Dimite la ministra de Defensa alemana, superada por la guerra en Ucrania
Después de meses de polémicas, críticas y patinazos, Christine Lambrecht decide abandonar voluntariamente el cargo
Dortmund (Alemania)Alemania tiene un problema en Defensa. La titular de esta cartera en el gobierno de Berlín, Christine Lambrecht, ha presentado este lunes la dimisión rodeada de críticas y controversias, como ha sido casi desde que asumió el cargo hace 13 meses. Su marcha se daba por descontada desde hacía días, pero ahora ya es oficial y no tiene marcha atrás. “La focalización mediática sobre mi persona durante meses no permite que tengan lugar informaciones y debates objetivos sobre los soldados, el ejército alemán y las orientaciones sobre política de seguridad en interés de los ciudadanos alemanes. El valioso trabajo de los soldados y de los esforzados trabajadores de este ámbito de competencias es el que tiene que estar en primer plano”, ha justificado la ministra en el anuncio de su adiós.
Lambrecht era una política de gran confianza para Olaf Scholz. Cuando el actual canciller se convirtió en 2018 en ministro de Finanzas la incorporó a su departamento como secretaria de estado parlamentaria. En el último mandato de Angela Merkel como cancillera, Lambrecht, abogada de profesión, acabó siendo ministra de Justicia en Berlín.
Scholz tiene ahora un puzzle difícil de encajar con la marcha de esta política, socialdemócrata como él, que le ha resultado siempre muy leal. No hay muchos políticos expertos en defensa y, además, al canciller le gustaría respetar la proporción hombre-mujer en su gabinete. Lambrecht fue designada en diciembre de 2021 –de hecho, por sorpresa– máxima responsable de esta cartera en buena parte para respetar el equilibrio ministerial. Scholz hizo que cuatro de los siete ministerios adjudicados a los socialdemócratas del SPD fueran ocupados por mujeres expertas en política federal.
Entre los nombres que circulan en la prensa como relevo de Lambrecht están el de Eva Högl, comisaria de Defensa en el Parlamento alemán y a cargo de un informe anual sobre el ejército; Lars Klingbeil, colíder del SPD e hijo de militar; Hubertus Heil, actual ministro de Trabajo, y Wolfgang Schmidt, jefe del gabinete del canciller, todos ellos socialdemócratas.
La última en popularidad
Scholz ha aceptado enseguida la dimisión de Lambrecht después de agradecerle el “buen trabajo” en “tiempos difíciles y desafiantes” y se ha comprometido a presentar el nombre de su sucesor o sucesora en un breve margen de tiempo. La marcha de Lambrecht llega en un momento muy inoportuno: el viernes tiene lugar una reunión de los aliados occidentales en la base norteamericana de Ramstein, en el oeste del territorio alemán, con la perspectiva de que se anuncien nuevas ayudas para Ucrania. Alemania está bajo presión para que suministre tanques.
Pero la dimisión de Lambrecht no sorprende a nadie. En el último barómetro del instituto Insa, la dimisionaria ministra de Defensa aparecía en la última posición entre las personalidades políticas. Las críticas a Lambrecht se han basado en la falta de planificación, la sensación de desbordamiento y la falta de sintonía y confianza con la élite militar a la hora de llevar a cabo la modernización del ejército alemán, a pesar de que contaba con un nuevo fondo especial de 100.000 millones de euros para este objetivo.
Lambrecht acumulaba titulares negativos, además, por varias meteduras de pata. Cuando estalló la guerra en Ucrania prometió un simple envío inicial de 5.000 cascos para los soldados. En una visita a las tropas alemanas en Malí apareció con zapatos de tacón. En otra ocasión hizo un viaje privado con su hijo en un helicóptero del ejército. Y más recientemente irritó con un mensaje grabado en pleno castillo de fuegos artificiales durante la noche de Fin de Año en Berlín en el que daba las gracias por las “personas interesantes” que había conocido a raíz de la guerra en Ucrania.