Propaganda de guerra: Hamás convierte la segunda liberación de rehenes en una exhibición de fuerza

Los islamistas quieren proyectar una imagen de victoria sobre la destrucción de Gaza

BarcelonaHamás ha preparado con detalle la puesta en escena delliberación del segundo grupo de rehenes israelíes secuestrados en Gaza desde el 7 de octubre. El movimiento islamista palestino siempre ha cuidado su imagen pública y envía mensajes políticos cuando sabe que tiene la atención de los medios de comunicación. Un mensaje para los palestinos y para el mundo. El mensaje de este sábado ha sido doble. El primero, una exhibición de fuerza para demostrar que siguen siendo una fuerza organizada de la que no se puede prescindir en el futuro, después de 15 meses de ataques israelíes indiscriminados sobre la Franja. El segundo, que ha cuidado a los rehenes israelíes mucho mejor que a los palestinos encarcelados en Israel. Hamás pretende demostrar que pese a la masacre y la destrucción de Gaza, el alto el fuego es una victoria.

"El mensaje es que la línea de mando y control de Hamás y las demás facciones palestinas está intacta", ha explicado a Al Jazeera, Muhanad Seloom, profesor de estudios de seguridad en el Doha Institute de Qatar. "Israel ha querido transmitir el mensaje que había destruido a Hamás, y ahora sobre el terreno quieren demostrar que siguen vivos y que van ganando".

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En declaraciones al ARA, Ephraim Lapid, exportavoz del ejército israelí y analista militar, admite que le ha sorprendido la exhibición de fuerza de Hamás: "Ha sido una escenificación muy profesional de fuerza y ​​disciplina: no me gusta, pero debemos afrontar la realidad". Lapid alerta de que "sería preferible tener en Gaza a la Autoridad Palestina, pero Hamás no lo permite" y subraya que la continuidad del alto el fuego dependerá de si "las presiones de Trump sobre Netanyahu superan a las de sus socios de gobierno, partidarios de continuar la guerra hasta una victoria total, que nadie sabe muy bien lo que quiere decir".

Exhibición en el escenario

Las cuatro soldadas israelíes bajaron de un coche y caminaron un tramo lo suficientemente largo para que se vea que están en buenas condiciones físicas. Rodeadas de milicianos de Hamás, la Yihad Islámica y otras facciones palestinas, subieron a un escenario y saludaron sonrientes a sus cautivos, vestidas con nuevos uniformes militar, exhibidas como prisioneras de guerra que fueron tratadas civilizadamente. Hamás quiere dejar claro el contraste con la forma en que trata Israel a los prisioneros de Gaza, que han sido encerrados en una cárcel semisecreta, el campo de Sde Teimán, en el que los propios soldados israelíes han denunciado que eran sometidos a todo tipo de abusos, incluidas violaciones en grupo.

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El fondo del escenario era una pancarta gigante impresa con mensajes en inglés, árabe y hebreo: "La victoria de los pueblos oprimidos sobre el sionismo nazi", "El sionismo nunca vencerá". En la parte inferior, fotografías de los líderes políticos y militares israelíes, incluido el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el jefe del estado mayor, Herzi Halevi, que dimitió hace unos días por el fracaso de seguridad del 7 de octubre, con la palabra fracaso. Propaganda de guerra para intentar convertir el alto el fuego en una victoria, ignorando las decenas de miles de fallecidos en Gaza y la total destrucción del norte de la Franja. Hamás, que muestra a miles de combatientes bien armados y con coches que parecen nuevos de trinca, saca pecho y no pide perdón.