Trump y Putin, una larga relación marcada por el secretismo

El republicano presume de tener una buena avenencia con el presidente ruso, pese a los recelos que despierta en Washington

Trump y Putin en Helsinki / Reuters
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WashingtonEn marzo del 2014, a falta de dos años para que Donald Trump se convirtiera en presidente de Estados Unidos, el magnate hacía la siguiente afirmación durante la CPAC: "Fui a Moscú hace un par de días, fui a un concurso de Miss Universo y me trataron tan bien... Putin incluso me envió un bonito regalo con una bonita nota. Hablé a toda esta gente . Tú miras lo que [Putin] está haciendo con Obama y es como si jugara con él". Acto seguido, alababa la incursión rusa sobre Crimea en febrero del 2014, después de que terminaran los Juegos de Invierno, celebrados en Sochi. "Al día siguiente de las Olimpiadas, comienza con Ucrania. ¿Cómo es de listo, eh?", decía Trump, y añadía: "[Crimea] es una zona con mucha riqueza, esto significa que el resto de Ucrania caerá rápidamente. .. Cuando ves lo que están haciendo en Ucrania, es sólo cuestión de tiempo".

Las declaraciones, que en su día pasaron desapercibidas, diez años después suenan diferentes con la guerra de Ucrania en marcha y con Trump prometiendo que lo resolverá deprisa si es reelegido presidente. El contexto es muy diferente, pero el discurso no ha evolucionado tanto: Trump en ese momento ya atacaba a Obama, que bajo su criterio no se hacía respetar ante Putin, y sacaba pecho de la buena sintonía con el ruso. Ahora el republicano hace lo propio con el actual presidente, Joe Biden, afirmando que Putin invadió Ucrania porque no se siente amenazado por su administración, y sigue presumiendo, incluso en la cara del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de tener una "buena relación" con el ruso.

Aunque Trump lo presuma como una virtud, la buena avenencia con Putin es una cuestión que siempre ha despertado recelos en Washington. Sobre todo porque no se sabe cuál es la naturaleza de la vinculación que existe entre el magnate y Rusia. Esta semana saltaba la noticia de que el expresidente ha seguido manteniendo el contacto con el presidente ruso una vez fuera de la Casa Blanca. El libro del periodista Bob Woodward, que se publicará el 15 de octubre, no sólo revela que Trump habría hablado hasta siete veces con Putin en los últimos cuatro años, sino también que le envió tests cóvido en el 2020, cuando había muy pocos disponibles. El republicano negó la información, mientras que el Kremlin el viernes la confirmaba, según recoge la CNN.

En julio, un oficial de los servicios de inteligencia de Estados Unidos hacía constar que las preferencias de Rusia para las elecciones de este año no habían cambiado desde el 2016: Moscú sigue prefiriendo a Trump al frente de la Casa Blanca. Precisamente, sobre las elecciones de ese año planeaban las sospechas de una posible injerencia rusa a favor de Trump y en contra de Hillary Clinton. De hecho, éste fue uno de los primeros escándalos de Trump nada más llegar a la Casa Blanca. Aún así, en el 2023 el fiscal especial John Durham criticó al FBI por abrir la investigación contra Trump sobre la trama rusa. En el suyo ynforme de más de 300 páginas, Durham criticaba a la agencia por "falta de rigor analítico" y les acusaba de haber actuado de forma parcial.

Las conexiones entre Trump y Putin existen, aunque no son suficientes para probar nada. Rastrear el origen de la relación tampoco es fácil. En la citada intervención de 2014 en la CPAC, el magnate daba a entender que ya tenía cierta relación con Putin, en cambio, un exespía del KGB aseguraba a The Guardian que el multimillonario apareció en el radar del Kremlin a finales de los 70, cuando se casó con su primera mujer, Ivana Zelnickova.

Encuentros herméticos

Si después de dejar la presidencia Trump se ha telefoneado al menos siete veces con Putin, cuando estaba liderando Estados Unidos tuvo cuatro reuniones de dominio público, aunque el Washington Post cifraba en hasta 16 las veces que ambos políticos se llamaron mientras el republicano era presidente. Tanto las públicas cómo las privadas están marcadas por el secretismo.

Una de las primeras reuniones mientras Trump era presidente fue en Alemania, en el marco de la segunda cumbre del G20. En aquella ocasión el republicano le dijo a su intérprete que no podía decir nada de lo que había oído. Ese mismo día, durante la cena, Trump se sentó junto a Putin. Ese mismo año, en el 2017, el magnate coincidió con el ruso en Vietnam, en el marco de una cumbre sobre la región, y también hablaron en varias ocasiones de forma informal.

La cuarta vez que se vieron fue en el 2018 en Helsinki. Durante dos horas se reunieron a puerta cerrada. Nadie sabe de qué se habló en ese encuentro. "Nuestra relación nunca ha sido peor de lo que es ahora. Aun así, esto ha cambiado hace unas cuatro horas. Realmente lo creo", dijo entonces Trump en la rueda de prensa conjunta celebrada al término de la cumbre. El encuentro en Finlandia tuvo lugar sólo tres días después de que el fiscal especial Robert Mueller publicara una serie de acusaciones contra 12 agentes de inteligencia rusos por haber pirateado las redes informáticas y los correos electrónicos de los demócratas durante las elecciones presidenciales de 2016 .

En 2019, el Financial Times reveló que ambos mandatarios se vieron durante 15 minutos en la ópera de Buenos Aires. Trump y su esposa Melania conversaron con Putin y su intérprete, y según el medio estadounidense fueron los últimos en abandonar la sala.

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