Humedales contra Putin: la estrategia de los vecinos de Rusia para defenderse

BerlínLa realidad geopolítica en Europa cambió drásticamente en el 2022 con el inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania, lo que ha obligado a los países europeos a replantear su defensa ya buscar soluciones innovadoras que vayan más allá de invertir miles de millones de euros en armamento convencional, tanques y sistemas antidrones. Ahora algunos países europeos fronterizos con Rusia y Bielorrusia, aliada del Kremlin, están estudiando la restauración de humedales –turberas, marismas y pantanos– para crear barreras naturales capaces de frenar a los tanques rusos en caso de una eventual invasión terrestre.

La idea salió de un grupo de científicos especializados en humedales, que propuso restaurar y utilizar las turberas situadas a lo largo de las fronteras orientales de la Unión Europea como "defensa natural" para disuadir a posibles agresiones rusas. Esta medida contribuiría "tanto a la seguridad y capacidad de defensa como a la conservación del clima y la naturaleza", según Hans Joosten y Franziska Tanneberger, miembros del centro alemán de conservación de turberas Greifswald Mire Centre, y Malte Schneider, director general de la empresa de restauración de la naturaleza Aeco. "Las turberas naturalmente húmedas, y también las que se han vuelto a humedecer, son intransitables para los tanques, lo que ralentiza los movimientos de las tropas y obliga a utilizar corredores previsibles más fáciles de defender", explican los científicos.

Los humedales han tenido históricamente un papel decisivo en la defensa militar debido a su inaccesibilidad. "Las turberas naturales son muy húmedas y, de hecho, no pueden atravesarse, salvo, con prudencia, a pie", explica Joosten, profesor emérito de estudios sobre turberas y paleoecología de la Universidad de Greifswald. Pero en los últimos siglos, y especialmente en el siglo XX, muchas han sido drenadas para destinarlas a la agricultura y la silvicultura, lo que ha aumentado considerablemente su accesibilidad, recuerda Joosten.

Resulta que la mayor parte de las turberas de la Unión Europea se concentran en la frontera oriental de la OTAN con Rusia y Bielorrusia: desde Finlandia hasta Polonia, pasando por los países bálticos. Los humedales de Polonia representan, por ejemplo, un 18% del territorio del país. Países como Finlandia y Polonia se plantean ahora restaurar los humedales y convertirlos en un aliado natural contra Putin.

Campos de minas naturales

"El medio natural de las zonas fronterizas es un aliado evidente de cualquier acción que refuerce los elementos del Escudo Oriental", explica un portavoz del ministerio de Defensa polaco. Lo mismo ocurre en Letonia, donde las Fuerzas Armadas Nacionales del país ya han apoyado un proyecto financiado por la Unión Europea para recuperar algunos humedales. Existe una iniciativa similar en Lituania.

Los científicos proponen integrar las turberas en las estrategias de seguridad y defensa, y empezar a recuperar las que se encuentran en las fronteras internacionales, de forma que se restauren "líneas de defensa basadas en la naturaleza". "Tiene el mismo efecto que colocar campos de minas, pero es mucho más humano", afirma Joosten, quien explica que la humedad de las turberas es "suficiente para impedir la entrada de vehículos pesados ​​(tanques y artillería pesada) y el avance rápido de los soldados".

"Aunque la idea de restaurar los humedales es útil y atractiva, no hay que darle demasiada importancia. Los países bálticos deben prepararse para una guerra del siglo XXI que puede ser completamente diferente a lo que hemos visto hasta ahora", considera, en cambio, Maris Andzans, director del Centro de Estudios Geolítico. Y advierte: "Rusia es muy consciente de los obstáculos naturales y artificiales que hay a nuestro lado de la frontera. Actualmente la defensa contra los drones y la defensa aérea en general son cuestiones mucho más acuciantes para los países bálticos", concluye. No es ningún secreto que la guerra de Ucrania ha sido clave para el perfeccionamiento de los usos de los drones, elementos clave en las guerras de presente y de futuro.