Rusia inicia la ofensiva final en el Donbás
Zelenski avisa que Moscú hace tiempo que se prepara para esta operación
BarcelonaPor tierra y por aire, las tropas rusas han disparado el doble de misiles y balas en el Donbás en un día que en las últimas semanas. Según datos del ministerio de Defensa ruso, se han lanzado hasta 108 ataques aéreos concentrados en Járkov, Donetsk y Lugansk durante este lunes de madrugada. Hasta 315 ofensivas de sus fuerzas de artillería en el mismo tiempo y en la misma zona. 16 instalaciones militares ucranianas golpeadas, 275 fortificaciones destruidas. Y una victoria: Kreminna, una pequeña ciudad de 18.000 habitantes en Lugansk, está en manos rusas después de una dura batalla por la noche por las calles. "Podemos informar que la ofensiva ya ha empezado", ha dicho en un comunicado la administración regional ucraniana. Horas después era el presidente, Volodímir Zelenski, quien lo anunciaba: "Las fuerzas rusas ya han empezado la batalla del Donbás, para la cual se han estado preparando durante mucho tiempo", ha dicho en un vídeo.
La ofensiva definitiva en el Donbás, más que anunciada en los últimos días, ha empezado casi un mes después de que el Kremlin decidiera abandonar Kiev para centrarse en el este. Durante todo este tiempo, sus fuerzas se han reagrupado por toda la franja oriental. Zelenski ha reiterado que no cederá ni un palmo del Donbás a cambio de la paz.
Si Kreminna ha sido un pequeño primer paso para el ejército ruso, Járkov sigue siendo el centro de la diana de los bombardeos al este. Este lunes nueve personas han perdido la vida por varios cohetes rusos que han caído sobre zonas residenciales. También en Kreminna, según ha informado el gobernador de Lugansk, cuatro personas han muerto a disparos cuando intentaban escaparse en coche. Hasta ahora, y según cifras de la ONU, 2.072 civiles han perdido la vida, 169 de los cuales son niños.
La omnipresencia de Moscú
Sin embargo, a pesar de que las tropas rusas se centran en el Donbás, Moscú quiere demostrar a Kiev su omnipresencia por todo el territorio, lanzando misiles de largo alcance desde Járkov hasta Lviv. Este lunes, de hecho, un cohete ruso ha dejado las primeras siete víctimas civiles en Lviv, la última gran ciudad antes de la frontera con Polonia y refugio para muchos ucranianos que se habían escapado de ciudades más castigadas por el conflicto. Según el gobernador de la región, Maksim Kozitski, el objetivo eran tres almacenes que ya no utilizaba el ejército y un taller mecánico de coches. También en Kiev, según varios testigo consultados por The Guardian, se ha oído una explosión por tercer día consecutivo, esta vez en Vasylkiv, al sur, que acoge una base aérea militar.
Rusia ha puesto en marcha la ofensiva en el Donbás sin esperar el desenlace del combate de Mariupol, que por su gran valía estratégica y moral puede marcar un antes y un después. Que Mariupol caiga o resista dependerá de los combates en la central siderúrgica de Azovstal, donde aguantan los últimos soldados ucranianos. Estos militares pasaron por alto el ultimátum ruso de entregar las armas, y mientras prosiguen las batallas, la principal preocupación de Ucrania son los civiles que malviven en la fábrica.
Este lunes el gobierno de Kiev ha pedido un corredor humanitario desde la planta, a pesar de que Ucrania y Rusia ya llevan dos días sin ser capaces de pactar ninguna ruta de evacuación en ningún punto del país. Ante la falta de soluciones, Serhi Volina, comandante de la marina de Ucrania que lucha en Mariupol, ha pedido ayuda en una carta al papa Francisco: "Así es como se ve el infierno en la tierra. Es hora de ayudar no solo con oraciones", narra.
La situación de aislamiento que sufre Mariupol desde el inicio de la ofensiva –la mayoría de civiles que están atrapados no pueden comunicarse con el mundo exterior– hace temer que todavía estamos lejos de conocer todas las atrocidades que se han cometido en esta ciudad, que antes de la invasión rusa tenía cerca de 450.000 habitantes. En Mariupol nada es como era. El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitró Kuleba, tiene claro que la ciudad "ya no existe" después de los enormes daños materiales causados por los ataques rusos. “La ciudad ya no existe. Aquello que queda de las tropas ucranianas y un gran grupo de civiles están básicamente rodeados por las fuerzas rusas. Continúan su lucha, pero parece, por la manera como se comportan los rusos en Mariupol, que han decidido arrasar la ciudad hasta los fundamentos a cualquier precio”, ha asegurado Kuleba.
El recuerdo de Bucha
Mientras, y también este lunes, dos combatientes británicos capturados en Ucrania por las fuerzas del Kremlin han aparecido en la televisión rusa pidiendo que se les intercambie por el político prorruso Víktor Medvedchuk, detenido por Ucrania. De hecho, en un vídeo publicado por las autoridades ucranianas, Medvedchuk también pide ser intercambiado por soldados y civiles ucranianos retenidos en Mariupol. Las negociaciones entre Rusia y Ucrania, sin embargo, no pasan por su mejor momento, y este lunes el Kremlin ha acusado a Kiev de "no ser coherente con los puntos que se han acordado" en las conversaciones.
La masacre de Bucha puso más palos en las ruedas a las relaciones entre los dos gobiernos. Vladímir Putin ha tensado algo más la cuerda este lunes, después de condecorar un batallón que estaba en Bucha durante los días de ocupación rusa. En Irpín, en la región de Kiev, este lunes la policía ha recuperado 269 cadáveres más.