Rusia reduce ahora su objetivo con la guerra a "aliberar" el Donbás

BarcelonaA medida que pasan los días queda claro que la invasión rusa en Ucrania no avanza como había previsto Vladímir Putin. Después de los bombardeos durante los primeros días de guerra, Rusia ha chocado con la resistencia de las fuerzas ucranianas y quiere vender que su plan es otro. Sea porque el ejército ruso no ve claro hasta dónde llegará la invasión o por el hecho de que las bajas que ha tenido Rusia en este primer mes realmente son muy numerosas, el ministerio de Defensa ruso ha reducido ahora su objetivo con la guerra a "aliberar" el Donbás, el este de Ucrania. Además, ha dicho que ha logrado la primera fase de la operación militar en el país –como denomina Rusia la guerra.

Los rebeldes prorrusos, ha asegurado el ministerio ruso, controlan el 93% de Lugansk y el 54% de Donetsk, que forman la región ucraniana del Donbás. La cabeza de la dirección operativa del estado mayor de las fuerzas de Rusia, Serguéi Rudskói, ha querido sacar pecho de sus pasos: "El potencial de combate de las fuerzas armadas de Ucrania se ha reducido considerablemente, lo que permite centrar nuestros esfuerzos básicos en lograr el objetivo principal". Un foco que ahora ha puesto en el Donbás y que ha justificado que su invasión siempre se había planteado así. En cuanto a los bombardeos en otras ciudades ucranianas, Rudskói ha argumentado que se han hecho para destrozar la infraestructura militar del país. Ucrania, sin embargo, no se fía de las intenciones rusas y teme que todo ello sea una maniobra de distracción para continuar asediando otras zonas del país que se escapan del Donbás, incluida Kiev.

Mientras tanto, Rusia ha reconocido en su nuevo balance que ha perdido 1.351 soldados que han muerto durante la guerra y 3.825 que han quedado heridos. En cambio, Ucrania ha manifestado que ya han muerto unos 15.000 soldados rusos. El anuncio del ministerio ruso de limitar su invasión ha coincidido con el intento de las fuerzas ucranianas de reconquistar las ciudades de las afueras de Kiev después de que Rusia no haya conseguido asaltar la capital del país, donde continúa el presidente Volodímir Zelenski. Aparte de los reveses en los combates, Putin también ha afrontado otros golpes en las últimas horas, como por ejemplo que se haya paralizado el proyecto de inversión del gigante energético chino Sinopec en Rusia por miedo a las sanciones.

Mientras falta ver cuál será el alcance de las tropas rusas, también se tiene que aclarar el número de víctimas que está dejando la guerra. Un ejemplo es el bombardeo en el teatro de Mariúpol: el 16 de marzo Ucrania denunció el ataque a este lugar, donde, según las autoridades del país, se refugiaban centenares de civiles –se apuntaba que el sótano del teatro, un refugio antiaéreo, podía acoger a un millar de personas–. Ahora el gobierno municipal de la ciudad ha asegurado que unas 300 personas murieron debido al bombardeo, basándose en el relato de los supervivientes: "Hay información de testigos presenciales", explican las autoridades, que atribuyen el ataque a un "bombardeo de un avión ruso". Moscú lo ha negado y ha vinculado el ataque a una milicia ucraniana de extrema derecha.

Posibles víctimas bajo el escombro

"Queríamos creer hasta el final que todo el mundo había conseguido salvarse. Pero las palabras de los que estaban adentro del edificio en el momento del ataque terrorista dicen lo contrario", ha manifestado el Gobierno municipal de Mariúpol. Lo único que había trascendido del bombardeo es que habían rescatado con vida a unas 130 personas a pesar de que este balance ahora se ha elevado: al final se habrían podido rescatar vivas a unas 600 personas. Aun así, Ucrania no ha sabido del todo cuántas personas se refugiaban dentro del teatro en el momento del ataque y desconoce si todavía puede haber más víctimas bajo los escombros.