Un misil "de fabricación rusa" cae en Polonia y mata a dos personas
Varsovia activa el artículo 4 para pedir "consultas" con los aliados de la OTAN y pone al ejército en alerta en todo el país
BarcelonaDos personas han muerto en una explosión en Przewodow, una localidad del este de Polonia, a solo seis kilómetros de la frontera ucraniana, debido al impacto de un "proyectil de fabricación rusa", según ha informado a última hora de esta martes el ministerio de Asuntos Exteriores polaco en un comunicado. La explosión en Polonia, que se ha conocido este martes por la tarde, ha coincidido con un ataque masivo con misiles rusos sobre Ucrania, que han caído también en Lviv. Ya entonces una fuente anónima de la inteligencia de los Estados Unidos aseguraba a la agencia Associated Press que los muertos los han provocado misiles rusos desviados, que habrían caído accidentalmente en territorio de Polonia, miembro de la OTAN. El Pentágono, sin embargo, no lo ha confirmado oficialmente, ni tampoco la Casa Blanca o la secretaría de Estado de los EE.UU., que han dicho que seguían de cerca los hechos pero "no podían confirmar las informaciones o los detalles".
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha convocado una reunión urgente de su consejo de seguridad y defensa nacional. A la puerta del encuentro, el portavoz del gobierno, Piotr Müller, y el jefe de seguridad nacional no han querido dar detalles sobre el impacto, pero han anunciado que activarían el artículo 4 de la OTAN para convocar "consultas con todos los miembros de la alianza para debatir una respuesta adecuada". Fuentes diplomáticas europeas aseguraban a Reuters que este mismo miércoles se convocará una reunión de todos los embajadores de la OTAN a petición de Polonia. Y es que el artículo 5 de la Alianza, que activaría militarmente a todos los aliados, no está pensado para responder a ataques accidentales -la hipótesis más probable en este caso-, sino para ataques intencionados.
"El ejército se ha activado y está preparado en toda Polonia", decía también el portavoz polaco en una atención a los medios, y ha detallado que los servicios de emergencia trabajarán toda la noche en la zona del impacto para investigar qué ha pasado exactamente. El presidente polaco, Andrzej Duda, ha hablado este anochecer ya con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y también con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Poco después, un comunicado del ministerio de Exteriores polaco confirmaba que se trataba de un misil "de fabricación rusa", pero no daba muchos más detalles. Anunciaba, eso sí, que había convocado a consultas al embajador ruso en Polonia.
De acuerdo con las pocas imágenes y datos que han trascendido del impacto, analistas militares apuntan que se trataría de un misil S-300 de defensa antiaérea. Ucrania tiene sistemas de este tipo, pero también los tiene Rusia, que "los está usando como misiles de ataque, una función secundaria del S-300, porque su arsenal de ataque está ya casi vacío", explicaba a este diario Pol Molas, de la Societat d'Estudis Militars de Catalunya. Un miembro del Parlamento ucraniano, Oleskí Goncharenko, ha negado a la televisión polaca que se trate de un artilugio ucraniano y el presidente, Volodímir Zelenski, ha sentenciado que es un ataque de Rusia "contra la seguridad colectiva". "Es una escalada significativa que pide una acción de respuesta", ha añadido el mandatario ucraniano. El impacto tuvo lugar en una secadora de granos a pocos kilómetros de la frontera con Ucrania, y murieron dos personas.
Moscú lo niega
Desde Moscú, sin embargo, se niega rotundamente. El ministerio de Defensa ruso ha evitado cualquier implicación y ha asegurado que todas estas informaciones son "una provocación deliberada con el objetivo de escalar la situación", según informa la agencia rusa Interfax. Varios países vecinos de Polonia, como Lituania, República Checa y Eslovaquia, han salido ya a expresar su "solidaridad" con Polonia y remarcar, ni que sea preventivamente, que "cada centímetro de la OTAN tiene que ser defendido". Fuentes de la OTAN decían también que estaban "vigilando las informaciones" que salían de Polonia y "coordinándose con el gobierno polaco" para aclarar los hechos. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se mostraba consternado en un tuit por "la noticia de que un misil u otra munición ha matado a personas en territorio polaco". "Estamos con Polonia", decía. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, era más cauta y hablaba de "informaciones de una explosión en Polonia", pero también destacaba su "solidaridad" con Polonia y Ucrania.
Moldavia, que hace frontera con Ucrania, también se ha visto perjudicada por los ataques rusos, que han afectado el suministro eléctrico porque han dejado sin funcionamiento una línea que alimenta el país. Además, el suministro de petróleo por el oleoducto Druzhba, que lo transporta a Europa a través de Ucrania, ha quedado interrumpido por los ataques, según la petrolera húngara MOL. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, también ha convocado el consejo de defensa del país.
Un centenar de misiles
Este martes, Moscú ha lanzado un ataque masivo con misiles a una docena de ciudades ucranianas, muchas de las cuales lejos del frente. En Kiev las bombas han caído sobre dos edificios residenciales y han dejado al menos un muerto, según el alcalde de la capital, Vitali Klichkó. También se han producido explosiones en otras ciudades ucranianas, como por ejemplo Lviv (en el oeste), Járkiv (nordeste) y Jitómir (unos 140 kilómetros al oeste de Kiev), y varias localidades se han quedado sin electricidad.
El ataque ha coincidido con una propuesta de nuevas condiciones de paz del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. "Estoy convencido de que ahora es el momento en el que la guerra destructora rusa puede y debe acabar", ha dicho Zelenski a los líderes mundiales reunidos en Bali por la cumbre del G-20, justo antes de trazar nuevas condiciones para la paz. El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, representante del país ante la ausencia de Vladímir Putin, ha tildado la propuesta de Zelenski de "irreal e inadecuada".
