¿Qué dice el derecho internacional sobre los ataques a los hospitales?
Las instalaciones sanitarias deben ser protegidas y el atacante debe demostrar que tienen un uso militar y hacer todo lo posible para proteger a los civiles que haya dentro
BarcelonaLasalto del ejército israelí al Hospital Al Shifa es el último ejemplo de cómo en la guerra de Gaza los hospitales se han convertido en un campo de batalla, militarmente y también en la narrativa. Israel asegura que Hamás utiliza el principal hospital de Gaza para esconder a sus combatientes y su centro de mando, mientras que los palestinos lo niegan y denuncian que esto es solo una excusa para masacrar a la población civil, sistemáticamente bombardeada. Los organismos internacionales como la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) recuerdan que los hospitales deben protegerse en todo conflicto armado. ¿Qué dice exactamente el derecho internacional humanitario (DIH), que regula las leyes de la guerra, sobre la protección de los hospitales?
Los hospitales no deben ser atacados
De acuerdo con el DIH, los equipamientos de salud, como los hospitales, clínicas o ambulatorios no deben ser atacados. Esta protección se amplía al personal médico, heridos y enfermos o ambulancias. Y esa norma tiene muy pocas excepciones. Claudia Jiménez, profesora de derecho internacional público de la Universitat Autònoma de Barcelona, explica al ARA por qué: "El derecho internacional humanitario plantea que para vencer no es necesario aplicar una dosis extra de crueldad: que la guerra no debe tener un plus de sadismo innecesario". Y añade: "Por eso se basa en el principio de distinción de civiles y combatientes: la gente que no combate, como el personal sanitario, los heridos o las criaturas, deben quedar fuera de la guerra". Esto es lo que los estados acordaron después de la Segunda Guerra Mundial: incluso la guerra tiene leyes.
¿En qué circunstancias los hospitales pueden perder la protección?
La protección específica en los hospitales no debe cesar a menos que una parte en el conflicto los utilice para cometer, al margen de sus funciones humanitarias, "actos perjudiciales para el enemigo", por ejemplo utilizarlos como base para lanzar un ataque, como depósito de armas o como refugio para combatientes en buen estado de salud. En el caso del Hospital Al Shifa, ni del resto de los hospitales del norte de la franja de Gaza, Israel ha planteado que se utilizaran para lanzar los cohetes con los que Hamás ataca a Israel. Lo que dice el ejército israelí es que Hamás tiene bajo el hospital un centro de mando, pero no ha aportado pruebas fehacientes.
El director del Hospital Al Shifa, Muhammad Abu Salmiya, niega la presencia de combatientes o infraestructuras de Hamás en el complejo y ha reclamado a través de los medios de comunicación internacionales con los que se ha podido comunicar la visita al centro sanitario de una comisión internacional independiente, que Israel no ha aceptado.
¿Qué medidas adicionales debería tomar Israel?
Si las autoridades israelíes llegaran a demostrar que efectivamente Hamás está utilizando el hospital y sus civiles como escudos humanos, "esto no legitimaría un ataque inmediato", explica Jessica Wolfendale, especialista militar de la Case Western Reserve University en Ohio: "S deben proteger a los inocentes en la medida de lo posible y, si el daño a los civiles es desproporcionado respecto al objetivo militar, el ataque es ilegal”. El derecho internacional establece que antes de lanzar el ataque, es necesario emitir un aviso con un plazo suficiente para que los combatientes puedan rendirse, o en caso contrario, evacuar al personal médico, los pacientes y los desplazados que se cobijan en el hospital.
Prevalece el llamado principio de proporcionalidad: la ventaja militar que cabe esperar de un ataque así “hay que sopesar con cuidado de las consecuencias humanitarias que podrían derivarse del daño”, dice el CICR. Quien ataca a un hospital, por ejemplo, debe preparar un plan de contingencia, tomar medidas para proteger a los heridos y facilitar la reanudación del funcionamiento del centro lo antes posible.
Jiménez admite que el derecho internacional funciona sobre el papel, y que los ataques a los hospitales en conflictos armados no son extraordinarios. “Desde que las guerras no son cuerpo a cuerpo y la tecnología avanza, asustar a la población civil es un arma de guerra muy útil para debilitar al enemigo. Si generas mucho miedo entre la población, puede que deje de apoyar al enemigo: eso, de hecho, ya lo vimos en Gernika”.