¿Qué ha ocurrido con el grupo Wagner, un año después de la rebelión?
La compañía de mercenarios se ha reestructurado en varias facciones que dependen del ministerio de Defensa ruso
BarcelonaA plena luz del día, sin ningún superviviente y sin que nadie cuestionara la versión oficial: en un sospechoso accidente de avión, murió Evgenio Prigojin y toda la cúpula de Wagner, dos semanas después de la rebelión que representó un desafío inéditoal régimen de Vladimir Putin. El motín de los mercenarios que ocuparon la ciudad rusa de Rostov del Don y que avanzaron con vehículos militares hacia Moscú, supuso un punto de inflexión en la política militar del Kremlin, que se dio cuenta de la necesidad de atar corto a los contratistas militares, que se habían hecho fuertes gracias a la guerra de Ucrania. Y es lo que ha hecho: casi un año después, el grupo Wagner ha desaparecido. Al menos de forma oficial.
El Kremlin ha pasado a controlar a este ejército privado de mercenarios, formado en gran parte por exconvictos, que se había anotado victorias clave en el frente ucraniano. Pero las fuerzas ex-Wagner no se han ido de los territorios donde estaban desplegadas, sino que la mayoría simplemente se han integrado en la estructura militar formal rusa.
Los ex-Wagner en Ucrania
Ahogado el motín, a los cerca de 50.000 efectivos que formaban parte de Wagner se les presentó una disyuntiva: o dejaban la milicia o pasaban a formar parte de unidades del ejército. Inicialmente, una parte de los soldados que habían participado en la rebelión fueron enviados a Bielorrusia para entrenar a las tropas del país. "Este fue un momento crucial, en el que se decidieron los detalles y la estructura de lo que pasaría con Wagner", explica al ARA el investigador Filip Bryjka, coautor de un estudio sobre la reestructuración de Wagner en el África.
En octubre de 2023, algunas unidades de Wagner fueron absorbidas por la Guardia Nacional, la Rosgvardia, según el ministerio de Defensa del Reino Unido. Dentro de ese cuerpo, que responde directamente ante el presidente Vladimir Putin y que está capitaneado por su antiguo guardaespaldas, Víktor Zólotov, la mayoría de los ex combatientes quedaron agrupados en una brigada de voluntarios. Mientras que la Rosgvardiaasumía funciones en las zonas ocupadas por los rusos en Ucrania, los efectivos de esta brigada de voluntarios se habrían desplazado al frente con contratos de seis meses de duración. A principios del 2024, había 35.000 soldados de la Rosgvardiadesplegados en zonas ocupadas de Ucrania, según asegura el gobierno de Kiiv.
Según el informe de Bryjka, otra parte de los ex-Wagner se integró en un conglomerado de compañías militares englobadas en el Cuerpo de Asalto de Voluntarios, mientras que, paralelamente, otro contingente formado por unos 3.000 antiguos mercenarios se inscribieron en una unidad comandada por Aleksandr Kuznetsov, Ratibor, para luchar en Chechenia.
Sahel, la joya de la corona
Los combatientes de Wagner que estaban desplegados en África quedaron debajo de un paraguas que Moscú llama Cuerpo de África, que también está subordinado al ministerio de Defensa. "De los 20.000 efectivos que había [en África], ahora sólo quedan unos 6.000 porque el gobierno ruso ha priorizado el envío de efectivos a Ucrania", explica Bryjka. El Cuerpo de África apareció después de la cumbre entre Rusia y África celebrada en San Petersburgo en julio del 2023, en la que el entonces ministro de Defensa ruso pidió a los representantes de los estados africanos que extinguieran los contratos que tenían con el grupo Wagner y firmaran nuevos con las compañías militares controladas por el gobierno. La investigadora Sorcha MacLeod, miembro del grupo de trabajo de la ONU sobre mercenarios, explicaba a la BBC que “con la reorganización del cuerpo, esta relación [entre la actividad de las tropas en África y Kremlin] ha sido reconocida y el grupo Wagner está hoy, finalmente, controlado directamente por Rusia”.
La ausencia de Prigojin no ha debilitado la presencia en territorio africano, al contrario. El Sahel sigue siendo la joya de la corona de la influencia rusa, que este último año ha incrementado su presencia en Mali, Libia y República Centroafricana, pero también está iniciando nuevas operaciones en Burkina Faso y Níger, según el informe de Instituto Polaco de Relaciones Internacionales. La diferencia es que "ahora el sistema está más centralizado", según Bryjka.
Protección a cambio de explotación
El grupo Wagner ofrecía servicios militar a los regímenes locales –a menudo inmersos en conflictos armados con grupos rebeldes–, y en cambio las empresas rusas obtenían el derecho de explotar los recursos naturales de la zona. Con los beneficios de la explotación se financiaban las tropas del ejército privado y también algunos de los esfuerzos del frente ucraniano. Esta estructura, separada del gobierno, permitía a Moscú desvincularse de las actividades violentas que cometía la empresa de seguridad, como ejecuciones masivas, violencia sexual y otras violaciones de derechos humanos que han sido ampliamente condenadas por organizaciones internacionales. En cambio, esto provocaba que en ocasiones lo que determinaba la influencia de Rusia en el continente no fueran los intereses estratégicos sino la oportunidad o la relación entre los líderes de Wagner y los mandatarios locales.
Desaparecido Prigojin, los emisarios del Kremlin continuaron ofreciendo este paquete de supervivencia a los gobiernos africanos en los que intercambiaban servicios militares y protección económica a cambio de la explotación de los recursos naturales. Desde entonces, el Kremlin ha ganado control y ha incrementado las relaciones económicas formales con las empresas locales, lo que le ha permitido ir desplazando la influencia francesa de la zona. Pero, en cambio, es más fácil que se relacione al gobierno ruso con los delitos que cometen sus tropas.
Para garantizar la continuidad de las relaciones políticas y comerciales en el continente, Putin también ha tenido que mantener el núcleo de personal de Wagner al frente de la actividad militar y empresarial, sobre todo en la República Centroafricana, país en el que tenía una gran presencia. Un ejemplo de ello es que la mayoría de acciones del grupo ruso Concord pasaron a manos del hijo de Prigojin, Pavel, tras su muerte, lo que se percibió como un aliciente para que los ex combatientes mantuvieran una buena relación con el ministerio de Defensa. Pero según Bryjka, Putin ha aprendido la lección: el objetivo del nuevo sistema es "evitar que ninguna persona pueda ser demasiado fuerte y poderosa para poner en riesgo al Kremlin".