Rusia

Navalni reaparece desde un remoto penal del Ártico, en el norte de Rusia

El opositor al Kremlin fue trasladado allí a primeros de diciembre desde la cárcel de Mélekhovo, en el este de Moscú

LondresEl opositor a Vladimir Putin Aleksei Navalni compareció este jueves a través de un enlace de vídeo ante el Tribunal Supremo para defender su derecho a pausas más largas para comer y el acceso a más libros en prisión, incluidos textos religiosos. Vistiendo un uniforme de cárcel negro y de pie detrás de las rejas en una habitación pequeña y sin muebles, Navalni, de 47 años, parecía demacrado, pero ha hablado de forma animada y sin notas, informa Reuters.

La aparición de hoy fue la segunda consecutiva en dos días, interviniendo desde una colonia penal muy remota del círculo polar Ártico, una de las más duras de Rusia, a la que fue trasladado el pasado mes. A primeros de diciembre, los aliados de Navalni van denunciar su desaparición del establecimiento penitenciario deMélekhovo, en el este de Moscú, donde estaba cerrado en cumplimiento de las sentencias impuestas por los tribunales de Putin, que ahora ya ascienden a 30 años.

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El caso del Supremo está relacionado con la normativa de la cárcel, que limita el acceso a sólo un libro a la vez para los reclusos. Esto supone, según la protesta de Navalni, que alguien que optara por tener una Biblia o un Corán no podría tener otra literatura religiosa o secular, incluidos periódicos o revistas. "Un libro no es suficiente para mí. Es evidente que vulnera mis derechos religiosos", ha dicho durante su intervención.

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El famoso disidente también ha argumentado que las pausas para comer son demasiado cortas. "Recibo dos tazas de agua hirviendo y dos trozos de pan repugnante. Quiero beber ese agua hirviendo con normalidad y comer ese pan. Tengo 10 minutos para hacerlo. Y me veo obligado a quemarme con esa agua hirviendo", ha afirmado.

Señales de vida

Navalni ha utilizado a menudo estas audiencias en el pasado como medio para desafiar a las autoridades, demostrar su resistencia y mantener un vínculo con el mundo exterior a pesar de las duras condiciones que sufre, debido a sus críticas al Kremlin. Aunque en la jornada de hoy la comparecencia ha provocado una discusión detallada con el juez y un representante del ministerio de Justicia sobre las bibliotecas de la cárcel, las comidas y el mobiliario de las celdas, en la de ayer –sobre el trato que había recibido en la cárcel de Mélekhovo– tuvo ocasión de intercambiar algunas palabras con los periodistas, siempre a través de enlace de vídeo.

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"¿Cómo te encuentras?", le pidieron. "Bueno, todo está bien, gracias", respondió. "¿Hace frío en la celda?" "No, está bien. He estado en muchas, diferentes. Primero en una cuarentena; después, en una simple sala. Y ahora, en una castigo, aislado. Algunas más frías que las demás. Las condiciones aquí son mejores que en la colonia penal [de Mélekhovo]". "¿Ha recibido cartas?", le pidieron también los periodistas. "No, no todavía. Pero han enviado. O sea que las estoy esperando".

Navalni, bromeando, habló del "mal tiempo", y que no sabía a qué tribunal dirigirse para que atendieran esta queja. Los periodistas le sugirieron que protestara ante el Supremo. En cuanto a la comida, aunque en la aparición de este jueves comentaba la repugnancia que le provocaba el pan que le dan, ayer comentó que "está bien". Aleksei Navalni está encarcelado desde que regresó a Rusia, en el 2021. La cárcel donde se encuentra situada en el asentamiento de Kharp en el distrito autónomo de Iamalo-Nènets, en el círculo polar ártico, de los centros más remotos del país.

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