El ataque ruso a Ucrania

La Unión Europea reitera el apoyo a Kiev y acuerda entrenar a soldados ucranianos

Sigue la división entre los Veintisiete sobre la posible limitación de visados a los ciudadanos rusos

BruselasLa Unión Europea da un paso más allá en el apoyo militar que desde el inicio de la guerra da a Ucrania y creará una misión de entrenamiento militar para el ejército ucraniano. Así lo han acordado este martes en una reunión celebrada en Praga los diferentes ministros de Defensa de la UE y lo ha anunciado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. "Hay muchas iniciativas de entrenamiento en marcha, pero las necesidades [del ejército ucraniano] son enormes y se tiene que garantizar la integración de todos estos esfuerzos", ha argumentado el alto representante.

Borrell también ha subrayado que todos los Estados miembros están "claramente de acuerdo" y, de hecho, él mismo ya disparó en esta dirección la semana pasada. "No entiendo por qué enviamos misiones de entrenamiento al ejército de Mozambique y no al ejército de Ucrania", dijo en Santander. La UE tiene actualmente 17 misiones de este tipo en países como el Chad, la República Centroafricana, Somalia, Mozambique y hasta hace poco Mali, que operan bajo un centro de mando en Bruselas, la Capacidad Militar de Planificación y Ejecución (MPCC), creado en 2017.

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La de Kiev, pues, completaría las misiones de entrenamiento que ya ofrecen la República Checa, Francia y Polonia, y también fuera del club comunitario el Reino Unido, que ha abierto un centro de entrenamiento para 10.000 soldados ucranianos al sur de Londres. Dinamarca y Suecia también han enviado instructores al centro británico, donde se forman combatientes con experiencia militar previa y sin. Además, antes de la invasión rusa, cuando el Kremlin acumulaba tropas en las fronteras de Ucrania, los ministros de Defensa la UE ya esbozaron un plan para formar a oficiales ucranianos, a petición de Kiev.

Aun así, todavía no se ha podido dar luz verde definitiva a la misión porque el encuentro en Praga es informal, pero los trabajos preparatorios acordados incluyen la definición de los parámetros legales y la manera como se tiene que concretar la iniciativa. El mensaje, sin embargo, es potente. La decisión vuelve a evidenciar que la Unión Europea no tiene ninguna intención, al menos por ahora, de presionar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que se siente en una mesa a negociar con Moscú. Los Veintisiete muestran siempre que pueden su apoyo a Kiev, que ha anunciado esta semana una contraofensiva en el sur del país para recuperar parte del territorio perdido a manos rusas durante los primeros meses de la invasión.

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Borrell ha advertido, apenas después de anunciar el acuerdo, que la misión de entrenamientos en el ejército ucraniano irritaría todavía más al Kremlin, que no ha tardado nada en volver a acusar a la Unión Europea de dar muestras de su "rusofobia irracional". "Rusia no estará contenta, ya no lo está con el hecho de que brindemos grandes capacidades militares a Ucrania", ha evidenciado Borrell. En cualquier caso, la contundencia de la UE contra Vladímir Putin —que ha contado con el visto bueno general de los ciudadanos europeos como hacía mucho que no se veía— no se para a pesar de las consecuencias económicas que se derivan.

División en la limitación de visados

En la reunión de este martes también se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de limitar los visados a los turistas rusos, una medida que vuelve a generar división entre los Veintisiete. La propia Comisión Europea está en contra, también pesos pesados del club comunitario como Alemania, Francia o incluso España y Portugal. En cambio, sí que están a favor los países bálticos y Finlandia. Diferentes diplomáticos de la Unión Europea ya han apuntado que es probable que entre hoy y mañana en Praga se llegue a un acuerdo intermedio entre las dos posiciones o que se opte por solo dificultar o cerrar el acceso de turistas rusos a los países que reciban más y así lo quieran.

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"Las personas privadas también tienen que entender cuáles son las consecuencias de la guerra. Con sus impuestos crean bombas que matan a niños ucranianos", ha defendido el ministro de Exteriores de Estonia, Urmas Reinsalu, antes de entrar en la reunión en Praga. De hecho, su país, junto con Polonia, Letonia, Lituania y la República Checa, ya ha hecho su camino antes de que desde Bruselas se decida cualquier cosa y ya no deja entrar en su territorio a los ciudadanos rusos que presenten el visado de turismo.

El ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, por ejemplo, ha justificado a Efe que "no se tienen que cerrar las puertas a aquellos sectores rusos que no son favorables a la guerra" y "que quieren conocer la veracidad de la información" sobre el conflicto. Borrell y el canciller alemán, Olaf Scholz, se han posicionado en el mismo bando que España y han apuntado que sería injusto que todos los ciudadanos rusos, también víctimas de un estado autoritario, paguen el pato. Ahora bien, la mayoría de los países limítrofes con Rusia o del centro de Europa no opinan lo mismo y arguyen que sería una restricción que no afectaría mucho a la gente normal y corriente, sino sobre todo a la élite del país, puesto que son los que se pueden permitir viajar y tienen la costumbre de hacerlo.

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