El aburrimiento de las recetas de cocina

Una imagen de 'Cocina Brutal', de La2 Cat.
Periodista i crítica de televisió
2 min

Sea cual sea la cadena que elija el espectador, es casi imposible no encontrarse en la pantalla a alguien con el cuchillo cortando verdura. En TV3 con más probabilidades que en cualquier otro canal. La 2 Cat, en sus esfuerzos por parecer un canal de televisión más o menos tradicional, ha incorporado a la parrilla un espacio de cocina bienintencionado de una precariedad preocupante. El programa se titula Cuina brutal, que ya demuestra poca imaginación por parte de la cadena, apropiándose del adjetivo por excelencia de Marc Ribas en TV3. Un síntoma de falta de personalidad propia que no favorece las ínfulas de la cadena. "Brutal" forma parte de esta tendencia a la pobreza de lenguaje, al impacto vacío de contenido. "Brutal" es ya el tópico de las falsas expectativas.

El protagonista es Robert Bosquet, conocido popularmente en las redes sociales como Chef Bosquet. Han elegido también un cocinero tatuado, con tupé y pendiente que, de vez en cuando, hace referencia a la afición por los triatlones. La evolución de los chefs mediáticos es curiosa. Si décadas atrás los cocineros barrigones eran señal de credibilidad y experiencia en la alta cocina, ahora la autoridad parece provenir de una corporalidad más cercana al espectáculo. Musculación extrema, imagen atlética, peinados elaborados desde el estilo más hipster hasta el más punk, brazos llenos de tatuajes y accesorios de bisutería y joyería son los recursos para romper estereotipos buscando un perfil más rebelde y de culto al cuerpo. Los cocineros se estetizan y la televisión lo integra como parte del espectáculo. Un pez que se muerde la cola. Es un paso más en la evolución de chefs como Jamie Oliver, Anthony Bourdain o Gordon Ramsay, que han supuesto la incorporación de la virilidad en la cocina para romper todos los tópicos.

Lo que singulariza al chef Bosquet de La 2 Cat es su apuesta por la cocina saludable y las recetas sencillas. Un factor importante en una televisión pública. El problema es que las recetas de Bosquet son más vistosas en YouTube que en La 2 Cat. Y, lo esencial: van más al grano. Enseñar comida en televisión y hacerla suculenta no es fácil, y convertir el proceso en apetitoso aún menos. Cuina brutal es de todo menos brutal.

Instagram ha creado la falsa idea de un gran interés de la audiencia por las recetas de cocina, y la televisión, acomplejada en plena crisis de ideas, ha ido a remolque dilatando el proceso. Pero lo más goloso de Instagram y YouTube no está vinculado al cómo sino al tiempo. En una época en la que aprendemos a cocinar con vídeos que duran un minuto y medio, es inconcebible que la televisión nos torture con programas de media hora y recetas en las que tenemos que ver cómo cortan la cebolla, hacen taquitos de tomate y sacan la cáscara a los pistachos uno a uno. De la misma forma que ha cambiado el perfil de los cocineros, deben hacer evolucionar el formato televisivo, porque las recetas eternas son insoportables y aburridísimas.

stats