Israel bombardea el palacio presidencial y el ministerio de Defensa de Siria
La ofensiva llega como respuesta a la intervención de las fuerzas sirias en la región de Suwayda, pero también tiene objetivos políticos
BeirutIsrael ha bombardeado este miércoles posiciones militares sirias en Damasco. Los ataques a la capital siria han afectado al palacio presidencial, al ministerio de Defensa ya la entrada principal del cuartel general del ejército, entre otros objetivos clave, y han causado tres muertos y 34 heridos, según la agencia de noticias estatal siria. La nueva ofensiva llega después de que el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtiera que las operaciones continuarían y se intensificarían si las fuerzas sirias no se retiraban de la región de Suwayda, donde los enfrentamientos entre milicias drusas, tribus beduinas y tropas del régimen ya han causado más de 240 Humanos.
El ministerio de Interior sirio y un líder de la comunidad drusa, el jeque Yousef Jarbou, dijeron este miércoles por la tarde que habían acordado un alto el fuego para detener los combates en la región. Sin embargo, otro líder druso, Hikmat al Hajari salió al paso y aseguró que las escaramuzas continuarían hasta que Suwayda fuera "completamente liberada". De hecho, el alto el fuego que acordaron las partes el martes duró pocas horas. Paralelamente, Estados Unidos -que había apoyado al gobierno sirio a través del levantamiento de las sanciones- ha calificado la situación de "complicada". Su secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que está trabajando en una solución diplomática y que esperaba progresos "en las próximas horas".
Desde el domingo 13 de julio, la provincia de Suwayda se encuentra inmersa en una espiral de violencia iniciada con el secuestro y tortura de un joven druso a manos de miembros de una milicia beduina. En respuesta, milicias drusas atacaron a pueblos beduinos y el presidente interino, Ahmed al Sharaa, ordenó el despliegue de tropas y de vehículos blindados para recuperar el control de la zona. La operación terminó en un desastre, con decenas de soldados muertos o apresados. Aunque el ejército reconquistó varias poblaciones, los combates siguen activos en las inmediaciones de la capital provincial.
Israel ha aprovechado este vacío de poder para intervenir y ha bombardeado a Suwayda y Damasco. Además, reforzó sus posiciones militares a lo largo de la frontera y bloqueó el paso de cientos de drusos que querían ir desde los altos del Golán hacia Siria. En Majdal Shams, la mayor población de los altos del Golán, tropas israelíes han dispersado con gases lacrimógenos a numerosas personas que intentaban salir del territorio israelí hacia el sur de Siria. La comunidad drusa de Israel, con una fuerte presencia en el ejército y un gran peso político, ha presionado a Netanyahu para que actuara a favor de sus compatriotas del otro lado de la frontera.
Una ambición estratégica
Esta intervención no tiene sólo un propósito humanitario. Israel también busca debilitar al nuevo gobierno sirio y presionarlo para que acepte la normalización, aunque sea implícita, de la relación con el estado hebreo. Según fuentes diplomáticas, representantes de ambos países se reunieron el sábado en Bakú durante la visita de Al Sharaa a Azerbaiyán. Desde Tel-Aviv consideran que es necesario garantizar que la nueva Siria adopte una postura neutral y previsible, similar a la de Jordania y Egipto.
Netanyahu mantiene una visión ambivalente respecto a Sharaa. Aunque ha mantenido la estructura burocrática que heredó después de la caída de Bashar el Asad en diciembre del 2024, el primer ministro israelí percibe al presidente Al Sharaa como una figura débil que podría ser influenciada por actores islamistas. Mientras, el gobierno israelí alimenta las tensiones internas en Siria presentándose como el garante de los derechos de la comunidad drusa.
En mayo Tel-Aviv intensificó los gestos de apoyo a esta minoría, pero dentro de la comunidad drusa siria todavía hay profundas divisiones. Líderes como el jeque Al-Hijri se oponen a cualquier forma de injerencia israelí y acusan a Damasco de aliarse con milicias beduinas para arrebatarles el control de territorios que escapaban a su autoridad desde hacía años.
Israel justifica su intervención con el argumento de impedir que grupos militares hostiles se concentren cerca del Golán. El ejército israelí ha señalado que la acumulación de tropas sirias en la zona representa una amenaza directa. Varios analistas, como Nicholas Heras del New Lines Institute, sostienen que los bombardeos tienen tanto un objetivo político como militar y buscan obligar a Damasco a aceptar acuerdos desde una posición debilitada.
Al Sharaa, bajo presión
La violencia en Suwayda estalla en un momento decisivo para Siria. El gobierno de transición se encuentra en proceso de consolidación, pero su respuesta en el sur ha sido interpretada como una represalia colectiva contra la comunidad drusa. Israel ha intensificado su estrategia diplomática de seducción del pueblo druso, ofreciendo protección a cambio de un distanciamiento del régimen de Damasco. Las heridas del pasado siguen abiertas. En el 2018 milicias beduinas vinculadas al Estado Islámico perpetraron masacres contra drusos en la zona, y el temor a que se repita está muy presente.
El gobierno de Al Sharaa intenta recuperar el control, pero su margen de acción se reduce rápidamente. Debe contener la presión de los aliados árabes que apuestan por una transición pacífica y evitar que los drusos se alineen efectivamente con Israel. Mientras prosiguen los bombardeos, Israel combina amenazas abiertas con ofertas discretas de entendimiento, moviendo fichas no sólo en el frente militar, sino también en el tablero político de la zona.