Rusia anuncia la conquista de Kúpiansk, pero Ucrania lo niega
Putin quiere convencer a Trump de que Ucrania tiene la guerra perdida y obligar a Zelenski a negociar la paz
MoscúVladimir Putin se ha vestido de militar para escuchar de boca de su jefe del estado mayor, Valeri Guerasimov, la noticia de que el ejército ruso ha conquistado la ciudad de Kúpiansk, un núcleo ferroviario de la región de Járkov, clave para el abastecimiento del frente y para el avance hacia Donetsk desde el norte. Las fuerzas ucranianas se han apresurado a desmentirlo y niegan categóricamente que Rusia controle el municipio. Sea como fuere, el presidente ruso intenta demostrar a Donald Trump que lleva la iniciativa a la guerra en un momento en que Estados Unidos buscan negociar un acuerdo de paz con Volodímir Zelenski.
Desde una posición de mando de la agrupación Zapad, que combate en el este de Ucrania, Putin ha sido informado de que las tropas rusas controlan el 70% de Pokrovsk, uno de los bastiones defensivos ucranianos del Donbás y donde Moscú hace semanas que pretende rodear a los soldados ucranianos. También en esta región, una cincuentena de kilómetros al noreste, el propio líder del Kremlin ha afirmado que el ejército ruso ya combate dentro de la localidad de Konstiantínivka, camino de las dos últimas grandes ciudades de Donetsk bajo dominio de Kiiv: Kramatorsk y Sloviansk.
Lo mismo que hizo a finales de octubre, que anunció la caída inminente de Kupiansk y Pokrovsk, Putin ha insistido en ofrecer a los soldados ucranianos la posibilidad de rendirse y ha culpado a sus generales de no permitirlo. La escena recuerda la visita del presidente ruso a una posición de mando de Kursk, en marzo, cuando aseguró que dos mil militares ucranianos estaban a punto de quedar atrapados en esa región rusa, información que Kiiv negó. Pero la declaración impactó a Trump, que pidió a Putin clemencia para aquellos hombres.
Además, Putin es consciente de que el momento político de Zelenski es delicado, inmerso en la polémica por un caso de corrupción en su entorno. Por eso ha querido hacer sangre y ha calificado al gobierno ucraniano de "grupo criminal", que ha "usurpado el poder" y que, "con el pretexto de continuar la guerra con Rusia, se aferra para enriquecerse personalmente". Y ha añadido: "Es evidente que estas personas, sentadas sobre tenazas de oro, difícilmente piensan en el destino de su país y, sobre todo, de los soldados rasos".
Ahora el dirigente ruso persigue un objetivo similar al de marzo: sabiendo que un Zelenski en horas bajas ya ha recibido el plan de paz elaborado por emisarios del Kremlin y de la Casa Blanca, trata de impresionar al presidente estadounidense y dejarle claro que si no fuerza Ucrania a aceptar un acuerdo, Rusia. "Tenemos nuestras tareas, la más importante de las cuales es la consecución incondicional del objetivo de la operación militar especial", apuntó.
Un plan de paz hecho a medida para Rusia
Los objetivos de la operación militar especial, esto es, de la invasión de Ucrania, implican la rendición del país vecino. Según el plan de paz que se ha filtrado, Rusia estaría dispuesta a renunciar, al menos parcialmente, a las regiones de Zaporíjia y Kherson, a cambio de controlar todo el Donbás. Sin embargo, afirmaciones como la de Putin llevan a pensar que es difícil que el Kremlin ceda estos territorios que ya se han anexionado a la Constitución.
Esta es una de las pocas concesiones que Moscú aceptaría como punto de partida en los documentos publicados por los medios. La propuesta también prevé que la totalidad de Crimea, Donetsk y Luhansk sean reconocidas como regiones rusas, que Ucrania no entre en la OTAN, que no se desplieguen tropas de paz extranjeras, que se reduzca notablemente el ejército ucraniano o que se convoquen elecciones en Kiiv. En definitiva, una hoja de ruta que se asemeja mucho al memorando presentado por los negociadores rusos en Estambul en primavera y que la parte ucraniana consideró entonces inaceptable.
De hecho, a estas alturas, no queda claro ni siquiera que, pese a que el plan haya sido consensuado por enviados rusos y estadounidenses, la Casa Blanca lo avale por completo. Según elThe Wall Street Journal, Estados Unidos aún no se ha decidido por ningún plan específico y seguirá consultando con las partes beligerantes.