Guerra en Europa

Los soldados ucranianos juegan a videojuegos de guerra mientras están en el frente

Es su forma de desconectar y soportar el drama que ven a su alrededor

Thomas Gibbons-Neff (The New York Times)
y Thomas Gibbons-Neff (The New York Times)

Desde el frente de UcraniaEn una guerra de tanques, hay World of Tanks. En algún lugar de los cientos de kilómetros de frente de Ucrania, seguro que encontraremos a un soldado ucraniano jugando al videojuego World of Tanks. En el frente hay internet por satélite y los soldados también cuentan con teléfonos móviles. La guerra supone a menudo largos ratos de espera y aburrimiento, así que ¿por qué no jugar a videojuegos? Aunque pueda parecer desconcertante jugar a un videojuego violento en medio de la guerra más brutal de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, ésta es la forma que los soldados tienen para desconectar y soportar el drama que les rodea, aunque el videojuego es a menudo una especie de recreo de lo que ven con sus propios ojos en su día a día.

Es difícil saber con precisión qué nivel de popularidad tiene el videojuego World of Tanks en el frente, y por lo general en Ucrania, dadas las diferentes plataformas que hay para jugar: PC, Xbox, PlayStation, Nintendo y ordenadores Mac. Sin embargo, The New York Times ha podido comprobar en sus visitas al frente que los soldados juegan a menudo y hablan de ello.

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El sargento Silver, que forma parte de una unidad de artillería ubicada cerca de la ciudad oriental de Siversk, destaca que el videojuego era un pasatiempo para muchos antes de la guerra, y ahora simplemente han continuado jugando. Por otra parte, "es una especie de adicción", comenta mientras vuelve de un patio donde un dron ruso ha destruido uno de los vehículos de su brigada.

Wargaming Group, la empresa que creó World of Tanks, tiene la mitad de sus servidores en la región rusa, y el resto están extendidos en Estados Unidos, Europa, Australia y China. Los dos jugadores de World of Tanks que más partidas han ganado en este videojuego entre 2011 y 2021 son precisamente un ruso, Kirill Ponomarev, y un ucraniano, Dmytro Frishman. Ambos formaron parte del mismo equipo en una ocasión en el World of Tanks.

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World of Tanks Blitz aumentó su número de usuarios a mediados de diciembre de 2021, con más de 50.000 personas jugando simultáneamente, según SteamDB, un servicio que realiza un seguimiento de los usuarios de videojuegos que utilizan la aplicación Steam para jugar. Una semana después de que Rusia invadiera Ucrania, en febrero del 2022, la cifra bajó a unos 31.000.

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Frishman, de 27 años, que dirige un club de juego en la ciudad de Járkov, en el noreste de Ucrania, opina que probablemente el videojuego perdió popularidad porque Wargaming Group era originaria de Bielorrusia y, por tanto, era pro-rusa . Tras la invasión de Ucrania el año pasado, Wargaming Group, que tiene su sede en Chipre desde el 2011, anunció que cerraría sus oficinas en la capital bielorrusa, Minsk, y transferiría sus operaciones a Chipre y Rusia, mediante una filial.

Muy pronto, parte de la clientela de Frishman eran soldados heridos que se recuperaban lejos del frente y jugaban a videojuegos violentos como PUBG, Counter-Strike y, por supuesto, World of Tanks. "Era muy difícil para mí entender por qué jugaban a esos juegos", afirma el hombre. "Después, sin embargo, me di cuenta de que los juegos les ayudaban a relajarse. Jugaban con sus amigos".

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Similitudes de la guerra digital y real

A unos 190 kilómetros del club de Frishman, en las afueras de la ciudad Bakhmut, en el este de Ucrania, se escucha el sonido de tanques y de explosiones digitales detrás de unos árboles. Allí, agachados, está Honey, un guardia fronterizo convertido en soldado de infantería, y su compañero. Ambos juegan en World of Tanks con el teléfono móvil. Su unidad apenas ha terminado las maniobras después de alejarse de la primera línea de fuego. Cuando se les pregunta qué hacen, suben la vista y dejan los teléfonos móviles. Admiten que, aunque resulte increíble, algunos soldados juegan a World of Tanks cuando están muy cerca de la frente. ¿Qué similitud existe entre la guerra real y la digital?, les pregunto. Según Honey, ambas se basan en el trabajo en equipo.

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"Estoy intentando utilizar las mismas maniobras que en la vida real", comenta otro militar ucraniano, el teniente Vernyhora, mientras juega sentado sobre uno de los tanques T -72 de su unidad, que está camuflado debajo de varios árboles. Tuvo que dejar de jugar cuando perdió la contraseña de inicio de sesión y, por tanto, no pudo entrar a su cuenta. También perdió todos los tanques que había desbloqueado en el juego. Hacer frente a una unidad rusa en la vida real fue duro, pero aún fue “peor” su revés al videojuego, bromea.

Gran parte de la estrategia de World of Tanks se basa en llevar un tanque en un campo de batalla que parece sacado de la Segunda Guerra Mundial. Los jugadores confían en que la rapidez, la fuerza y el armamento de sus tanques les hará superiores a los de sus rivales y, como en las batallas de verdad, pueden utilizar el terreno para proteger y camuflar sus vehículos blindados. Sin embargo, incluso los más aficionados a este videojuego, como Honey, admiten que en la vida real, y especialmente en las trincheras del este de Ucrania, deben preocuparse de algo más: de sobrevivir. "Cuanto más te acercas al lugar de los bombardeos, menos ganas tienes de jugar, aunque haya internet", confiesa. Porque la guerra real supera con creces a la de la ficción.

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