Francia

Le Pen anuncia que hará caer al gobierno francés: "Votaremos la moción de censura"

El primer ministro aprueba el presupuesto de la Seguridad Social para 2025 sin someterlo a votación en la Asamblea Nacional

ParísTres meses después del nombramiento de un nuevo gobierno, Francia vuelve a verse abocada a la inestabilidad política. La extrema derecha de Marine Le Pen, el Reagrupamiento Nacional (RN), tiene en sus manos la continuidad del gobierno francés liderado por el conservador Michel Barnier y está dispuesta a derribarlo. La decisión del primer ministro este lunes de no someter a votación en la Asamblea Nacional la partida de la Seguridad Social -una de las patas de los presupuestos de 2025- ha tenido como respuesta la presentación de dos mociones de censura por parte del Nuevo Frente Popular, la alianza de los partidos de izquierda, y de la extrema derecha.

A diferencia de otras veces en que Le Pen ha evitado votar mociones de censura presentadas por la izquierda, la líder del RN ha anunciado esta tarde que sus diputados votarán a favor para derribar al gobierno. Si las izquierdas y la extrema derecha apoyan conjuntamente una moción, previsiblemente habrá una mayoría suficiente para que ésta prospere. El resultado es que el gobierno estará obligado a dimitir. Sería la segunda vez en la historia de la V República que prospera una moción de censura. La primera y única hasta ahora fue en 1962, con Georges Pompidou como primer ministro.

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"El Sr. Barnier no ha querido responder a la petición de los once millones de electores del Reagrupament Nacional. Ha dicho que todo el mundo asumirá sus responsabilidades, así que nosotros asumiremos las nuestras. Presentamos una moción de censura y votaremos a favor de censurar al gobierno", ha afirmado Marine Le Pen. El gobierno francés acusa a la líder de extrema derecha "de sacrificar al país" por sus propios intereses.

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Elecciones, no antes de julio

Barnier ha anunciado este lunes por la tarde en la Asamblea que el gobierno renunciaba a sotemtre a votación el presupuesto de la Seguridad Social ante la carencia de una mayoría parlamentaria suficiente para sacarlo adelante. El ejecutivo ha aprobado directamente el texto gracias al artículo de la Constitución francesa 49.3, que otorga al gobierno la potestad de aprobar algunas leyes importantes sin pasar por la Asamblea. En su discurso para justificar el recurso en el 49.3, Barnier ha enviado un dardo a la extrema derecha. "En la responsabilidad que es mía, creo que los franceses no nos perdonarían que preferimos intereses particulares al futuro de la nación", afirmó ante el hemiciclo. Le Pen ya había advertido que no toleraría que el gobierno no pasara por la Asamblea para aprobar los presupuestos.

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Si cae el gobierno, Francia agravará su crisis política y se quedará sin ejecutivo en un momento complicado: sin los recortes y las medidas de ahorro que incluye el proyecto de presupuestos, el déficit público -que este año superará el 6 %- se disparará aún más. Barnier ha advertido de que puede haber una tormenta financiera.

Nombrar un nuevo ejecutivo

Sea como fuere, el suyo será el gobierno más corto de la historia de la V República. Solo habrá sobrevivido tres meses. El presidente de la República, Emmanuel Macron, deberá nombrar a un nuevo primer ministro y un nuevo gobierno. Según la ley francesa, no se pueden volver a convocar elecciones legislativas hasta que se cumpla un año de las anteriores, en julio del 2025, y por tanto el presidente tendrá que volver a hacer malabarismos para conseguir nombrar a un ejecutivo que no vuelva a ser tumbado con una moción de censura. Como Macron y las formaciones que le apoyan están lejos de la mayoría absoluta, la inestabilidad política amenaza con dilatarse en el tiempo. No se vislumbran soluciones a corto plazo. El presidente, de viaje oficial a Arabia Saudita, ha guardado silencio.

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Barnier no ha tirado la toalla hasta el final. Para obtener el apoyo de Le Pen en la votación de la primera pata de los presupuestos, el primer ministro había hecho un último gesto de última hora: renunciar al recorte de la subvención de ciertos medicamentos en el 2025, una de sus peticiones la líder de extrema derecha. Pero todavía quedan otras exigencias de Le Pen. La más importante es que el gobierno vuelva a vincular la subida de las pensiones a la inflación. Si Barnier cede antes de la votación de las mociones de censura -probablemente, el miércoles o el jueves-, el Reagrupament Nacional todavía podría echarse atrás y evitar que el gobierno caiga.

El músculo de la extrema derecha

En las últimas semanas, el pulso entre el primer ministro y la líder de extrema derecha se ha intenstificado. Con la enorme fragmentación de la Asamblea Nacional que salió de las elecciones de julio, el ejecutivo carece de una mayoría sólida para aprobar textos. Con los partidos de izquierda ejerciendo de oposición, el primer ministro ha intentado pactar con la extrema derecha los presupuestos. En sólo una semana, el conservador Michel Barnier ha hablado directamente con Le Pen en dos ocasiones para intentar que el RN votara a favor del texto. Sin éxito. La extrema derecha está haciendo valer su fuerza en la Asamblea.

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El presidente del partido RN, Jordan Bardella, ha asegurado que el momento actual pasa por tumbar al Ejecutivo al que acusa de "despreciar el partido más votado del país". "No podemos apoyar estas cuentas porque van en contra de las pequeñas empresas y de las clases medias", ha dicho en una declaración a los medios en los que culpaba al presidente Macron de la situación de "incertidumbre" que vive el país, tanto en el ámbito político como financiero.