Guerra en Europa

La presencia de los Wagner en Bielorrusia amenaza a Polonia

El gobierno ultra polaco acusa a los mercenarios de intimidación y de ayudar a Lukashenko a manufacturar una crisis migratoria en la frontera

Núria Garrido Gómez
y Núria Garrido Gómez

VarsoviaLa fallida sublevación del Grupo Wagner contra Vladimir Putin ha terminado convirtiéndose, paradójicamente, en un problema para Polonia. O por lo menos en un asunto que tiene al gobierno ultraconservador polaco muy preocupado. Parte de los mercenarios rusos sublevados se trasladaron a Bielorrusia, en virtud del acuerdo entre Putin, Lukashenko y el líder de los Wagner, Yevgueni Prigozhin, y desde allí han lanzado en varias ocasiones amenazas de posibles incursiones armadas contra Polonia, país fronterizo. Por el momento, estas intimidaciones se han quedado sólo en palabras. Pero el ejecutivo de Andrzej Duda desconfía de quienes hasta hace poco estaban participando en la invasión en Ucrania y, por ello, no tardó en duplicar la presencia militar en la zona fronteriza y desplegó brigadas cerca de las ciudades bielorrusas Brest y Grodno, ambas muy cercanas a la frontera polaca.

Sin embargo, parece que estas provocaciones no sólo vienen de los mercenarios. También Bielorrusia está contribuyendo a aumentar la tensión con Polonia. El pasado martes, dos helicópteros militares bielorrusos violaron el espacio aéreo polaco sobrevolando la región de Bialowieza, tal y como confirmó el Ministerio de Defensa polaco. Los vecinos de esta región, muy cercana a la frontera bielorrusa, alertaron de la presencia de helicópteros a primera hora del martes y una famosa fotógrafa polaca capturó el momento. Varsovia ya ha notificado el incidente a la OTAN y ha tachado de "juego peligroso" las acciones bielorrusas. Minsk niega haber violado el espacio aéreo polaco y asegura que son "rumores" creados por Polonia para justificar el aumento de presencia militar en la frontera.

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Sin embargo, los problemas en la frontera de Polonia con Bielorrusia existían desde mucho antes de que estallara la guerra en Ucrania. Como explica a ARA Daniel Tilles, el editor del medio online Notes from Poland, el país de Lukashenko hace tiempo que es un “vecino hostil” para Varsovia. El punto más crítico se desató el otoño del 2021, cuando miles de migrantes procedentes de África y Oriente Próximo llegaron a Europa a través de esta ruta que el propio presidente Lukashenko promovió.

Lo hizo después de que Bruselas impusiera sanciones a Minsk a raíz de la celebración de unas elecciones consideradas fraudulentas. El presidente bielorruso buscaba desestabilizar a Europa con una ola de refugiados, y de alguna manera lo consiguió.

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Mano dura contra la migración no europea

La respuesta del gobierno polaco a aquella tragedia humanitaria no fue, ni mucho menos, la misma que dio a los refugiados ucranianos. El pasado verano levantó un muro fronterizo con un presupuesto de 380 millones de euros. Pero nada de esto ha desvanecido los intentos de los refugiados de atravesar la frontera. Activistas y voluntarios, que permanecen en la zona, siguen denunciando casos como el ocurrido el pasado 28 de julio, cuando una madre y una hija de Siria fueron separadas por los guardias fronterizos de Polonia mientras intentaban entrar en territorio polaco.

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El partido al frente del gobierno polaco, Ley y Justicia (PiS), siempre ha sacado rédito electoral de su mano dura contra la migración de fuera de Europa. Y ahora la llegada de los Wagner a la frontera con Bielorrusia les permite poner de nuevo el tema en la agenda mediática, unos meses antes de la celebración de las elecciones generales.

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“Estoy seguro de que los mercenarios de Wagner se disfrazarán de guardias fronterizos y ayudarán a los migrantes a cruzar la frontera. Somos el único partido que sabe cómo proteger nuestras fronteras. Y no vamos a permitir que migrantes ilegales inunden Polonia”, decía el pasado fin de semana el primer ministro, Mateusz Morawiecki, mientras visitaba una fábrica donde reparan tanques Leopard II.

Una campaña electoral feroz

Tilles recuerda que, históricamente, el PiS ha construido su electorado presentándose siempre como un "protector de Polonia frente a las amenazas externas". Para el analista, sin embargo, no sería descabellada la idea de que el Grupo Wagner ayudara a los migrantes a cruzar la frontera. “Desde 2021, las autoridades bielorrusas han estado alentando y ayudando a atravesar ilegalmente la frontera de Bielorrusia a Polonia a los migrantes que buscan asilo. Wagner está ahora trabajando abiertamente con las fuerzas de Bielorrusia, por tanto, no sería sorprendente”.

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El analista remarca que esta cuestión pone también de manifiesto hasta qué punto está polarizada la sociedad polaca. “Incluso el principal partido de la oposición Plataforma Cívica (PO) también busca sacar rédito electoral de la presencia de los Wagner. En ese caso, ellos consideran que el PiS está exagerando la amenaza real”, explica.

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El corredor de Suwalki

Sin embargo, es una obviedad que tener tan cerca al Grupo Wagner no es una buena noticia para Polonia, pero tampoco para los países bálticos. Les preocupa especialmente el conocido como el pasillo de Suwalki, la lengua de tierra de unos 70 kilómetros ubicada entre Lituania y Polonia y que conecta Bielorrusia con el enclave ruso de Kaliningrado. Según algunas de las informaciones de las autoridades polacas, unos cien mercenarios de Wagner se habrían desplazado en los últimos días hasta este punto, que es la única frontera de las tres exrepúblicas soviéticas con el resto de la Unión Europea. De hecho, se conoce como el talón de Aquiles de la OTAN.