"Rusia responde a la potente conferencia de Zelenski al G-20 con un nuevo ataque con misiles", ha denunciado Andrí Iermak, jefe de la oficina del presidente ucraniano, a través de Twitter. En la misma línea se ha expresado el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken: "Zelenski ha demostrado otra vez su liderazgo dejando claro que está preparado para la diplomacia hacia un final justo de la guerra que Rusia empezó. La respuesta de Rusia ha sido otra oleada de misiles".
Según el ejército ucraniano, Rusia ha lanzado este martes alrededor de un centenar de misiles sobre Ucrania. Ha superado así la lluvia de cohetes del 10 de octubre, que entonces se consideró el ataque masivo más importante desde el inicio de la guerra. La mayoría de los bombardeos se han dirigido contra infraestructuras energéticas y otros objetivos civiles. La alarma antiaérea se ha activado en todo el país y la situación en las instalaciones energéticas es "crítica", según ha informado el portavoz de la fuerza aérea ucraniana, Iuri Ignat.
"La fórmula ucraniana para la paz"
Después de su intervención en la cumbre de Bali, Zelenski ha colgado en su canal de Telegram un plan detallado de lo que ha descrito como "la fórmula ucraniana para la paz", que consta de diez puntos. "Ucrania ofrece a los estados líderes del mundo ser cocreadors de la paz junto con nosotros", ha dicho. El plan recoge solo en el sexto punto la retirada de las tropas rusas (sin explicitar la condición que había puesto hasta ahora: que se retiraran de todo el territorio, incluido el ocupado por Moscú desde 2014) y no reclama la salida del poder de Vladímir Putin ni tampoco habla de la incorporación de Ucrania a la OTAN.
Entre las condiciones también está la retirada de las tropas rusas y el fin de las hostilidades. Justamente este martes, las Naciones Unidas han constatado que los soldados rusos han torturado sistemáticamente a los prisioneros de guerra capturados en Ucrania, mientras que las fuerzas ucranianas han torturado a prisioneros rusos en algunas circunstancias y lugares.
El plan de paz de Zelenski
- 1. Seguridad radiológica y nuclear
- 2. Seguridad alimentaria
- 3. Seguridad energética
- 4. Liberación de prisioneros y deportados
- 5. Aplicación de la carta de la ONU, restauración de la integridad territorial de Ucrania y del orden mundial
- 6. Retirada de las tropas rusas y fin de las hostilidades
- 7. Restablecer la justicia
- 8. Parar el ecocidio
- 9. Prevenir más escaladas
- 10. Establecer las condiciones para el fin de la guerra
"Si Rusia supuestamente quiere acabar esta guerra, lo tiene que demostrar con acciones. No le permitiremos una pausa para reconstruir sus fuerzas para volver a empezar una serie de terror y desestabilización global. No habrá Minsk 3", ha dicho Zelenski en referencia a los acuerdos de Minsk (1 y 2) que Ucrania y Rusia firmaron después de la anexión de Crimea y la ocupación del Donbass por parte de Moscú en 2014, y que no sirvieron para evitar la nueva invasión.
En las últimas semanas se había especulado con las presiones de Estados Unidos sobre Kiev –que depende de la ayuda militar de Washington– para aceptar un acuerdo de paz después de la retirada de las tropas rusas de Jersón. Vitali Dudin, portavoz del Movimiento Social de Ucrania, ha dicho que "después de la liberación de Jersón, Ucrania ha quedado en una posición más estable y tenía que hacer oír su voz antes de que Rusia u Occidente presentaran su plan de paz". Dudin considera que la propuesta de Zelenski "parece realista y pragmática y demuestra que el estado ucraniano se aleja de posiciones rusófobas o xenófobas: los diez puntos son los temas que los ucranianos queremos oír, y a la vez la idea de que todo esto también es en el interés del pueblo ruso".
El G-20, Rusia incluida, deplorará el impacto económico del conflicto de Ucrania, según un borrador de comunicado final, y "la mayoría" de los miembros también condenarán la guerra. El borrador señala que hay "otros puntos de vista" y que "el G-20 no es el foro para resolver los problemas de seguridad", a pesar de que admite que la guerra podría "tener consecuencias importantes para la economía global". Lavrov ha reaccionado acusando a Occidente de querer "politizar" el comunicado final con la mención en Ucrania. También ha explicado que ha discutido con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, que fue Occidente quien puso en marcha la guerra híbrida contra Ucrania, que, según el ministro ruso, es responsable de prolongar el conflicto.
Rusia, más aislada
Rusia está teniendo dificultades en esta reunión del G-20 con relación a Ucrania: China y la India, dos de los principales aliados de Moscú que no han condenado la invasión rusa, tampoco le están dando un cheque en blanco. El primer ministro indio, el populista Narendra Modi, ha reiterado el llamamiento a la diplomacia para acabar la guerra: "He dicho repetidamente que hay que encontrar el camino para el alto el fuego y la diplomacia", ha dicho Modi en su discurso en la cumbre. El presidente chino, Xi Jinping, ha alertado de que hay que "oponerse a la politización, la instrumentalización y el uso de la comida y la energía como armas". Xi y Macron, como dirigentes de potencias nucleares, han rechazado en una comunicación conjunta el uso de armas nucleares.
El gobierno de Indonesia, anfitrión de la reunión, ha estado intentando que se hicieran las mínimas referencias a Ucrania, argumentando que no se trata de un foro sobre seguridad, y que repetir lo que ya ha dicho cada país sobre el tema solo sería un obstáculo para llegar a acuerdos en temas clave como la deuda o la recuperación pospandemia. La cumbre de Bali ha sido el primer encuentro de los líderes de las 20 principales economías del mundo desde el inicio de la invasión rusa, en febrero.