Clanes y milicias rivales de Hamás se abren paso en el caos que deja Israel en Gaza
Grupos armados y grandes familias ganan peso y asumen funciones de gobierno como mantener un cierto orden público y gestionar el reparto de ayuda en un contexto de grave desorden interno
El CairoA principios de julio, el ministerio del Interior de Gaza, vinculado a la estructura de gobierno de Hamás que todavía opera en el territorio, emitió un comunicado inusual: instaba al líder de una milicia rival que actúa en el sur de la Franja con el apoyo de Israel a entregarse en un plazo de diez días. Se le acusaba de traición y colaboración con entidades hostiles, formación de un grupo armado y rebelión armada. De no entregarse, advertía el mensaje, sería juzgado en rebeldía.
Tras aquel comunicado, sin embargo, se escondía una prueba de fuego para Hamás. Si lograban capturar a Yasser Abu Shabab antes del plazo, que vencía este sábado, podrían demostrar que aún mantienen cierto control sobre el territorio. Si no, quedaría de nuevo en evidencia su deteriorada capacidad para imponer la autoridad a Gaza, en medio de un colapso casi total de seguridad interna. Hasta este viernes, no había noticia de su detención.
Tras casi dos años de feroz campaña militar de Israel contra Hamás, el grupo palestino está profundamente debilitado y su rama militar, prácticamente desmantelada. Un aspecto que ha pasado más desapercibido son los ataques sistemáticos del ejército israelí contra las fuerzas de seguridad de Gaza, incluida la policía, en una paralela ofensiva que muchos interpretan como una estrategia deliberada para romper el orden público y favorecer el caos.
Llenando el vacío
Este vacío lo están llenando, de forma cada vez más directa, clanes locales que ya ejercían tradicionalmente un rol social clave en Gaza, pero también algunos grupos armados. Aunque se considera una situación provisional, en un contexto en el que el control efectivo de Hamás es difícil de determinar, varios grandes clanes están dando un paso adelante y asumiendo funciones de gobierno como preservar cierta paz social y proteger los pocos recursos que Israel permite que entren.
El grupo rival de Hamás que ha generado más atención, pese a disponer de fuerzas limitadas, es la milicia liderada por Abu Shabab, una figura con vínculos anteriores al Estado Islámico y actividades criminales que ha recibido recientemente el apoyo de Israel. Su grupo demostró una notable libertad de acción en Rafah, en el sur de Gaza, incluso en zonas bajo control israelí, donde llegó a gestionar ayuda humanitaria ya levantar un pequeño campamento para desplazados internos.
También en el sur de Gaza, una coalición de grandes familias emitieron una declaración pública justo cuando Abu Shabab empezaba a ganar notoriedad con la aparente voluntad de desmarcarse y, al mismo tiempo, expresar su predisposición a asumir provisionalmente tareas básicas de gobierno en la zona, pero sin colaborar con Israel.
Aunque el grado de influencia que mantienen es difícil de medir, es en el norte de Gaza donde los grandes clanes parecen estar ganando más protagonismo. Allí, su papel es más visible, puesto que, a diferencia del sur, donde la ayuda humanitaria se reparte a través de tres centros gestionados por una opaca fundación de Estados Unidos e Israel, en el norte siguen entrando camiones de organizaciones internacionales que requieren seguridad para circular y cierto apoyo logístico.
La sombra de Dahlan
Otra figura que está aprovechando su influencia en ese contexto es Mohammed Dahlan, el exresponsable de seguridad de Gaza antes del ascenso de Hamás al poder y líder de una facción de Fatah, el partido del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas, que gobierna partes de Cisjordania. Residente en Abu Dhabi y muy cercano a la familia gobernante de los Emiratos Árabes Unidos, Dahlan destacó por haber intentado un golpe contra Hamás tras la victoria de los islamistas en las últimas elecciones que pudieron celebrar los palestinos en el 2006.
Esta creciente importancia de algunas familias en la gestión cotidiana y que durante sus años de gobierno en la Franja, el grupo ya había tenido que tratarlo extensamente. En algunos casos, Hamás sigue colaborando con clanes influyentes, manteniendo equilibrios que preceden a la guerra. Pero con milicias y familias menores que intentan ganar relevancia, se han producido ya enfrentamientos directos.
A finales de junio, por ejemplo, fuerzas de Hamás se enfrentaron durante varios días con miembros armados del clan Barbaj en Khan Yunis, en el sur de Gaza, tras acusarles de haber saqueado ayuda humanitaria, algo que el clan negó. En las mismas fechas, miembros armados de otro clan menor, los Abu Ziyad, difundieron un vídeo desafiando a Hamás y exigiendo al grupo que entregara a los responsables de un supuesto asesinato reciente de un familiar.
Pese a estas tensiones, el politólogo palestino Abdalhadi Alijla apunta que Hamás ha negociado su autoridad y legitimidad con grandes clanes de la Franja durante mucho tiempo, y afirma que los clanes no son ni grupos monolíticos ni una esfera del todo separada de Hamás. "Muchos dirigentes de Hamás, pero también activistas y militantes, forman parte de estas familias extensas, así que estos clanes no se presentan necesariamente como un desafío", apunta al ARA.