La nueva ofensiva de Israel en el norte de Gaza hace temer una limpieza étnica en la zona
La incursión militar se produce después de que en las últimas semanas Tel-Aviv haya tanteado abiertamente la expulsión de toda la población
El CairoLa ofensiva militar de Israel sobre Gaza hace más de un año que devasta el territorio y castiga a la población civil de forma incesante por tierra, mar y aire. Pero el extenso asalto lanzado a principios de este octubre en el norte de la Franja hace temer que Israel haya iniciado ahora una nueva fase del conflicto que implique estrangular totalmente la zona para forzar su expulsión de civiles hacia el sur y la rendición de Hamás y otras facciones armadas. Círculos políticos y militares de alto nivel del país llevan semanas flirteando con esta idea, impulsada por un grupo extremista de generales retirados.
El ejército israelí anunció la nueva operación militar en el campo de refugiados de Jabalia y en otras ciudades del norte de Gaza el 6 de octubre. La ONU calcula que en la zona vivían más de 400.000 personas, de las que unas 50.000 se han visto forzadas a marcharse en las últimas dos semanas. Sin embargo, decenas de miles se encuentran atrapadas sin acceso a comida ya otros productos básicos y sin poder huir por la inseguridad y los ataques de Israel, que han colapsado hospitales y han obligado a cerrar pozos de agua, panaderías, centros médicos, refugios y aulas temporales. La situación en la zona se ha visto agravada por el asedio total impuesto por Israel, que desde principios de octubre ha mantenido cerrados los pasos fronterizos directos a través de los que accedía hasta entonces la ayuda humanitaria y el comercio privado.
Un año después Hamás sigue resistiendo
También ha impedido el paso de productos básicos desde el sur de la Franja. Este lunes, Israel, que tiene la obligación de garantizar las necesidades básicas de Gaza como poder ocupante, afirmó haber permitido la entrada de treinta camiones de harina y comida. Pero el envío no se ha confirmado y no se sabe adónde se dirigirá si se produce. Paralelamente a la ofensiva militar y al asedio impuesto al norte de Gaza, las autoridades israelíes han emitido en las últimas dos semanas al menos tres órdenes de evacuación a los civiles de la zona. Pero la oficina de derechos humanos de la ONU ha documentado que, sin embargo, tropas israelíes han levantado barreras en el principal paso que hay para marcharse del norte de la Franja hacia el sur y que han abierto fuego en más de una ocasión contra civiles que se encontraban cerca, dejando varios muertos y heridos.
El ejército israelí ha declarado que el objetivo de la nueva operación en el norte de Gaza, donde ya había lanzado otra incursión en mayo, es impedir que Hamás se reconstituya. Según afirman, en los últimos cuatro meses el brazo armado del movimiento palestino, las Brigadas Qassam, ha podido rearmarse y reorganizarse relativamente en la zona, donde aseguran que existen varios miles de combatientes y miles de nuevos reclutas, algunos pertenecientes a otras facciones armadas.
El "plan de los Generales"
Sin embargo, el momento y la manera en que se está ejecutando la operación generan temor dentro y fuera de Gaza, ya que en las últimas semanas un plan extremo elaborado por un influyente grupo de generales retirados ha ganado adeptos dentro del ejército y el Gobierno israelí. Esta hoja de ruta contempla medidas drásticas como cortar totalmente el suministro de comida, agua, medicamentos y combustible a la población civil para forzarla a marchar o matarla de hambre y doblar así a Hamás. Y varias voces desconfían de que no se esté empezando a implementar, al menos de forma parcial. El Ejército israelí ha asegurado que no está implementando, al menos, los elementos más radicales del plan. Pero éste ha sido abrazado por los sectores de extrema derecha del Gobierno, que hasta ahora han marcado en gran medida el progreso de la ofensiva contra Gaza aprovechando que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, depende de ellos para asegurar la estabilidad de ejecutivo. Además, en el último año Israel no ha permitido que los civiles del norte de Gaza desplazados al sur vuelvan a casa. El norte y el sur de Gaza se encuentran, además, separados físicamente desde hace meses por un corredor, llamado Netzarim, que el ejército israelí abrió desde el exterior de la Franja hasta el mar.
Una nueva colonización de Gaza
En última instancia, estos mismos sectores de extrema derecha defienden abiertamente desde hace tiempo una limpieza étnica del norte de Gaza y el restablecimiento de asentamientos de colonos judíos en el territorio; una idea rechazada por buena parte del ejército, pero defendida por otra. Israel retiró su presencia militar y de colonos en Gaza en 2005, aunque legalmente todavía se considera que ocupa el territorio porque lo mantiene bloqueado por tierra, mar y aire desde 2007. “A la sombra de la escalada de las hostilidades en Oriente Próximo, el ejército israelí parece estar aislando completamente el norte de Gaza del resto de la Franja”, constató la oficina de derechos humanos de la ONU en un comunicado el lunes. "La separación del norte de Gaza hace temer aún más que Israel no tenga intención de permitir que los civiles vuelvan a casa", alertó; “y los reiterados llamamientos para que todos los palestinos abandonen el norte de Gaza suscitan graves temores de que se produzcan traslados forzosos a gran escala de la población civil”.