El líder de Los Republicanos defiende un pacto electoral con Le Pen y abre una crisis a la derecha francesa

Los grandes partidos de izquierda se alían en un "frente popular" para cerrar el pase a la extrema derecha

ParísEl tabú se ha roto también en Francia. El presidente de Los Republicanos, Éric Ciotti, ha anunciado este martes que quiere pactar una alianza con la extrema derecha de Marine Le Pen para presentarse juntos en las próximas elecciones legislativas, avanzadas por el presidente francés, Emmanuel Macron, para finales de junio y principios de julio. Si el acuerdo sigue adelante, será la primera vez en Francia que un partido pacta ir de la mano de la extrema derecha a unas elecciones. Se rompería así definitivamente el cordón sanitario.

Pero el acuerdo no puede darse por sentado: el anuncio de Ciotti ha provocado la rebelión interna en el partido. Pesos pesados ​​de la formación conservadora como Valérie Pécresse, presidenta de la región de París, o el presidente del Senado, Gérard Larcher, se han mostrado en contra de pactar con Le Pen de forma contundente. Algunas voces de Los Republicanos han pedido incluso la dimisión de Ciotti, que representa al ala más conservadora del partido. "Para mí la amenaza es Francia Insumisa", ha argumentado Ciotti. La cuestión ha provocado un seísmo y amenaza con provocar una ruptura de la formación.

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Tras las críticas de diputados y cargos del partido en Ciotti, cuando parecía que finalmente no habría pacto, el presidente de Reagrupament Nacional y mano derecha de Le Pen, Jordan Bardella, salió esta tarde a dar la "bienvenida" en el acuerdo alcanzado con Ciotti para las legislativas, según el cual, ha dicho, los diputados de Los Republicanos "salientes o investidos contarán con el apoyo de Reagrupament Nacional". Según Bardella, se sumarán al pacto "algunas decenas" de diputados. Ciotti no ha confirmado el pacto.

Decisión valiente

Bardella ha destacado los tres grandes ejes temáticos en los que se basa el acuerdo: poder adquisitivo, seguridad e inmigración. La propia Marine Le Pen había salido horas antes a felicitar a Ciotti por su "decisión valiente". En cambio, Reagrupament Nacional rechaza una unión con el otro partido de extrema derecha: la Reconquista de Eric Zemmour.

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La alianza de la derecha tradicional con la extrema derecha para estas elecciones supone un revés durísimo para Macron, especialmente después de que los partidos de izquierda anunciaran también una alianza para concurrir juntas a las legislativas. Las alianzas de las izquierdas, por un lado, y las de los conservadores con la extrema derecha, por otro, aíslan al presidente, que ya no tiene ningún gran partido moderado con el que pactar, ni los socialistas ni Los Republicanos. Ambos partidos se han desmarcado de la propuesta del presidente de hacer frente común para que Le Pen no gane. Las alianzas limitan las posibilidades de Macron de ampliar su mayoría parlamentaria y le sitúan en una posición muy complicada, que probablemente no esperaba cuando decidió disolver la Asamblea. Macron ya ha salido a decir que en cualquier caso no se plantea dimitir, a raíz de las especulaciones de algunos medios franceses.

Alianza de izquierdas

La disolución de la Asamblea Nacional francesa y la convocatoria de elecciones legislativas para el 30 de junio y el 7 de julio cogieron a contrapié a todos los partidos de la oposición. La estrategia del inquilino del Elíseo era, de hecho, convocar unas elecciones prácticamente sin margen de tiempo para tejer alianzas. No contaba con la reactividad de la izquierda. Pero las formaciones han puesto la quinta marcha y en 24 horas los cuatro principales partidos de izquierda –socialistas, Francia Insumisa, ecologistas y comunistas– anunciaban un acuerdo para concurrir juntos a los comicios con un claro objetivo: cerrar el pase a la extrema derecha .

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Las formaciones de izquierdas quieren reproducir el Frente Popular francés de 1936, cuando los partidos de izquierdas, que mantenían posiciones que parecían irreconciliables, se unieron para las legislativas ante el miedo al fascismo que impregnaba Europa ya la crisis económica . En aquella ocasión la alianza de los partidos de izquierdas ganó las elecciones y gracias a esa mayoría de socialistas, comunistas y radicales-socialistas, Francia dio un paso histórico en los derechos de los trabajadores, como la semana laboral de 40 horas y las vacaciones pagadas, aunque no sirvió para ayudar a los republicanos españoles contra Franco.

En pleno siglo XXI y en otro contexto, las izquierdas también se unen en un nuevo frente popular. La rapidez con la que se ha cerrado la alianza y la capacidad de ponerse de acuerdo cuando todos los puentes parecían rotos también han sorprendido, sobre todo si se tiene en cuenta las difíciles relaciones en los últimos meses entre formaciones como Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon –llamada izquierda radical– y los socialistas. Pero la gravedad del momento, con la posibilidad real de que la extrema derecha de Le Pen domine la Asamblea tras los resultados históricos de las elecciones europeas, no dejaba alternativa a la izquierda francesa.

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Un único candidato común

"Hagamos de esta emergencia una oportunidad, el país necesita una salida", ha destacado el diputado de LFI François Ruffin. "El frente popular es un compromiso que va mucho más allá de nosotros mismos", afirmaba el líder de los socialistas, Olivier Faure. Las cuatro formaciones ya habían cerrado una alianza poselectoral en el 2022 para hacer frente común a la Asamblea, pero la llamada NUPES estaba fracturada. Ahora la alianza se cierra antes de las elecciones legislativas, lo que ofrece mejores perspectivas a la izquierda porque presentarán una única candidatura a cada circunscripción para evitar la fragmentación y aumentar las posibilidades de conseguir diputados. A diferencia del acuerdo de NUPES, en el que cada partido presentaba a sus candidatos y se comprometía a una política común una vez fueran elegidos diputados en la Asamblea, en cuyo caso los partidos acordarán un solo representante para cada circunscripción, lo que complica las negociaciones.

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La victoria histórica de la extrema derecha en las elecciones europeas del domingo ha provocado protestas en la calle. Cientos de personas se han manifestado en ciudades como París, Marsella y Estrasburgo contra Le Pen. La noche del lunes, en la capital francesa –donde la extrema derecha obtuvo los peores resultados– se han vivido algunos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. Varios sindicatos han hecho un llamamiento a nuevas movilizaciones para el próximo fin de semana.