Oriente Próximo

"No llores mi muerte": carta de la última periodista asesinada por Israel a su hijo

Informadores palestinos adoptan el ritual de dejar mensajes de despedida, conscientes de que son objetivos militares

Miriam Abu Dagga, periodista asesinada por Israel en el ataque trampa del Hospital Nasser de Gaza.
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BarcelonaConscientes de que la muerte ronda cada bombardeo israelí, muchos de los periodistas palestinos que trabajan para medios internacionales en la Franja de Gaza dejan cartas de despedida para su familia, por si en una de las acciones son objetivo militar. Es un ritual que también cumplió la reportera Mariam Dagga, asesinada este lunes en el doble ataque trampa de las fuerzas de Israel contra el Hospital Nasser, en la que resultaron muertas una veintena de personas, entre ellas cuatro colegas más. En esta ocasión, Dagga, que sólo tenía 33 años, escribió un emotivo mensaje a su hijo Gaith, de 13, por si la mataban: "Quiero que rezes por mí, no llores mi muerte, porque yo seguiré siendo feliz".

La periodista y fotógrafa, que colaboraba con la estadounidense Associated Press y con Independiente Arabia, hacía más de un año y medio que no veía a su hijo, que pudo ser evacuado a los Emiratos Árabes Unidos para huir de la ofensiva israelí en la Franja mientras ella se dedicaba en cuerpo y alma a retratar y explicar los estragos de las bombas y del hambre provocada por el duro bloqueo al que el gobierno bloqueó.

En la carta, Dagga pide a su hijo que la haga "sentir orgullosa" demostrando quién es y convirtiéndose en "un hombre de negocios" lleno de éxitos en la vida. "Cuando creces, te cases y tengas una hija, ponle Mariam en mi honor", escribe la periodista, que no ahorra los adjetivos cariñosos para el pequeño: "Eres mi amor, mi corazón, mi apoyo, mi alma".

Compañeros de profesión de Dagga explican que rara vez la habían visto rota emocionalmente, pero sí, de manera muy especial, cuando recordaba a su hijo, que había criado en solitario hasta que estalló la guerra. En estos meses de destrucción y asesinatos diarios, la reportera muerta se había hecho un nombre al conseguir testimonios del dolor y la desesperación de los ciudadanos gazianos, y en las últimas semanas se había centrado en documentar la desnutrición y el hambre, como la del niño Jamal al-Najjar, de cinco años, a quien falleció pocas semanas.

En la misiva de despedida, Dagga dejó también instrucciones a sus colegas para que no lloraran si ella moría, sino que aprovecharan el tiempo para acompañar su cadáver, hablarle y despedirse plenamente antes de que lo enterraran, según explica su amigo periodista Samaheer Farhan, de 21 años, en las páginas diario británico The Guardian. No pudieron cumplir su voluntad.

A raíz del asesinato de los cinco periodistas, que colaboraban con varios medios, las agencias Reuters y Al-Jazeera han pedido una investigación "inmediata" al ejército y al gobierno israelí por el doble ataque contra el hospital: el segundo impacto tuvo lugar en el mismo punto que el periodo y mató al primero y mató socorrer a las primeras víctimas, en una estrategia que los de Netanyahu han repetido en muchas ocasiones.

Por su parte, el primer ministro israelí varió el argumentario que utiliza cada vez que su ejército asesina a profesionales de la información, a los que acusa de ser terroristas encubiertos de Hamás. Esta vez "lamentó" las muertes y las calificó de "accidente". Sin embargo, las muestras de condena y repulsa por los nuevos asesinatos se han multiplicado en las últimas horas, desde la ONU hasta Europa y Colombia.

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