"Espero que Trump logre la rendición de Ucrania": ¿cómo asumen los rusos el cambio en la Casa Blanca?

MoscúDespués de cerca de tres años desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, la polarización política en Rusia es tan clara como silenciosa. La atmósfera en Moscú es tensa y con el cambio de gobierno en la Casa Blanca la población observa al Oeste con mucha curiosidad. Especialmente interesados ​​en futuros movimientos en clave de relaciones internacionales, por la promesa de Donald Trump en campaña de acabar con la guerra en 24 horas que, de momento, no ha cumplido.

"[Trump] dijo que terminaría la guerra en un día y ahora se ha desdicho, ahora dice que necesita noventa. Biden se ha asegurado de armar bien a Ucrania, espero que Trump consiga su rendición", dice Konstantín, un cliente en el centro comercial Europolis de Moscú. En general, la gente que apoya la guerra espera un cambio de rumbo por el que hace al armamento recibido de Occidente en Ucrania.

"Creo que la guerra no finalizará con la llegada de Trump, las condiciones del presidente Putin eran claras desde un principio. Espero que Trump detenga la entrada de Ucrania en la OTAN, él no querrá que el conflicto les salpique", afirma el Fiódor, que aprovecha la ocasión para mencionar que la reducción de inversión externa permitirá finalmente saber la fuerza ucraniana. El Pavel, de unos 60 años, responde que no lo tiene claro, pero que le preocupa que se convierta el Donbás en zona desmilitarizada: "¿Quién tendrá el control?" Otras personas, en cambio, no dan importancia a la política internacional. "En Rusia ya tenemos problemas, no necesitamos meter la nariz en los asuntos de los demás", afirma un ciudadano, de paso, cuando siente la pregunta Oficialmente, el Kremlin se ha mostrado esperanzado con el cambio de gobierno en EE.UU., aunque empieza a incomodar el hecho de que Trump aún no haya llamado a Vladimir Putin. no hay avances [...]. El restablecimiento del diálogo político es, sin duda, necesario", ha dicho recientemente el viceministro de Exteriores, Serguei Riabkov, en la agencia Tass. Putin ha dejado clara la posición a favor del nuevo presidente de Estados Unidos: "Con Trump tengo una relación puramente empresarial, pero de confianza. Si en las anteriores elecciones no le hubieran tomado la victoria, quizás no se hubiera producido la crisis en Ucrania en el 2022". Trump, en cambio, ha llegado a calificar a Putin de "amigo".

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Silencio y miedo impuesto

Aunque en Rusia sólo existe una única opinión pública permitida (el apoyo a la guerra), en las últimas semanas, coincidiendo con la época navideña y de celebración del año nuevo, se han esparcido los mensajes pacifistas, herencia de la Segunda Guerra Mundial. En Rusia, en enero hay doble celebración, la del año nuevo según el calendario occidental y la del calendario juliano, en la segunda quincena de enero.

Hasta finales de enero, en los grandes almacenes GUM, en la plaza Roja, varias tiendas han exhibido árboles de Navidad. En el de Boggi-Milano, los visitantes tenían permitido escribir felicitaciones, una acción aparentemente festiva, pero que permite descifrar y visibilizar esta polarización. Entre felicitaciones y deseos, hay múltiples notas que piden la paz. "¡Paz! ¡Queremos que vuelvan nuestros jóvenes a casa!", dice un mensaje. También hay otros que piden la paz en el mundo y para todos. La represión contra aquellos que critican la guerra, ordenada por Putin, sigue estando presente. En voz baja, algunas personas que desaprueban la invasión de Ucrania se muestran más pesimistas y no ven un cambio real a corto plazo, que devuelva a Rusia en un punto cercano al de antes del estallido del conflicto.

"El plan de Trump es el plan perfecto para Putin: recibir las cuatro regiones ocupadas, detener las ofensivas durante los cuatro años de mandato, rehacer el arsenal y volver a la carga en cuanto Trump ponga un pie fuera de la Casa Blanca. Entonces podrá decir: '¿Veis? Durante mi mandato no había guerra!'", declara el Nikolai, que se refiere a la pérdida de Ucrania de las cuatro regiones que actualmente están parcialmente bajo dominio ruso: Donetsk, Lugansk, Zaporíjia y Kherson.

"Tengo la sensación de que en Rusia vivimos en un constante estrés postraumático y nunca escaparemos. La llegada de Trump no llevará ningún cambio sustancial. Ambos forman parte de una misma hornada de tiranos y parece que ahora Trump iniciará su propio proceso expansionista", considera Natalia, escéptica con la posibilidad de mejora en un futuro próximo. Irina alerta de que en Rusia sólo se puede tener una opinión, "la que sugieren los medios". Y añade, haciendo referencia al método de gobierno del futuro presidente estadounidense: "Rusia nunca había confiado tanto en un zar como confía en Trump".

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