Violaciones del alto el fuego en Líbano dificultan el regreso a la normalidad
El líder de Hezbollah dice que se coordina con el ejército libanés para mantener un alto el fuego que han acordado "con la cabeza alta"
BeirutEl frágil alto el fuego, instaurado hace tres días para poner fin además de 13 meses de guerra en Líbano, se tambalea por las repetidas violaciones en el sur del Líbano. Este viernes disparos israelíes han herido a dos personas en Bint Jbeil, y fuerzas israelíes han abierto fuego durante un funeral en Khiam y han destruido olivares con excavadoras en Kfar Kila.
El ejército libanés ha acusado a Israel de infringir la tregua muchas veces desde que entró en vigor. Denuncian ataques con varias armas y vuelos constantes de aviones y drones. El jueves Israel hizo su primer ataque aéreo tras la tregua, justificándolo como una respuesta a una amenaza porque el objetivo era un depósito de municiones de Hezbollah, aunque esto podría constituir una violación del acuerdo.
La violencia, aunque sin víctimas graves reportadas, refleja la inestabilidad del alto el fuego. Por otra parte, las tropas libanesas se han desplegado en varias regiones, incluyendo el sur de Líbano, el valle de la Bekaa y los suburbios del sur de Beirut, donde han establecido controles temporales y han detonado proyectiles sin explotar. Estas acciones buscan facilitar el regreso de los desplazados a casa, aunque la devastación en las áreas más afectadas convierte el regreso en un doloroso proceso. En Tiro, ciudad milenaria y Patrimonio de la Humanidad, los residentes se encuentran escenas desoladoras: barrios enteros reducidos a escombros y cráteres que perforan el suelo.
Miles de desplazados han emprendido la odisea de vuelta con los coches cargados de colchones y pertenencias, pero el acceso sigue restringido en unas 60 aldeas del sur. El ejército israelí, a través de su portavoz en lengua árabe Avichay Adraee, ha impuesto un toque de queda nocturno en el sur del río Litani, prohibiendo el movimiento desde las 5 de la tarde hasta las 7 de la mañana. Este control limita la recuperación en zonas todavía ocupadas por tropas israelíes.
Hezbollah rompe el silencio
Hezbollah, aunque evitó realizar declaraciones directas sobre la tregua, finalmente rompió el silencio esta tarde del viernes, con un discurso televisado de su secretario general, Naim Qassem. "No queríamos la guerra, pero la entregamos para defendernos”, ha dicho. También ha mencionado el "gran peligro" que representa Israel, especialmente después del ataque con aparatos buscapersonas y elasesinato del ex secretario general Hassan Nasrallah en septiembre. Sin embargo, aseguró que se coordinará con el ejército libanés para mantener un alto el fuego que acordaron "con la cabeza bien alta".
Ha dicho que para Hezbollah esta victoria supera a la de julio de 2006, por la duración del conflicto, la intensidad de los combates y los sacrificios realizados. Además, afirmó que han evitado que Israel desmantelara Hezbollah y debilitara la resistencia. También ha asegurado que el acuerdo de alto el fuego no es un tratado ni un acuerdo internacional, sino un plan de acción vinculado a la Resolución 1701, y que la coordinación entre la resistencia y el ejército libanés será clave para su implementación lo.
El líder de Hezbollah también ha asegurado que Israel ha fracasado ante la resistencia del pueblo libanés. "Protegeremos la unidad nacional y la soberanía, mantendremos la paz civil y fortaleceremos el Líbano", ha subrayado.
Israel condiciona la retirada de tropas al acuerdo
Por su parte, Israel condiciona la retirada de sus tropas a la garantía de que Hezbollah respetará el acuerdo. El jefe del estado mayor israelí, Herzl Halevi, advirtió: "Cualquier desviación de este acuerdo será sancionada con fuego". Mientras, en el norte de Israel las comunidades fronterizas están desiertas. Las 50.000 personas que huyeron de los constantes ataques de Hezbolá no han vuelto, y los militares israelíes tampoco animan para su regreso pese a las promesas que hicieron.
En este contexto, la tregua no sólo plantea desafíos al frente militar, sino que también abre una oportunidad política para el Líbano. El prolongado vacío presidencial en Líbano podría encontrar una salida cercana. En los últimos meses de conflicto han puesto en peligro la influencia de Hezbollah en la política libanesa. Aunque debilitado por los ataques israelíes, el grupo chiíta sigue siendo un actor central en el país y podría desempeñar un papel clave en la elección presidencial, prevista para el 9 de enero. El Parlamento libanés, bloqueado por divisiones políticas, ha estado más de dos años sin elegir a un presidente.
Sin embargo, el enviado especial francés Jean-Yves Le Drian instó a las facciones libanesas a lograr un consenso y advirtió de que cualquier intento de boicotear el proceso sería una señal de falta de compromiso con las reformas necesarias para reconstruir estado. Para Líbano el reto no sólo es garantizar la estabilidad en el sur, sino también avanzar hacia una solución política que permita superar años de estancamiento y reconstruir un estado debilitado por la guerra, la corrupción y la parálisis institucional. El 9 de enero será una prueba crucial para el futuro del Líbano y la capacidad de alcanzar el consenso necesario para elegir a un presidente que pueda sacar al país del abismo.