Xi Jinping aboga por volver a las reglas del multilateralismo y no dar marcha atrás en la globalización
El presidente chino avisa de que hay que respetar las diferencias y que no puede haber "injerencias en los asuntos internos" de los países
LondresEl presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, ha extendido condicionalmente la mano a los grandes poderes del mundo con un llamamiento, este lunes, al "multilateralismo" como la mejor fórmula para que la humanidad haga frente a los grandes desafíos: desde el actual y urgente de la pandemia de covid-19 hasta el cambio climático o las diferencias entre los países en proceso de desarrollo y los ricos. "Las relaciones entre países se tienen que coordinar y regular a través de los sistemas y las reglas vigentes, en vez de quedar a merced de la voluntad de los que tengan el brazo más musculoso o el puño más grande", ha afirmado. Xi Jinping se ha referido a ello durante la jornada de apertura, en este caso virtual, del Foro Económico de Davos, y se puede interpretar también como una muy implícita bienvenida al regreso a unas relaciones internacionales convencionales con Occidente, sobre todo con los Estados Unidos del nuevo presidente Joe Biden, después de los turbulentos cuatro años de presidencia de Donald Trump, marcados, entre otras cuestiones, por la guerra comercial entre Pekín y Washington.
Pekín parece haber entendido desde el primer momento que la administración Biden tendrá una aproximación pragmática en política exterior y le ofrece una vía para recuperar una mínima normalidad en las relaciones.
Xinping ha insistido en "el respeto a las leyes y reglas internacionales, en lugar del supremacismo y el egoísmo". La esencia del multilateralismo, ha dicho, "consiste en el hecho de que los asuntos globales se aborden mediante consultas entre todos, y el destino del mundo lo decidan entre todos los países". Y ha advertido contra "los que crean pequeños círculos excluyentes, provocan la supuesta nueva Guerra Fría, excluyen, amenazan o intimidan a los otros e, incluso, avivan arbitrariamente el desacoplamiento, el corte de las cadenas de suministro y las sanciones en nombre de la separación y el aislamiento artificiales".
Pero el líder chino también ha lanzado un recordatorio a raíz de posibles interferencias de potencias extranjeras en el interior de su país. "El multilateralismo tiene que respetar y aceptar las diferencias, y no inmiscuirse en asuntos internos". Estas palabras se pueden leer también como una advertencia contra cualquier pretensión occidental de velar o levantar la voz para defender los derechos democráticos de Hong Kong o contra la sistemática violación de los derechos humanos contra la minoría musulmana de los uigures.
A favor de la globalización
También ha dicho que había que "insistir en las consultas y la colaboración, en lugar del conflicto y la confrontación". Las diferencias en historia, cultura y sistema social entre países "no son excusas para justificar la confrontación, sino fuentes para cooperar", ha asegurado. Apartarse de esta vía es entrar en un camino hacia la confrontación o la guerra, "ya sea fría o caliente, comercial o tecnológica", cosa que "acabará perjudicando los intereses generales de los países y el bienestar común de los pueblos". También ha afirmado que "el coronavirus no tendría que ser una excusa para un proceso de desglobalización ".
A pesar de que virtual, Xi Jinping ha hecho su primera aparición en Davos desde que en 2017 defendiese de manera vigorosa el libre comercio y la globalización. En la misma línea que entonces, hoy ha dicho: "Tendríamos que construir una economía mundial abierta, descartar estándares, normas y sistemas discriminatorios y exclusivos, y eliminar las barreras al comercio, la inversión y los intercambios tecnológicos".
Para conseguir un mejor "fortalecimiento de la economía mundial", Xi Jinping ha puesto encima la mesa un plan de cuatro puntos hacia una "acción económica coordinada", que deje de lado diferencias históricas y culturales y diferencias sociales sistémicas. "La historia avanza y el mundo no volverá al pasado" después de la pandemia, ha dicho.
El plan de cuatro puntos se basa en "el fortalecimiento de la coordinación de políticas macroeconómicas para promover juntos el crecimiento vigoroso, sostenible, equilibrado e inclusivo de la economía mundial"; el "rechazo a los prejuicios ideológicos para tomar juntos el camino de coexistencia pacífica, el beneficio mutuo y las ganancias compartidas"; "la superación de la brecha entre los países desarrollados y los que están en proceso de desarrollo", y la cooperación y unidad ante los "desafíos mundiales".