IGUALDAD

Preocupación en las aulas por el auge del machismo

Educadores y expertos alertan de la normalización del discurso antifeminista

La activista y abogada Carla Galeote en su ponencia en el Institut Torre Vicens el pasado lunes. SANTI IGLESIAS Una actividad de coeducación organizada por el equipo docente del INS Almacelles. CEDIDA
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Naim Darrechi (30 millones de seguidores en TikTok) dijo recientemente: "Las mujeres tienen más derechos y, por tanto, a partir de ahora, soy una mujer, porque en España te dejan cambiar de sexo cada seis meses y sólo tienes que 'llenar un formulario'.

Roma Gallardo (cerca de dos millones de seguidores en YouTube) opinó sobre una denuncia de la activista Carla Galeote contra un vecino que se masturbaba observándola desde casa: "El viejo debe pensar que eres retrasada ; él sí es un macho".

Amadeo Llados (312.000 seguidores): "Las mujeres no quieren dinero, quieren divertirse, y si quieres atraerlas tienes que centrarte, tienes que convertirte en miel para atraer abejas; si eres una mierda, atraerás moscas".

Javi Oliveira (más de 600.000 seguidores) fue condenado el año pasado a indemnizar a la youtuber María Rubio Sánchez (Miare) y su madre con 9.000 euros por haberlas denigrado sexualmente e insultado diciendo que eran unas "hijas de la gran puta", "enfermas" y "fracasadas".

La lista de misóginos violentos en las redes es larga. Pero lo que genera más preocupación es que sus discursos están penetrando adentro en la conciencia de los adolescentes. Así lo manifiestan una mayoría de docentes de institutos leridanos, que alertan de un auge del machismo en sus aulas.

Por este motivo, en muchos centros educativos se están creando en últimos años comisiones de coeducación, formadas por docentes que intercambian experiencias y buscan herramientas para contrarrestar los mensajes machistas. "Son discursos muy trabajados en contra del feminismo, los elaboran muy bien, sacando de contexto el feminismo", argumenta Cristina Costa, coordinadora de coeducación del Institut Guindàvols de Lleida, un centro que lleva más de veinte años realizando propuestas por la igualdad de género con el alumnado.

"Estamos desorientadas, no sabemos cómo abordarlo, nos encontramos en un momento de odio a un nivel demasiado alto", aseguran otros docentes leridanos.

Acciones tutoriales con las familias, pero sobre todo actividades, talleres, charlas y jornadas, son algunas de las iniciativas que surgen de las comisiones que están naciendo en los institutos. De ahí salen propuestas para conmemorar días internacionalmente reconocidos como el 8 de marzo (Día de las Mujeres), el 25 de noviembre (Día para la Eliminación de la Violencia Machista) o, incluso, el 11 de febrero ( Día de las Mujeres en la Ciencia), pero también idean acciones más duraderas que incidan en los alumnos de una forma más prolongada. Se han promovido incluso asambleas de alumnos que, pese a tener una presencia mayoritaria de chicas, están recibiendo una creciente aceptación entre los hombres. "Cada vez hay más docentes y jóvenes implicados, pero a su vez ha aparecido una actitud abiertamente más confrontada", explica Costa. Las posiciones, por tanto, se han polarizado e, incluso, radicalizado. "Nos encontramos con una contraposición al feminismo, un machismo explícito, sin paliativos, que se exhibe con orgullo". Incluso ha emergido la visión victimista del hombre frente a los principios feministas. Algunos ya reivindican la conmemoración del Día Internacional del Hombre (19 de noviembre).

Los expertos admiten que el auge machista surge de los miedos del patriarcado a perder sus privilegios históricos. "Todo es un reflejo de lo que hay en la calle; muchos hombres se sienten atacados, y lo que queremos es sumarles a la causa feminista dándoles la oportunidad de participar", comenta Laura Dejuan, la coordinadora de coeducación del Instituto de Almacelles, que cuenta también con una comisión docente desde hace un puñado de años.

Voces expertas

En las actividades que montan estas comisiones a menudo participan organizaciones expertas en la educación por la igualdad. Una es Lika, una asociación de Lleida especialista en coeducación con proyectos en siete centros educativos de la demarcación. que los feminismos están cada vez más arraigados. "Las jóvenes se ven interpeladas y saben identificar cada vez mejor las violencias", argumenta Salse. Subirá–, pero los chicos se sienten atacados".

