de la UE que ya estaban presupuestados pero no asignados, y todos los contratos por proyecto que ya están en funcionamiento, que son otros 14 millones.

En todo caso, la jefa de la diplomacia europea ha defendido que este tipo de sanciones no tienen en ningún caso el objetivo de "castigar" a Israel, sino de incrementar la presión sobre el gobierno israelí y que "mejore la situación humanitaria en Gaza", que ha calificado de "inaceptable". Según fuentes comunitarias, en caso de que se acabe aprobando la suspensión del acuerdo de asociación, no entraría en vigor hasta 30 días después para tener margen para negociar con Tel Aviv, si bien Netanyahu hasta ahora siempre ha hecho como si sintiera llover ante todos los llamamientos de la UE.