La izquierda francesa insiste en gobernar pero Macron busca retrasar el cambio
El presidente no acepta la renuncia de Attal: quiere que continúe como primer ministro para "garantizar la estabilidad"
ParísEl nuevo gobierno de Francia tendrá que esperar. Tras las elecciones legislativas, el presidente de la República no tiene prisa por nombrar a un nuevo primer ministro ya un nuevo ejecutivo. El domingo por la noche, poco después de conocer la asombrosa victoria de la alianza de izquierdas, el primer ministro, el macronista Gabriel Attal, anunciaba que el lunes presentaría su dimisión al presidente. El movimiento era previsible, puesto que cada vez que hay elecciones legislativas, el primer ministro dimite. En este caso, además, la coalición presidencial perdía la mayoría en la Asamblea Nacional, que ahora deberá reconfigurarse siguiendo los resultados de estas elecciones.
Este lunes, sin embargo, Macron no ha aceptado la renuncia de Attal y le ha pedido que se mantenga temporalmente en el cargo para "garantizar la estabilidad en el país". El presidente ha dicho que es necesario mantener a Attal hasta que haya un nuevo gobierno y, por tanto, un nuevo primer ministro. "Siguiendo la tradición republicana, esperaré a la estructuración de la nueva Asamblea Nacional para tomar las decisiones necesarias", había anticipado Macron en la noche del domingo.
La labor del presidente de la República, que deberá encontrar un primer ministro con el que cohabitar, no será fácil. Los resultados del domingo dibujan ahora una Francia ingobernable. Ni la primera fuerza en la nueva Asamblea, el Nuevo Frente Popular (la alianza de las izquierdas) ni ningún otro bloque han obtenido una mayoría clara, algo que complicará el nombramiento de un nuevo primer ministro. Con los resultados definitivos, el bloque de izquierdas, siendo el más numeroso, sólo tiene 182 diputados, muy lejos de los 289 de la mayoría absoluta. El segundo grupo es el de coalición del presidente Macron, con 168 escaños, y la tercera fuerza es la extrema derecha de Marine Le Pen, que ha obtenido 143 escaños.
Sin gobierno a corto plazo
Es poco probable que Francia tenga nuevo ejecutivo a corto plazo. Las negociaciones se prevén largas y el país no puede permitirse no tener primer ministro, sobre todo teniendo en cuenta que en poco más de dos semanas se inauguran los Juegos Olímpicos de París, un acontecimiento que comportará un despliegue policial inédito y que tendrá lugar cuando Francia esté en máxima alerta terrorista.
La situación de una Asamblea sin mayorías claras es inédita. Macron, a quien la Constitución francesa otorga la potestad de nombrar al primer ministro, debe resolver la situación. La Carta magna no da demasiadas claves sobre quién debe ser primer ministro. Sólo dice que el presidente debe nombrarle respetando la mayoría de la cámara. ¿Pero qué ocurre si nadie tiene una mayoría clara? No hay respuesta.
Los partidos del Nuevo Frente Popular (NFP) -La Francia Insumisa (LFI), los socialistas, los ecologistas y los comunistas- tienen claro que son la primera fuerza en la Asamblea y les toca gobernar. Jean-Luc Mélenchon, líder de LFI, el principal partido del blog, ya reclamó el domingo por la noche en Macron que deje gobernar las izquierdas. Pero el presidente enfrió las expectativas y este lunes fuentes de su entorno dijeron que antes de hablar del gobierno quiere que se constituya la Asamblea. Previsiblemente la sesión constitutiva tendrá lugar el 18 de julio.
Según las mismas fuentes, Macron considera que quien ha ganado las elecciones es el frente republicano ante la extrema derecha y eso debería verse reflejado en el nuevo gobierno. Todo apunta a que el presidente se resistirá a aceptar un gobierno de izquierdas. Macron no ha hecho ninguna declaración pública ni el domingo ni tampoco este lunes pero el ministro del Interior en funciones, Gérald Darmanin, ha dejado suficientemente clara la posición del gobierno y del presidente. "Nadie ha ganado las elecciones, ni el Frente Popular ni el RN", aseguró este lunes.
Un primer ministro de izquierda
Las formaciones del NFP no están dispuestas a renunciar al gobierno y han abierto este lunes negociaciones para consensuar el nombre del primer ministro que van a proponer a Macron. Mélenchon, una figura polémica, siempre ha mostrado su voluntad de ser primer ministropero tiene pocas opciones por el rechazo que genera no sólo en los partidos de la oposición sino también entre las otras formaciones de izquierda. De hecho, antes y durante la campaña electoral, el partido considerado de izquierda radical ha vivido una ruptura interna, con figuras históricas apartadas del partido por Mélenchon y otras que han desertado señalando al líder como culpable.
El presidente de la República, si no opta por nombrar a un primer ministro de izquierdas, puede intentar una gran coalición entre las fuerzas moderadas, que incluiría a los socialistas y los ecologistas, pero no a los insumisos. Es la opción que parece que más convence a Macron, que ya ha advertido de que nunca haría una coalición con Mélenchon.
En el caso de una coalición sin LFI, Macron obtendría una mayoría sólida, pero sin mayoría absoluta, a menos que sumase la derecha. En cualquier caso, por ahora las izquierdas no quieren ni oír hablar de gran coalición y, menos aún, de romper el bloque, una opción que ya ha puesto sobre la mesa abiertamente el ministro del Interior. "Hay que pedir al partido socialista si acepta romper con La França Insumisa. En su caso, entonces podremos hablar de los temas importantes", ha dicho Darmanin.
La incógnita es saber si el inquilino del Elíseo presionará por esta alianza parlamentaria sin los insumisos, que reabriría las divisiones que siempre ha habido en el bloque de izquierdas. Según fuentes macronistas citadas por la prensa francesa, la estrategia del presidente podría pasar por esperar a que empiecen a surgir las tensiones entre los cuatro partidos de izquierdas -partidos con propuestas muy distintas que deben acordar el nombre del primer ministro pero también uno programa de gobierno- para después proponer la gran coalición. Por ahora, el Nuevo Frente Popular se muestra sólido y unido.