Gasto militar

Los tanques más modernos de Alemania no funcionan (y el país ahora lidera la intervención rápida de la OTAN)

Alemania dispone del carro de combate más caro del mundo, pero lo está sustituyendo por uno más antiguo porque es más fiable

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Tancs alemanes Puma en una demostración el junio de 2021 a Munster.

Dortmund (Alemania)Alemania dispone del carro de combate más caro del mundo. Pero no puede hacer mucha cosa. Al menos por ahora. El llamado tanque Puma, que cuesta 17 millones de euros cada ejemplar, es el barco insignia de la infantería blindada del ejército alemán; un Fórmula 1 en su categoría militar. Es lo suficientemente ligero como para poder ser transportado por un Airbus A400 M, perfectamente acorazado, y muy preciso en el tiro. Una maravilla, si no fuera porque se estropea a menudo.

Hace pocas semanas, durante un ejercicio en el centro de prácticas cerca de Munster, en el norte del país, los 18 Puma modernizados que participaban se averiaron en el plazo de ocho días. Entre otras deficiencias, se detectaron sobre todo problemas con la electrónica. Un carro de combate incluso sufrió un incendio de cables. 

La noticia, avanzada por Der Spiegel a partir de una carta filtrada del mayor general Rupert von Butler, ha inquietado mucho al gobierno de Berlín. “Es un revés duro”, admitió la ministra alemana de Defensa, Christina Lambrecht, ya bastante criticada por la lentitud con la que gestiona la reforma del Bundeswehr, el ejército federal, sujeto a un plan de renovación de 100.000 millones de euros.

Lambrecht ha advertido a las empresas armamentistas germánicas Krauss-Maffei Wegmann y Rheinmetall, constructoras del Puma, de que hasta que no se identifiquen y eliminen las causas de las averías de estos tanques no quiere invertir más dinero. La modernización de más carros de combate de este tipo, aprobada a mediados de diciembre por el Bundestag (cámara baja del Parlamento), no se ordenará, todavía. Y la compra de más Puma, prevista para este año, está en entredicho. “Hasta que el vehículo no demuestre ser estable no habrá más pedidos. Nuestra tropa tiene que poder estar segura de que sus sistemas de armas son robustos y seguros”, indicó la ministra, que espera con urgencia un informe de análisis del problema por parte de los departamentos competentes. 

En el peor de los casos podría pasar que ninguno de los 350 Puma del ejército alemán tenga futuro. De momento, serán sustituidos por otros carros de combate antiguos pero fiables que también tienen nombre de mamífero carnívoro, los Marder (marta, en español).

Un líder en entredicho

La sensación de ridículo en el ministerio de Defensa de Berlín se agrava si se tiene en cuenta que Alemania asumió la dirección de la nueva fuerza de intervención rápida de la OTAN, la Very High Readiness Joint Task Force (VJTF), este 1 de enero. La VJTF es la punta de lanza de las fuerzas de reacción a las crisis de la OTAN, que tienen que desplegarse en lugares conflictivos en un plazo de dos a siete días.

Como los 18 modernos Puma que flaquearon en unas maniobras recientes no están por ahora operativos, las unidades de combate que el ejército alemán pondrá en marcha a principios de este año en Lituania no serán de tecnología ultramoderna sino que serán los Marder, que llevan más de 50 años de servicio a la Bundeswehr.

Los problemas de los Puma traen cola desde hace tiempo. Lambrecht ya tuvo que reconocer en abril que del total de 350 tanques de este tipo que tienen las fuerzas armadas alemanas solo 150 están, de hecho, listos para funcionar. La razón: faltan piezas de repuesto para los carros.

Este error de planificación es especialmente incómodo para el gobierno de Berlín, porque no queda en evidencia en tiempo de paz sino en medio de una comprometida situación de inseguridad en Europa a raíz de la invasión rusa en Ucrania. 

Voces de la coalición gubernamental que lidera el canciller, Olaf Scholz, temen que este contratiempo con los Puma alejen todavía más la entrega de tanques alemanes a Kiev. El Bundeswehr continúa necesitando sus Marder, pero el experto en defensa del partido verde, Sebastian Schäfer, insta a hacer posible la entrega urgente tanto de Marder como de Leopard 2 a partir de las existencias de la industria.

Demasiado modernos y sofisticados

La trayectoria de los Puma simboliza los errores de la industria armamentista alemana de las últimas tres décadas. Cuando los jefes de la Unión Europea acordaron a finales del siglo pasado formar tropas de intervención rápida, los alemanes se lanzaron a una carrera para desarrollar la mejor de las mejores tecnologías aplicadas al ejército, en vez de concentrarse en hacer evolucionar lo que ya estaba demostrado que funcionaba.

Según los ambiciosos diseños, el Puma tenía que pesar bastantes menos toneladas que los Marder para facilitar el transporte en Airbus y tenía que ser, a la vez, tan resistente y móvil como el carro de combate Leopard 2. Tenía que ofrecer, además, un blindaje fuerte contra minas, trampas explosivas y proyectiles de bazuca. Tenía que contar con un sistema de misiles guiado y otras prestaciones técnicas altamente complejas. En la búsqueda de la viabilidad tecnológica se hizo que la torreta del tanque pesara mucho menos, pero que tuviera que ser dirigida –armas y ópticas– a distancia a través de numerosos sensores. 

Aquí reside uno de los principales problemas del Puma. Lleno de cables, conexiones con una docena de ordenadores y softwares con un millón de líneas de programación, el Puma es imposible de reparar por un mecánico clásico de tanques y depende, para su puesta a punto, de expertos en informática muy específicos que poco a menudo están en el lugar de las maniobras. 

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