Zelenski quiere aguar la Fiesta de la Victoria en Putin

MoscúVolodímir Zelenski intenta deslucir la macrocelebración de los 80 años del Día de la Victoria soviética en la II Guerra Mundial, que Putin ha convertido en una jornada de exaltación de su régimen. Ucrania ha intensificado los ataques con drones sobre la capital rusa con el objetivo de avergonzar al anfitrión, Vladimir Putin, frente a sus huéspedes, a más de una veintena de líderes mundiales. Sin embargo, en las últimas horas, por sorpresa, paró la ofensiva y respetó de facto el alto el fuego propuesto por Putin y que hasta ahora había rechazado.

El centro de Moscú está blindado y moverse es una pesadilla para los vecinos. El Kremlin pidió "comprensión" a los moscovitas por los cortes de conexión a internet, constantes hasta el sábado. También se recomienda pagar en efectivo porque los datáfonos y las transferencias instantáneas no funcionarán, y las tiendas de las calles por las que pasará el tradicional desfile militar, este viernes, están forzadas a cerrar.

Las autoridades incluso han prohibido a la gente que enciendan fuegos artificiales con el argumento de que están creciendo las "provocaciones". No dicen cuáles, pero se sobreentiende que se refieren a los drones ucranianos. En Moscú hay mucho nerviosismo desde que Zelenski advirtió de que "no se hacía responsable" de la seguridad de los jefes de estado que asistieran a los actos del Día de la Victoria. El gobierno ruso le ha acusado de "terrorista" y de "provocador" y el líder ucraniano ha respondido alertando de posibles ataques rusos de falsa bandera para culpar a Kiiv.

Lo cierto es que el ejército ucraniano ha redoblado el envío de drones contra territorio ruso durante los últimos días. En 24 horas, las defensas aéreas rusas abatieron a 524, la cifra más alta en un solo día desde el inicio de la guerra. Los aparatos se han centrado en la región de Moscú, que no suele ser uno de los blancos de este tipo de ataques. La madrugada del martes las tropas de Kiiv lanzaron el mayor número de drones desde el 11 de marzo, cuando tuvo lugar el ataque más masivo contra la capital de toda la guerra, y encadenaron tres noches seguidas con aviones no tripulados ucranianos repelidos cuando se dirigían hacia la ciudad.

Lo que busca Zelenski es poner el miedo en el cuerpo de los rusos y dificultar el normal desarrollo de la celebración. Por eso los drones ucranianos también atacaron aeródromos militares desde los que salen los aviones que participan en el desfile, ocasionando un importante caos aéreo, con decenas de vuelos cancelados en todo el país. Todo ello ha obligado a paralizar durante diez horas el aeropuerto de Vnúkovo, donde deben llegar la gran mayoría de las delegaciones extranjeras.

Desde el 2015 que Putin no recibía tantos invitados internacionales. El miércoles se reunió, entre otros, con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y este jueves se encontró con el jefe de estado chino, Xi Jinping, el gran aliado de Rusia y, sin duda, la figura más destacada que pasará por la capital rusa. También están en Moscú el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y tres mandatarios europeos: el serbio Aleksandar Vucic, el líder de la minoría serbia de Bosnia, Milorad Dodik, sobre quien pesa una orden de detención internacional, y el eslovaco Robert Fico, el único dirigente de la UE.

Zelenski respeta la tregua

Para tener la fiesta en paz, esta medianoche entró en vigor una tregua unilateral de 72 horas impulsada por Putin, que Zelenski había rechazado, pero que, inesperadamente, las primeras informaciones apuntan a que estaría respetando. A diferencia de las noches anteriores, no ha habido intercambio de drones, aunque las Fuerzas Armadas ucranianas han denunciado un bombardeo en Sumi y operaciones de asalto rusas en varios puntos del frente.

La incógnita es si el presidente ucraniano mantendrá esta estrategia el 9 de mayo. Según los expertos, es muy improbable que Zelenski pretenda golpear a Moscú durante las ceremonias del Día de la Victoria. Fuentes de Defensa ucranianas aseguran enl Washington Post que, por un lado, sería casi imposible que un ataque tuviera éxito por el blindaje de la ciudad, y por otro, podría provocar represalias rusas y enfadar a Washington.

Ucrania y Estados Unidos siguen siendo partidarios de una tregua de 30 días porque entienden que la iniciativa de Putin sólo beneficia a Rusia y le permite celebrar con tranquilidad el Día de la Victoria. Por eso se la ha bautizado popularmente como la tregua del chashlik, las brochetas que cuecen en las barbacoas los rusos en sus dchas durante los días festivos.

Asimismo, este lunes Donald Trump se descolgó aplaudiendo la propuesta del presidente ruso. "Una tregua de tres días no parece mucho, pero es mucho, viniendo de dónde venimos", dijo. La reacción del presidente estadounidense pudo hacer cambiar de idea a un Zelenski que, aunque no esté de acuerdo con la tregua, quiere evitar ser presentado como el obstáculo por la paz.