Adiós a la aguja de las cuencas internas

Dani Ramírez en el momento de despedir la aguja indicadora del estado de las cuencas internas.
Periodista i crítica de televisió
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El jueves al mediodía Dani Ramírez ofrecía la información del tiempo en directo desde el pantano de Darnius-Boadella. Aunque la niebla no dejaba ver el pantano, la famosa aguja indicativa que nos ha acompañado durante más de un año nos anunciaba que estaba a una capacidad del 50%, concretamente a 344 hectómetros cúbicos. A través de una serie de fotografías, Ramírez nos mostraba la evolución del pantano durante los meses de sequía y, de hecho, la última imagen era del 2 de marzo, de sólo dieciocho días. Entonces estaba a una capacidad del 18%. "Tres semanas salvadoras de la sequía", nos decía el presentador, ya continuación nos ponía en contexto. Nos recordaba que desde diciembre de 2023 habíamos tenido en pantalla el famoso contador de las cuencas internas con la aguja que señalaba el estado dramático de los pantanos. Y resumía el último año: "Hacia la primera semana de marzo de 2024 estaba a 100 hectómetros cúbicos, a un 14% de las reservas. Y hoy lo tenemos a 344 hectómetros cúbicos y las reservas están a punto de llegar al 50%". Y entonces llegó la sorpresa inesperada. Ramírez, señalando el contador de las cuencas internas, nos comunicó: "A partir de ahora ya no le mostraremos más y, realmente, pues, le despedimos". Ramírez hizo un gesto con la mano hacia el ángulo inferior de la pantalla, como si la barriera, y la aguja desapareció de la imagen: "Y que no vuelva ese contador que nos ha tenido pendientes tantos y tantos meses, años prácticamente".

Ramírez ponía punto y final a una de las grandes innovaciones de la información meteorológica de las últimas décadas. Ni las campañas publicitarias de la Generalitat, ni los consejos de ahorro de agua, ni las restricciones, han logrado tanto como este contador a la hora de concienciar a la ciudadanía sobre la sequía. La aguja de la información del tiempo provocaba angustia pero también adicción. Cada vez que la veíamos en pantalla se puede decir que los espectadores soplábamos para que incrementara su índice. Sorprende que a la mínima que se ha alcanzado cierta normalidad en la capacidad de los pantanos hayamos despedido al contador sin miramientos, sin nostalgia. Ni siquiera se ha permitido a la audiencia que disfrutase unas semanas de unos datos optimistas, después de tantos y tantos meses viendo la tristeza de la aguja rozando la zona roja de alarma. Con ese gesto televisivo tan sencillo damos la sequía por despedida. Y, como decía Dani Ramírez, esperamos que ese contador no vuelva. Este estiaje prolongado no le echaremos de menos, pero la aguja informativa de las cuencas internas la añoraremos. Notaremos un gran vacío en la zona inferior derecha de la pantalla. Nos faltará algo en lo que fijarnos. Espoleamos a los intrépidos y divulgativos profesionales del tiempo a encontrar una nueva aguja indicativa de cualquier otro dato con el que distraernos e incentivarnos, en medio de la rutinaria y tediosa información meteorológica.

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