¿Qué ocurre en Siria? Una ofensiva sorpresa de los rebeldes reactiva la guerra
La principal milicia rebelde lanza un ataque contra las tropas gubernamentales en la región del norte de Alepo
TúnezDespués de que el régimen del presidente Bashar el Asad obtuviera varias victorias decisivas hace más de un lustro, el consenso entre la mayoría de analistas era que la guerra civil en Siria se encontraba a finales. Todo parecía indicar que Al Asad se convertiría en el único de los líderes sitiados por fuertes movilizaciones durante las llamadas Primaveras Árabes que se impondría a los adversarios. Sin embargo, hoy en día no sólo el ejército de Al Asad se afana por controlar buena parte del país, sino que las milicias rebeldes aún pueden infligir al régimen algunas derrotas militares inesperadas como la ocurrida ayer jueves y que ha causado la muerte de decenas de combatientes.
Hayat Tahrir al Shams (HTS), la principal milicia siria rebelde árabe, lanzó el jueves por la mañana una amplia ofensiva sorpresa en la región del norte de Alepo contra las tropas gubernamentales que se saldó con la muerte de al menos 132 combatientes, según informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). En concreto, en la batalla habrían muerto 65 militantes de HTS, otros 18 pertenecientes a grupos aliados suyos, así como 49 soldados del ejército sirio. Como resultado de los ataques, HTS y sus aliados han conseguido un avance sensible de sus posiciones en varios frentes.
De acuerdo con el OSDH, también habría habido víctimas civiles, incluidas criaturas, la mayoría fruto del bombardeo de zonas con “centenares de proyectiles y de misiles”. Por su parte, la agencia oficial de prensa siria, controlada por el régimen, también se ha hecho eco de la ofensiva, pero no ha presentado ninguna cifra de bajas entre las fuerzas armadas. tan sólo que "se ha producido un ataque terrorista a gran escala, en el que han participado muchos terroristas que han utilizado armas de medio y gran alcance", y que ha tenido como objetivo numerosos pueblos y ciudades del norte del país, en los alrededores de la ciudad de Alepo, la segunda más importante de Siria. Según su versión, las hostilidades aún no han terminado.
HTS es un grupo yihadista que nació fruto de la refundación del Frente Nusra, que era la filial siria de Al Qaeda. El grupo rompió relaciones con Al Qaeda en 2017 en un intento de presentar al mundo una imagen más moderada y por dejar claro que su ámbito de actuación y sus objetivos se limitaban a Siria. Desde entonces, HTS ha logrado controlar la provincia septentrional de Idlib, que es precisamente desde la que ha lanzado la última ofensiva con la colaboración de otras milicias, la mayoría de inspiración islamista. El grupo está incluido en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos.
Guerra estancada, pero no parada
Aunque la guerra en Siria lleva años estancada y apenas aparece en la prensa internacional, eso no quiere decir que la violencia haya cesado del todo. De hecho, la ofensiva islamista es una respuesta al bombardeo en las últimas semanas contra zonas civiles de la provincia de Idlib por parte de aviones rusos y del ejército sirio, según informa la agencia Reuters. Así pues, el último estallido de violencia parece tratarse de un ataque preventivo de HTS ante el temor a que la intensificación de los bombardeos aéreos sea el preludio de un asalto terrestre. De hecho, durante los últimos días se había observado una creciente concentración de tropas en la frontera entre el territorio controlado por el estado y la milicia islamista.
Aparte de la provincia de Idlib, hay dos franjas más de territorio en el norte del país que escapan del control de Al-Assad. territorio con la colaboración de varias milicias árabes afines. En la esquina oriental se encuentra el territorio autónomo kurdo, conocido con el nombre de Rojava y donde están instaladas varias bases militares de Estados Unidos que tienen por objetivo combatir los restos de milicianos del autoproclamado Estado Islámico. El bando de Al Asad también cuenta con apoyo externo, en este caso de Rusia e Irán.
El largo estancamiento del conflicto sirio está motivado por diversas causas. En primer lugar, el diálogo entre el régimen y la oposición patrocinado por la ONU no ha desembocado en ningún acuerdo, porque el régimen se niega a dar paso a la implantación de un sistema democrático. Además, en el ámbito militar, el régimen no ha lanzado ninguna ofensiva en las zonas opositoras del norte del país porque tanto la UE como Turquía temen que provocaría un éxodo de millones de refugiados hacia sus fronteras. Ésta es una de las principales razones por las que miles de tropas turcas están desplegadas en territorio sirio. El estallido de las guerras de Ucrania y Gaza tampoco han favorecido los esfuerzos militares de Damasco, porque sus dos patronos, Moscú y Teherán, no pueden permitirse una presencia militar numerosa en Siria.