¿Es cierto que Rusia está tras la presión de Argelia sobre España?
Argelia mantiene su política de no alineamiento y busca vender gas a Europa sin enemistarse con el Kremlin
BarcelonaEl gobierno español ha insinuado que Rusia estaría tras la reacción de Argelia, que ha suspendido el acuerdo de amistad con España y ha congelado las relaciones comerciales como respuesta al cambio de posición española sobre el Sáhara Occidental. Lejos de ayudar a reconducir las cosas, la acusación de ser títeres del Kremlin, en un país que hace bandera de su no alineamiento, ha enredado la madeja todavía más.
Fuentes diplomáticas argelinas apuntan al ARA que España ha agravado las cosas sugiriendo la influencia rusa, cosa que consideran "imperdonable y grave", porque "todo el mundo sabe que la razón de la crisis es el giro de Sánchez sobre el Sáhara Occidental al aceptar el plan marroquí de autonomía: no necesitamos a Rusia para responder a esto". De hecho, ni el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, ni la titular de Economía, Nadia Calviño, han aportado pruebas que confirmen la supuesta influencia de Moscú en la reacción argelina, más allá de la visita en Argel el 11 de mayo del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
El analista argelino Akram Khairef añade que "Rusia nunca ha tenido influencia política sobre Argelia", que mantiene relaciones "sobre todo con el ejército" y pone como ejemplo el hecho de que en los últimos meses Argelia se ha aproximado a Italia, con quienes está discutiendo proyectos de salida de su gas para alcanzar no solo el mercado italiano sino también el del centro de Europa, en un momento en que la invasión de Ucrania ha empujado a Alemania y otros países a buscar alternativas al gas ruso.
Relación entre ejércitos
Ahora bien, la relación entre los militares, que son el corazón del poder del régimen argelino, y Rusia no es menor: no en vano Argelia ha importado entre 2017 y 2021 el 81% de su equipación militar de Moscú. También está claro que Argelia no se ha sumado a la política occidental de sanciones por la guerra de Ucrania y que se abstuvo en la votación a la asamblea general de la ONU que condenó la invasión. Pero esto, según coinciden varios analistas, no significa que se alinee con el Kremlin. "La diplomacia argelina siempre busca un punto medio", explicaLouisa Dris-Aït-Hamadouche, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Argel." En nombre de su posición histórica de no alineamiento, ha intentado jugar a dos bandas para preservar tanto sus intereses con Rusia como con Europa". Así se explica también el no de Argelia a la exclusión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con el argumento de que antes había que expulsar a Israel. Pero, en cambio, Argelia no ha reconocido nunca la soberanía rusa sobre la península de Crimea.
Nadar entre dos aguas
Argelia se ha especializado en el arte de nadar entre dos aguas para no hacer enfadar al Kremlin ni enemistarse con los europeos. Y es que el país tampoco se puede permitir el veto de la UE: Francia, Italia y España son sus tres primeros clientes y ahora no quiere dejar la oportunidad de vender más gas a Europa, que busca reducir su dependencia energética del Kremlin. Pero el peso de los socios europeos puede cambiar: el abril pasado el primer ministro italiano, Mario Draghi, viajó a Argel, donde firmó un acuerdo para ampliar el suministro en 9.000 millones de metros cúbicos, y el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, visitó Roma a finales de mayo. También ha pasado por Argel el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian. Y el pasado martes Alemania anunció proyectos de producción de energía basados en el hidrógeno en Argelia.
Como recuerda el consultor británico Anthony Skinner –que tampoco ve la mano rusa tras las decisiones argelinas–, la capacidad de escalada de Argelia en la crisis con España es limitada: "Económicamente supondría un tiro en el pie para Argelia cortar el suministro a España porque perdería credibilidad internacional como proveedor, y por eso Tebboune ha aclarado que los contratos con España se mantendrán. Pero hay que tener en cuenta que el gasoducto Transmed [que conecta Argelia con Italia] tiene una capacidad limitada que no puede absorber todo el flujo destinado al Medgaz [que une Argelia con España], y además los gastos de exportación del gas natural licuado [que se transporta en barcos] son mucho más elevados".