Guerra entre Israel y Palestina

¿Por qué Israel no supo prevenir el ataque de Hamás?

Se dice que Irán dio el visto bueno a Hamás la semana pasada en una reunión en el Líbano: ¿cómo se le escapó al Mosad?

Eugenio García Gascón
y Eugenio García Gascón

Los israelíes aún no han digerido lo ocurrido el sábado, tan de repente, en parte porque no tienen precedentes en esta cuestión. Algunos observadores señalan que el 7 de octubre de 2023 ha sido la jornada más trágica para los judíos desde el Holocausto, durante la Segunda Guerra Mundial. Israelíes de todas las categorías, desde los jefes militares hasta responsables políticos, pasando por los ciudadanos más ordinarios, se preguntan qué ha hecho posible esta catástrofe. Y todo el mundo busca una justificación mientras mira de reojo a los servicios de inteligencia, esos poderosos aparatos del estado tan consentidos y con recursos casi ilimitados.

Ahora nos dicen que la semana pasada se celebró un cónclave en Líbano en el que los iraníes dieron a Hamás su visto bueno definitivo para la vasta operación. El ataque fue de una magnitud descomunal y desconocida. Esto significa que no se preparó de un día para otro, de una semana para otra, de un mes para otro. Se necesitaron muchos meses para terminar una planificación tan compleja y elaborada.

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Hace unos meses, cuando tuvo lugar la última confrontación armada en Gaza, solo participaron Israel y la Yihad Islámica. Hamás quedó al margen. Algunos analistas israelíes dijeron entonces que, absteniéndose de participar, Hamás mostraba madurez, y recalcaron que las autoridades israelíes podían estar satisfechas porque su política hacia la franja de Gaza era la correcta y progresaba por el buen camino. Ahora los mismos analistas se han enterado de por qué Hamás no luchó junto a la Yihad Islámica: estaba preparando el despliegue de fuerza de estos días y no quería interferencias.

Es muy posible que las especulaciones en torno a la reunión del Líbano sean correctas. Entonces, su primera implicación es que el Mosad ha fracasado estrepitosamente. Israel presume de saber inmediatamente lo que ocurre en los despachos de Teherán. Hace pocos años, el primer ministro Benjamin Netanyahu presentó públicamente, y ante las cámaras de televisión de todo el mundo, una supuesta biblioteca inmensa de documentos sobre el programa nuclear iraní. La implicación era que, cuando una mariposa se movía en Irán, en Israel lo sabían de inmediato.

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El tropiezo del Mosad

Pues bien, la injerencia iraní retrata el tropiezo del Mosad. Lo ocurrido no contribuye a su prestigio y deja en evidencia las alarmantes limitaciones de los servicios de inteligencia israelíes por el exterior. Es cierto que el Mosad puede matar u ordenar la muerte de científicos iraníes o responsables de los servicios de seguridad iraníes en las calles de Teherán. Pero el propio Mosad no ha sido capaz de detectar la mayor operación contra Israel desde la guerra del Yom Kipur, en octubre de 1973, que, por cierto, tampoco detectó.

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Del fracaso del Mosad pasamos al fracaso del Shin Bet, los servicios de inteligencia por el interior y los territorios ocupados, es decir, el cuerpo de seguridad que espía a los palestinos, y que también tiene una financiación casi ilimitada. Un comentarista israelí ha dicho que de una operación como esta a la fuerza tienen que estar al corriente cientos o miles de personas. ¿Cómo es posible que el Shin Bet, que rastrea cualquier movimiento que realizan las mariposas en la franja de Gaza, no haya detectado lo que estaba ocurriendo durante meses? Políticos y militares no se lo explican, porque no es fácil contar algo tan grande como esto en un país donde la seguridad lo es todo.

Los servicios de seguridad no han abierto la boca. Los israelíes de a pie siguen desorientados, inmersos en un mundo que hasta el sábado no existía. Es muy posible que rueden cabezas, no solo de los cuerpos de inteligencia del Mosad y el Shin Bet; también de Amán, que es el servicio de inteligencia militar y que tampoco detectó nada. Lo mismo podría decirse de la clase política gobernante. De momento nadie ha dimitido. De hecho, los líderes de la coalición se escondieron en las horas posteriores a la tragedia. Netanyahu, el único que dio la cara, no quiere asumir responsabilidades. En esa dirección, el líder israelí ha ofrecido a la oposición formar una coalición de emergencia. De esta forma la responsabilidad quedará repartida. Por el momento, los israelíes están en estado de shock. Solo las víctimas han empezado a exigir responsabilidades. Quizás un poco más adelante la gente en general pida responsabilidades específicas para olvidar el día más trágico de la historia de Israel desde el Holocausto.