BeirutBeirut ha vuelto a vivir momentos de terror este jueves por la noche cuando dos fuertes explosiones han retumbado en la ciudad. Aviones de combate israelíes bombardearon dos edificios residenciales en el barrio de Ras al Naba, ubicado en el centro de la capital libanesa, muy cerca del Museo Nacional y la embajada de Francia. Ambos inmuebles quedaron totalmente destruidos tras el impacto.
Alrededor de las ocho de la tarde, el sonido de las sirenas de las ambulancias y los equipos de la Defensa Civil anunciaban una nueva tragedia, en medio de una sensación de inseguridad creciente entre los residentes, que sienten que ya no hay hay ningún lugar seguro en la ciudad. Los trabajos de rescate continúan, mientras los equipos sacan cuerpos sin vida y personas heridas de entre los escombros. De acuerdo con el informe preliminar de los servicios de emergencia, al menos 22 personas murieron y cerca de 117 resultaron heridas.
Israel ha afirmado que el ataque tenía como objetivo a Wafiq Safa, un alto comandante del grupo Hezbollah. Sin embargo, lo que más ha sorprendido a las autoridades ha sido el lugar donde estaba Safa, ya que Ras al Naba no es conocido como un bastión de Hezbollah, sino del Movimiento Amal, su socio político, también de origen chií.
Ataque a las fuerzas de paz de la ONU
Israel insiste en que la operación en Líbano es sólo para atacar objetivos de Hezbollah, su estructura militar y descabezar la cúpula de la organización. Pero las acciones sobre el terreno contradicen esta narrativa. Este jueves, las fuerzas israelíes bombardearon con fuego de artillería desde tanques Merkava posiciones de la Fuerza Interina de la ONU para Líbano (FINUL) en el sur del país, y también atacaron un centro de acogida de desplazados y una iglesia en la que se concentraban miembros de la Defensa Civil.
Els Cascos Blaus al sud del Líban
País amb control militar majoritari en cada subregió
Este jueves por la mañana, el cuartel general de la FINUL en Ras Naqoura ha recibido varios impactos de proyectiles que han dañado una torre de control y las cámaras de vigilancia y han herido dos cascos azules. Éste no ha sido el primer ataque contra las fuerzas de paz de la ONU desde que empezaron las operaciones terrestres israelíes hace una semana, pero sí el más grave y que ha puesto en peligro la seguridad de la misión de Naciones Unidas. Según los informes de la FINUL, las tropas israelíes han abierto fuego contra tres de sus posiciones en el sur de Líbano. Las operaciones terrestres israelíes se han centrado en Ras Naqoura, el último de los pueblos fronterizos del Líbano y donde suelen celebrarse las reuniones tripartitas entre la ONU, funcionarios libaneses e israelíes. Se trata de un incidente peligroso que podría desestabilizar aún más la Línea Azul, la demarcación fronteriza establecida por la ONU en el 2000, ya que no existe una frontera reconocida entre ambos países.
Italia, Francia y España (países europeos que aportan el mayor número de tropas a esta misión de paz) han condenado el ataque deliberado que en palabras del ministro de Exteriores italiano Antonio Tajani podría ser considerado “un crimen de guerra ”.
Sin embargo, el ataque contra el cuartel general de las fuerzas de paz de la ONU no ha detenido la embestida de las tropas israelíes, que siguen avanzando posiciones en la frontera libanesa pese a encontrar una fuerte resistencia de los combatientes de Hezbollah. El ejército israelí ha anunciado que más de 20 soldados han resultado heridos en sus combates contra la milicia chií libanesa en la frontera, mientras ha confirmado que unos 300 combatientes de Hezbolá han sido abatidos durante las operaciones militares.
El objetivo, dice Israel, es permitir que los residentes israelíes desplazados vuelvan a casa en el norte de Israel. Para ello, ha desplazado a cientos de miles de libaneses, al otro lado de la frontera. Según fuentes militares libanesas, miles de tropas israelíes están operando a lo largo de unos 100 kilómetros, despejando el área en la frontera para intentar eliminar las plataformas de lanzamiento desde donde Hezbollah dispara sus cohetes y misiles antitanques hacia los asentamientos israelíes, así como estructuras civiles. Esto permitiría una invasión israelí al estilo del 7 de octubre en Gaza.
Devastación en los pueblos fronterizos
Hasta ahora, las tropas no se han aventurado profundamente dentro del Líbano y han realizado operaciones desde distancias de hasta dos o tres kilómetros en el territorio libanés. Imágenes de satélite hechas públicas este jueves muestran la destrucción total de aldeas fronterizas como Blida, Yaroun y Maroun al Ras. Aquí, se ve cómo ha quedado arrasado el parque que inauguró en el 2010 el expresidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, así como la estatua levantada en honor al general Qassem Soleimani, líder de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní, asesinado en enero de 2020 por la CIA en Bagdad.
En la guerra del 2006, Israel envió tropas terrestres al Líbano después de diez días de ataques aéreos y las retiró unas cuatro semanas después, justo después de que entrara en vigor el alto el fuego. Las tropas llegaron hasta el río Litani, a unos 30 kilómetros al norte de la frontera, pero sufrieron grandes pérdidas. Ahora han enviado órdenes de evacuación a los civiles de retirarse por encima del río Awali, unos 70 kilómetros desde la frontera, o lo que es lo mismo: un tercio del territorio libanés.
La escalada israelí en Líbano no conoce límites. Aviones de guerra bombardearon la madrugada de este jueves un edificio que funciona como centro de acogida de desplazados en la localidad de Wardaniyeh, en la región de Chouf, y causó la muerte de seis de los ochenta desplazados que huyeron de los extensos bombardeos israelíes en el sur de Líbano. Horas después, una iglesia en el municipio de Tir, en el sur, era derribada por misiles que han asesinado a seis paramédicos, que arriesgan sus vidas para salvar a las de otros.
Masacre en una escuela que acogía a refugiados en Gaza
El ejército hebreo sigue actuando con fuerza en su primer frente de guerra y está en plena operación por tierra y aire para vaciar el norte de la Franja . Este jueves, las fuerzas israelíes atacaron una escuela que acogía a desplazados por la guerra en Deir al Balah, en el centro de Gaza, matando al menos a 28 palestinos e hiriendo a un centenar, la mayoría mujeres y niños. La matanza ha sido justificada por Tel-Aviv con el argumento utilizado en numerosas ocasiones sin prueba alguna: que Hamás utilizaba el edificio como centro de operaciones. Las autoridades gazianas lo han negado y han acusado a Israel de ser plenamente consciente de que el centro acogía a civiles que huían de las bombas en otros puntos del territorio palestino, a menudo tras las sucesivas órdenes de evacuación del propio ejército.
Según las fuerzas israelíes, "antes del ataque se han tomado numerosas medidas para mitigar el riesgo de herir a civiles, como el uso de municiones precisas, la vigilancia aérea e inteligencia adicional". Sin embargo, las imágenes de criaturas ensangrentadas y los vídeos de heridos atendidos en el suelo por falta de espacio en el Hospital de los Mártires de Al Aqsa cuestionan esta versión. Según Al Jazeera, además, el bombardeo se llevó a cabo sin ningún aviso previo a la población y las autoridades palestinas aseguraron que tuvo lugar en el momento de "más movimiento" de civiles para ir a buscar comida.
Ésta es la enésima matanza de Israel en escuelas de Gaza, como también ha hecho en varios hospitales. Precisamente este jueves, un nuevo informe de la ONU concluye que los ataques contra el sistema sanitario de Gaza constituyen "crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, en forma de exterminio".