La UE llama a evitar restricciones "desproporcionadas" ante la ómicron
Los líderes reclaman más coordinación sobre el papel pero Francia, Italia, Portugal o Grecia ya han adoptado medidas unilaterales
BruselasSobre el papel, los veintisiete líderes de la Unión Europea tienen claro que ante la rápida expansión de la ómicron hay que coordinarse: "Hay que garantizar que cualquier restricción se basa en criterios objetivos y no perjudica el funcionamiento del mercado único ni obstaculiza de manera desproporcionada la libre circulación entre los estados miembros y los viajes a la UE", dice la declaración que han pactado este jueves en la última cumbre europea del año. Pero, en la práctica, ya son varios (Portugal, Irlanda, Grecia o Italia) los que han puesto la directa y han decidido poner trabas a la circulación de los europeos a pesar de que estén vacunados.
La cumbre, acortada a solo una jornada precisamente por la pandemia, ha arrancado este jueves por la mañana y el debate sobre el coronavirus se ha alargado casi hasta la hora de comer. La necesidad de coordinarse ha sido el gran tema y, a pesar de que fuentes europeas aseguran que no ha habido reproches a aquellos que, como Italia, exigen una prueba diagnóstica al resto de europeos para traspasar sus fronteras, fuentes diplomáticas sí han hecho notar el descontento que llega desde países como España o Bélgica, que rechazan el unilateralismo.
El certificado de vacunación se había convertido en el pegamento de un espacio Schengen fragmentado por la pandemia, pero la ómicron también lo ha puesto en cuestión. Para salvarlo, la Comisión Europea ha propuesto que el certificado caduque a los nueve meses para las dos dosis y que de momento no caduque una vez se obtenga la tercera. De este modo quedaría garantizado que a partir de enero todos los europeos con tres dosis pueden viajar sin necesidad de requisitos adicionales y se estimularía también la vacunación de refuerzo, que también se enfrenta al escepticismo de la ciudadanía en muchos casos. De entrada, los gobiernos de la UE están de acuerdo, y así lo han dejado por escrito este jueves a la espera de que Bruselas termine el proceso legal los próximos días. Ahora bien, hay también ciertas discrepancias con el periodo de caducidad que algunos preferirían acortar.
Francia castiga al Reino Unido
Y ya no son solo las fronteras internas las que empiezan a sufrir de nuevo un lío de criterios para los viajes. Este mismo jueves, Francia –que no pasa por su mejor momento en las relaciones con Londres– ha anunciado que ya no permitirá la entrada de viajeros procedentes del Reino Unido, estén vacunados o no. De cara al exterior, la UE está debatiendo también si exige o no una PCR a todos los viajeros que vienen desde países terceros, pero tampoco hay consenso por ahora en este ámbito. La propuesta de Bruselas, pendiente de aprobar, es que todos aquellos viajeros de fuera de la UE que estén vacunados con fármacos no aprobados por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) tengan que hacerse PCR o hacer cuarentena.
Sea como sea, la última cumbre europea del año queda invadida por una cierta sensación de déjà-vu que exudaba en el ánimo de la mayoría de líderes. Volvemos a las restricciones, volvemos al cierre de fronteras y hay que volver a vacunar al conjunto de la población. En el texto de conclusiones, los líderes de la UE reconocen el "deterioro de la situación epidemiológica a la UE". Son varios los países que registran cifras récord de contagio y que tienen los sistemas hospitalarios bajo máxima presión justo cuando llegan las fiestas de Navidad, un periodo de gran movilidad y reuniones. Por eso, pocas horas antes de empezar la cumbre, el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) enviaba un contundente aviso a los líderes: la ómicron se esparce demasiado deprisa y hay que restringir de nuevo la vida social.
"Preocupación" es la palabra que más se ha pronunciado estos días en Bruselas, pero también "vacunación". Actualmente, un 67,2% de los europeos están vacunados con la pauta completa, pero hay diferencias abismales. Mientras Dinamarca y Portugal superan el 80%, Rumanía no llega al 40% y Bulgaria se sitúa en el 26,6%. "En este contexto, es fundamental superar las dudas sobre la vacunación y abordar la desinformación", recalcan los líderes, que también se comprometen a aumentar las donaciones de dosis a los países más necesitados, después de que la aparición de esta nueva variante en Suráfrica haya puesto en evidencia el fracaso de mecanismos como Covax, que solo ha entregado un 40% de las vacunas prometidas antes de que acabara el año.