Trump y los mediadores firman el acuerdo de paz para Gaza frente a líderes de todo el mundo

Beirut"Welcome to the land of peaceEl cartel en la entrada del centro de convenciones de Sharm al-Sheij daba la bienvenida este lunes a los jefes de estado y delegaciones que han acudido a la llamada Cumbre de la Paz de Gaza. En un entorno de seguridad reforzada y bajo un solo abrasador, los líderes han desfilado por la alfombra roja en un espectáculo trabajos unos cientos de kilómetros al norte, donde la guerra entre Israel y Hamás ha dejado más de 67.000 muertos y buena parte de la Franja reducida a escombros.

La cumbre ha buscado enviar un mensaje claro: la diplomacia internacional intenta consolidar un alto el fuego sostenible en Gaza. "Hemos conseguido lo que todo el mundo decía que era imposible: la paz en Oriente Próximo", ha declarado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se ha erigido en protagonista indiscutible del acto. Sin embargo, la realidad sobre el terreno sigue siendo mucho más compleja.

La cita, copresidida por Trump y Abdel Fattah al Sisi, ha reunido a más de veinte jefes de estado y de gobierno, entre ellos el secretario general de la ONU, António Guterres, y representantes de la Unión Europea, Arabia Saudí, Qatar, Turquía y Francia. Ni Benjamin Netanyahu ni ningún representante de Hamás han asistido; una ausencia que ha limitado el alcance de la negociación directa. Fuentes diplomáticas han señalado que Israel se ha ausentado por cálculos internos de imagen política, mientras que Hamás ha sido excluido oficialmente de la mesa de diálogo.

Después de una breve visita a Israel, Trump ha abierto la cumbre con un discurso en el que ha defendido que "esta es una oportunidad histórica para poner fin a una guerra que ha durado demasiado tiempo" y ha subrayado que Washington no aceptará un regreso alstatu quo anterior. Trump ha elogiado a su homólogo egipcio, y ha afirmado que Egipto ha jugado "un papel muy importante" en las negociaciones con Hamás. También ha asegurado que Estados Unidos le apoya total. Al Sisi, al mismo tiempo, ha dicho a Trump que él era "el único capaz de llevar la paz" a su región, y ha subrayado la centralidad de Washington en el proceso de mediación.

La declaración conjunta final, publicada al cierre de la jornada, establece tres objetivos clave: consolidar la pausa humanitaria, transformar la tregua en alto el fuego permanente y establecer un proceso político supervisado internacionalmente, que desemboque en una nueva administración civil en Gaza. Egipto y Estados Unidos actuarán como garantes del seguimiento del acuerdo.

Y ahora, ¿qué?

Varios analistas subrayan que la etapa más complicada llegará tras la salida de Trump de Oriente Próximo. Aziz Alghashian, académico saudí, considera que los próximos pasos son complejos: "El mundo finalmente ha logrado algo que había esperado durante mucho tiempo: la participación activa de EEUU. Pero mantener ese peso mientras se resuelven los detalles es lo más difícil. No parece que haya planificación a largo plazo". Entre los desafíos prácticos figuran el desarme de Hamás, la retirada completa de Israel de Gaza y la seguridad en la frontera egipcia, donde se teme un flujo masivo de refugiados que podría desestabilizar la región.

Según Aymen Abdel Wahab, del Al-Ahram Center for Political and Strategic Studies, Egipto se enfrenta a la parte más delicada de la implementación: "Los desafíos reales no están en la primera fase del acuerdo, sino en la segunda, cuando se trabaje en seguridad y en mantener la paz". Los países del Golfo, que se perfilan como los principales financiadores de la reconstrucción de Gaza, temen verse implicados en una situación en la que financien la reconstrucción mientras continúan operaciones israelíes en el territorio.

António Guterres ha advertido que "el tiempo se agota para evitar un colapso total de la región" y ha apelado a compromisos verificables. Emmanuel Macron destacó la necesidad de garantías de seguridad para Israel, pero también derechos políticos para los palestinos, y recordó el equilibrio que busca la Unión Europea. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, expresó su "esperanza" ante el acuerdo alcanzado y subrayó la importancia de avanzar hacia una paz definitiva. Arabia Saudí y Turquía, por su parte, han aprovechado los márgenes de la cumbre para presionar sobre el papel de la Autoridad Palestina y la protección de los civiles, intentando garantizar que la reconstrucción y la asistencia no queden subordinadas a intereses estrictamente estratégicos.

La cumbre también ha servido para señalar la magnitud de los retos prácticos. Sharm al-Sheij ha quedado, pues, como escenario de un primer paso diplomático de alto perfil. Aunque los desafíos son significativos, desde la seguridad en la frontera hasta la legitimidad de la futura administración civil, el acuerdo ofrece una oportunidad para avanzar hacia la estabilidad en la región. Por primera vez en meses, la diplomacia internacional logró articular un marco de cooperación que podría convertirse en la base de un alto el fuego duradero y un futuro político para Gaza.