Desde una visión optimista se considera que las mujeres están más empoderadas y muchos chicos empiezan a reconocer nuevas masculinidades. Pero tanto la presión del grupo como la incidencia de la extrema derecha en la política "están visibilizando un discurso abiertamente confrontado", apunta.

Más escéptica se muestra Sonia Notario, jefe del proyecto Diacríticas, en materia de educación sexual, de la Fundación Antisida de Lleida. y no nos gusta lo que vemos –explica Notario–. La juventud no se ha convertido en machista, sino que somos nosotros, los adultos, los responsables de ir perpetuando los estereotipos de género".

El problema de las desigualdades ha crecido. Ahora los discursos violentos se sienten más fuerte "porque el megáfono es mucho mayor". " Hace más ruido un árbol que cae que mil que crecen", dice un docente de Almacelles. Las redes y los suyos algoritmos están penetrando en las opiniones, sobre todo entre los colectivos más jóvenes e inmaduros. se ha convertido en portavoz de la causa feminista a un precio muy alto. redes, sobre todo en TikTok, por una creciente agresividad contra su persona, pero sigue operativa en programas estatales de televisión y participando en muchas actividades públicas, algunas en centros educativos, como la charla que protagonizó el pasado lunes en el Institut Torre Vicens de Lleida. En muchas de sus apariciones frente a adolescentes se ha sentido increpada de una forma excesivamente agresiva. abandonado las aulas con actitud de desprecio. "Los adolescentes siguen en las redes a personas muy influyentes con un mensaje muy politizado, maquillado con bromas y memes", dice Galeote, que reconoce que la actitud de los jóvenes de hoy no es más que uno reflejo de una sociedad en la que la extrema derecha ha ido en auge. Por eso, considera: "Las personas que generamos opinión en las redes no deberíamos tener tanto de protagonismo en los debates, sino más bien los expertos", como politólogos, sexólogos, psicólogos y sociólogos.

Para Galeote, el debate debe mantenerse lo más abierto posible. "No podemos dejarlo lo correr", pide. Aunque la violencia machista suba de tono. Y de eso dan testimonio las docentes del Instituto Torre Vicens, uno de los mayores centros de Lleida (1.700 alumnos y 160 profesores), que ha creado recientemente su propia comisión ante el auge del machismo. Ya no nos escuchan, la opinión de los profesores no tiene ningún valor y falta la implicación de las familias", aseguran. La situación para ellas es grave, incluso entre maestros de edad avanzada. "Es difícil revertir diez horas diarias de exposición a TikTok con dos horas semanales de coeducación", dice Meritxell Niñà, historiadora del arte y coordinadora del centro. Un fenómeno transversal

Las violencias machistas no son patrimonio único de las grandes ciudades. En las zonas rurales se percibe el mismo fenómeno. Al menos así lo certifica Edu Sesé, del Instituto Josep Vallverdú de Les Borges Blanques, donde coordina la comisión docente desde hace unos cuatro años. Tiene una dilatada experiencia en la materia gracias a su paso por el INS Guindàvols. "La diferencia entre rural y ciudad se está difuminando porque el acceso a las redes llega de muy jóvenes de forma universal", explica Sesé. "Ahora los niños de los pueblos se están urbanizando", alerta el docente, quien indica que los discursos cosificadores de la mujer están haciendo que "la situación sea cada vez peor". Sesé también es coordinador de coeducación, convivencia y bienestar emocional, cargo conocido por las siglas COCOBE, que es obligatorio en todos los centros desde la aprobación de la ley orgánica de 2021 de protección a la infancia y la adolescencia ante la violencia. "Las responsabilidades que nos piden son propias de un superprofesor", bromea Sesé.

Pero la Generalitat replica. "A los coordinadores no se les deja solos", aseguran portavoces del departamento de Educación, que citan a la Unidad de Apoyo al Alumnado en Situación de Violencia, formada por psicólogos, juristas, pedagogos y educadores, y el nuevo Registro de Violencias del Alumnado, donde los centros tienen la obligación de anotar cualquier acto violento en el centro para realizar una estadística esmerada. "No tenemos todavía datos suficientes que certifiquen un aumento de las violencias –avisan fuentes de Educació–, pero admitimos que han aumentado los riesgos". El acceso no supervisado a internet y un aumento de los recursos que visibilizan todos los episodios violentos han hecho aflorar muchos más casos que una década atrás.e

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